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Vuelve 'Fatmagül': 5 razones por las que es la clave del fenómeno turco en España

Vuelve 'Fatmagül', pero no es el regreso de una serie más. Es la oportunidad de (re) descubrir la historia que dio el pistoletazo de salida al fenómeno turco en España.

Comenzaba el año 2018 cuando Nova estrenaba una nueva serie. Se llamaba 'Fatmagül' y era la primera serie turca que llegaba a las pantallas españolas, algo que provocaba mucha curiosidad en la audiencia.

Quienes no tenían ni idea de que Turquía se había posicionado como un importante exportador internacional de contenidos audiovisuales enfrentaban esta nueva oferta con la curiosidad de descubrir algo nuevo y, en cierto modo, exótico.

Quienes ya conocían el éxito que estaban alcanzando estas producciones al otro lado del Atlántico, llegando a ocupar franjas horarias que antes eran patrimonio de las telenovelas latinas, resultaba interesante comprobar cómo reaccionaría el público español ante este nuevo concepto.

Fatmagül | ATRESplayer PREMIUM

El resultado es más que conocido. Al igual que el personaje central de esta historia, la tímida 'Fatmagül' se fue haciendo fuerte capítulo a capítulo hasta llegar alcanzar un dato histórico de audiencia en su capítulo final. Fueron 853.000 espectadores, un 6,2% de share, quienes acompañaron a 'Fatmagül' en su último paseo, cifras más propias de alguna cadena generalista que de un canal de TDT.

La primera de muchas otras

A pesar de su indudable éxito y de su innegable condición de primera serie turca en llegar a España, 'Fatmagül' también puede presumir de haber sido la punta de lanza de todo un fenómeno que a día de hoy es incuestionable. Porque sin 'Fatmagül' es muy posible que no existiera el fenómeno turco.

Porque sin 'Fatmagül' no hubieran llegado ‘Amor de contrabando’ o ‘Hercai’. Porque sin ‘Fatmagül’ no hubiéramos conocido a Cansu Dere en ‘Ezel’ y después en ‘Sila’, ‘Madre’ o ‘Infiel’. Porque sin ‘Fatmagül’ las series turcas no hubieran dado el salto al prime time de una cadena generalista. Porque sin ‘Fatmagül’ no hubiéramos disfrutado (y sufrido) con ‘Mujer’ o ‘Mi hija’. Porque sin ‘Fatmagül’ las tardes no serían un territorio de ‘Tierra amarga’. Porque sin ‘Fatmagül’ no tendríamos una cita cada domingo con ‘Secretos de familia’.

Por todo esto es justo reconocer la importancia y la relevancia de esta serie que llegó sin hacer ruido, pero ha supuesto un auténtico antes y después.

La historia de una mujer

'Fatmagül' es, sobre todo, la historia de una mujer, que encarna Beren Saat, la gran protagonista de esta serie. Es la joven muchacha que estaba viviendo su particular cuento de hadas soñando con abandonar esa casa donde no acababa de encajar con su cuñada para casarse con su particular príncipe azul. Pero ese sueño se convirtió en pesadilla una madrugada en la que se encontró con quien no debía.

Beren Saat | Nova

A partir de ahí somos testigos de un brillante trabajo interpretativo por parte de Beren Saat. Junto a ella vivimos (y sentimos) todas las fases por las que pasó. El trauma que le impedía comprender qué había pasado. El dolor al verse rechazada por el hombre que amaba. La humillación al sentir que todos la consideraban culpable. La desesperación al verse casada con uno de sus agresores. El odio por haberse visto despojada de su dignidad. El miedo a volver a ser agredida.

Pero también admiramos su capacidad para recomponerse. No para volver a ser la misma porque nadie puede volver a ser la misma después de una agresión tan brutal, pero sí para reinventarse.

Fatmagül dejó de ser una inocente pastora sin voz ni voto en su vida para tomar sus propias decisiones. Empezó por algo relativamente sencillo como es estudiar y encontrar un trabajo y siguió por algo mucho más complejo: recuperarse psicológicamente a través de ayuda profesional especializada.

Esa fue la lucha interior de Fatmagül, pero también la acompañamos en otra lucha no menos complicada. Su lucha por hacerse oír, por hacerse respetar, por ser reconocida como víctima, por ser resarcida, en la medida de lo posible, con el castigo de los culpables.

De bueno a malo y viceversa

Una de las primeras cuestiones que llama la atención de esta serie es que quien debía ser el primero en sostenerle el brazo para ayudarla a levantarse es el primero que la empuja para que caiga en un pozo aún más profundo. Su querido Mustafá, su novio, su prometido, el hombre con el que planeaba un futuro común, prefirió el orgullo al amor. Prefirió el ‘qué dirán’ al ‘sí quiero’. Y le dio la espalda en el peor momento de su vida.

