BETTY VE TELENOVELAS
Desde que conocemos a Ilgaz y Ceylin hemos sido testigos de cómo iban construyendo su relación, pero, al mismo tiempo, también los hemos acompañado descubriendo los 'Secretos de familia' que han contribuido a unirlos y también a separarlos.
Si algo caracteriza a 'Secretos de familia', la serie que disfrutamos cada domingo en Antena 3, es su capacidad para sorprendernos con giros cada vez más inesperados. Y, además, lo hace desde múltiples puntos de vista. Por un lado, es un thriller donde intentamos averiguar la autoría de sucesivos crímenes y delitos a través de los ojos de todos los implicados (sospechosos, víctimas, policías, abogados, fiscales, etc,). Por otro lado, tenemos una privilegiada posición para descubrir todos los secretos que ocultan las familias Kaya y Erguvan y la repercusión que tienen en la relación de Ilgaz y Ceylin.
Unos hermanos adictos a los problemas
En este momento el matrimonio de Ilgaz y Ceylin corre serio peligro, cortesía de Çinar y su habilidad innata para atraer los problemas. Y resulta irónico que también fuera ese don del mediano de los Kaya para meterse en líos lo que propició el acercamiento entre el fiscal y la abogada. Si hacemos memoria, fue cuando acusaron a Çinar de asesinar a Inci cuando Ilgaz y Ceylin pasaron de ser simples conocidos a ser aliados, amigos y pareja.
En aquella ocasión Ilgaz no dudó ni por un segundo de la inocencia de su hermano y aunque Ceylin tenía sus dudas, siguió con la defensa con el firme objetivo de descubrir la verdad. Ceylin sólo quería saber quién había asesinado a su hermana. Ahora todo ha cambiado. Ilgaz tuvo serias dudas sobre Çinar y solo ahora que las pruebas parecen arrojar algo de luz empieza a tener algo de esperanza. Sin embargo, Ceylin no necesita más indicios ni más investigaciones. Ella ya tiene su veredicto y nada ni nadie parece ser capaz de hacerla cambiar de opinión.
Resuelva como se resuelva esta situación, lo que es evidente es que Ilgaz y Ceylin nunca han llegado a conocer en profundidad a sus hermanos pequeños.
Aún somos capaces de recordar la ansiedad de Ceylin al ir descubriendo que la dulce Inci que ella creía conocer ocultaba una doble vida marcada por las drogas, el dinero y las relaciones con personas poco recomendables.
Algo parecido podríamos decir de Ilgaz y Çinar. Todavía nos sorprende que el recto, riguroso, honesto y honrado fiscal pueda ser hermano de alguien con tendencia a coquetear y dejarse seducir por el lado oscuro de la legalidad. Porque, aunque lo sucedido con Zafer no fue provocado por Çinar, hay que reconocer que tampoco se ha esforzado demasiado por alejarse de las malas compañías (Serdar), de los malos negocios (drogas y blanqueo de capitales) y de las malas decisiones (callar y huir en vez de enfrentar las consecuencias de sus actos).
Unos padres no tan honorables
Si bien la doble vida de sus hermanos pequeños les sorprendió, mucho más lo hizo descubrir la cara oculta de sus padres.
Aunque ahora las mujeres Erguvan definan a Zafer como el pilar de la familia, nosotros no podemos olvidar que tampoco era el ejemplar patriarca que ellas recuerdan. Es cierto que su paso por la cárcel fue producto de una trampa y una profunda injusticia, pero eso no evita que después cometiera más de un error.
Por una parte, secuestró y mantuvo retenido al policía que lo implicó en el crimen. Y, por otra parte, aunque Ceylin parece omitir siempre ese importante detalle, secuestró a punta de pistola a Çinar y solo fue casualidad que el forcejeo en la nave abandonada tuviese el resultado que tuvo.
En cuanto a Metin, todavía estamos boquiabiertos por su habilidad para infringir la ley que juró proteger. Realmente ha resultado muy curioso conocer la evolución de este personaje. Si hacemos memoria, ni pestañeó cuando detuvieron a su hijo acusado de asesinato y ni por un segundo dudó de su culpabilidad. Es más, parecía mucho más preocupado por la mancha en su honorabilidad que por el futuro de su hijo en la cárcel.
Sin embargo, cuando sí era culpable (o al menos todo indicaba que era así) no dudó ni un segundo en cruzar todas las líneas rojas habidas y por haber y encubrir el delito con todos los medios a su alcance. Desde borrar pruebas hasta crear indicios falsos para culpar a un tercero.
Tanto Zafer como Metin han actuado de forma tan deplorable bajo una presión difícil de soportar. Zafer estaba convencido de que Çinar había asesinado a su hija y estaba dispuesto a cualquier cosa con tal de vengarse. Metin estaba convencido de que Çinar había cometido un crimen y esta vez sí estuvo dispuesto a hacer todo lo que estuviera en su mano por mantenerlo a salvo.
Nada justifica sus actos porque creyendo hacer algo bueno solo han provocado más angustia, más dolor y más problemas a aquellos a quienes tanto dicen querer y a quienes tanto desean proteger.
Unos familiares con demasiados misterios
Pero Ceylin e Ilgaz también han tenido que lidiar con los secretos que ocultan otros miembros de sus respectivas familias.
Aunque no era un secreto como tal porque todos conocían el domicilio de Merdan en los últimos años, tanto Ilgaz como Metin han hecho todo lo posible por borrar de sus vidas al abuelo de la familia y sus nada recomendables negocios.
En el caso de Ceylin, ha tenido que lidiar con un cuñado infiel y con la complicada adolescencia de su sobrina, cuya “simpatía” por Çinar incluye su flirteo con las malas decisiones.
Unos amigos con luces y sombras
Si en el caso de las familias, Ilgaz se lleva la palma con los secretos más complicados, en lo que respecta a los amigos, Ceylin no ha tenido demasiado buen ojo a la hora de elegir a su entorno más cercano.
Podríamos decir que los secretos de Pars y Eren han sido algo así como circunstanciales. El primero calló su enfermedad en base a su profunda necesidad de mantener su intimidad en la más estricta intimidad (valga la redundancia) y Eren no dijo que tenía una hija básicamente porque no lo sabía.
Quien sí tenía mucho que ocultar era Engin. Tanto que hasta logró engañarnos a nosotros, que lo teníamos por un personaje algo