Fatmagül y Mustafá | nova

Eso sí, que Fatmagül no intentase ser feliz, que no osase mirar a otro hombre, que no tuviese el atrevimiento de darle la mano a otro, que ni se le ocurriese enamorarse de otro. Porque el orgullo de Mustafá le impide estar junto a una mujer violada, pero, al mismo tiempo, también le resulta humillante que la mujer que él rechazó pueda pasar página y olvidarlo.

Y mientras el que tendría que haber sido el héroe de la historia se convierte en villano. El que era un villano poco a poco se va convirtiendo en el héroe de la historia.

Porque Engin Akyürek interpreta un complejo personaje en esta historia. Él es Kerim, uno de los hombres que atacaron a Fatmagül, que, además, termina casado con ella. Su boda es, sin duda, una de las escenas más indescriptibles de esta serie. Las caras de ambos en esa secuencia lo dicen absolutamente todo.

Pero, al igual que sucede con Fatmagül, Kerim también vive diferentes etapas. De su amnesia inicial pasamos a un profundo sentimiento de culpa. Es el primero que es consciente del horror que han cometido y el primero que sufre el peso de su conciencia. Después pasa por la vergüenza. Es incapaz de mirar a la cara a la mujer que tanto ha lastimado.

La faceta oculta o culta de Engin Akyürek, Kerim en 'Fatmagül' y Ömar en 'Amor de contrabando' | La faceta oculta o culta de Engin Akyürek, Kerim en 'Fatmagül' y Ömar en 'Amor de contrabando'

Sin embargo, cuando está a punto de dejar atrás toda esa situación huyendo lejos de la mirada acusadora de su víctima, Kerim toma la decisión de redimirse. Recupera el valor que no tuvo aquella noche y se convierte en el mejor aliado de Fatmagül para hacer justicia.

El primer paso lo da cuando se presenta en comisaría para declarar lo sucedido y los siguientes los va dando a base de respetar los tiempos y las distancias que marca Fatmagül.

Si bien Fatmagül es el centro de esta historia, tampoco podemos perder de vista la evolución personal, emocional y sentimental de Kerim.

La inconsciencia de los culpables

Kerim no es el único culpable de la agresión a Fatmagül. Junto a él, aquella fatídica madrugada, estaban otros tres individuos: Erdogan, Selim y Vural. A diferencia de Kerim, aprendiz de herrero, todos ellos comparten unas saneadas cuentas corrientes y un prometedor futuro. Y precisamente es de esas dos circunstancias de las que se aprovechan para esquivar cualquier tipo de responsabilidad.

Como ellos tienen ante sí un brillante destino profesional y personal, consideran que debe ser Kerim quien se case con Fatmagül. Como ellos tienen a su disposición de una buena cantidad de liras y un amplio repertorio de maletines, pueden ir repartieron liras a todos cuantos sean necesarios para que la violación de Fatmagül desaparezca de las memorias de los testigos o sea considerada un 'incidente'.

Aunque Vural pronto descubre que tiene conciencia, tanto Selim como Erdogan van a insistir continua y constantemente en negar cualquier acusación. Pero lo peor no es que lo nieguen. Es lógico que quieran evitar la cárcel. Lo indignante es que no lo hacen como una estrategia jurídica, sino que están convencidos de que ellos no han hecho nada malo y que la culpa es de Fatmagül.

De desconocidos a grandes conocidos

'Fatmagül' no sólo supuso el desembarco del fenómeno turco, sino también significó la llegada de nuevos rostros, nuevos nombres, que hoy forman parte ya de nuestro star system.

A Beren Saat la vimos después como Bihter en 'Amor prohibido', interpretando a un personaje diametralmente opuesto a Fatmagül, pero que nos sirvió para comprobar el talento de esta actriz que consigue dotar de personalidad propia a cada personaje.

Algo parecido sucedió con Engin Akyürek, que del atormentado Kerim pasó a ser el heroico capitán Omar Demir de 'Amor de contrabando' y ahora lo vemos cada sábado como el temperamental Sancar de 'La hija del embajador'. Tres personajes, tres personalidades, pero el ejemplo perfecto de los recursos interpretativos de un actor que se ha convertido en todo un referente para la audiencia.

Además, Bugra Gulsoy logra hacernos olvidar que Vural había sido uno de los violadores de Fatmagül cada vez que lo vemos como el tierno e inexperto padre de Öykü en 'Mi hija'.

Eso sí, quien no ha conseguido ganarse la simpatía de la audiencia, aunque sí su admiración por su excelente trabajo, es Esra Dermancioglu. Nunca conseguimos comprender a la ambiciosa Mukkades, capaz de vender a su cuñada por un puñado de monedas, ni podemos perdonar a la avariciosa Behice por todo el dolor que causó en la 'Tierra amarga' de Çukurova.

Por lo tanto, 'Fatmagül' no solo se merece un reconocimiento por haber sido la primera serie turca en llegar a España y por su buen hacer como embajadora de todas las que vinieron después, sino que, además, es una historia que merece ser vista, analizada, comprendida y reflexionada porque va mucho más allá de un romance imposible.

Es la historia de una mujer que quiere escribir su propia historia y que quiere que todos conozcan su verdadera historia.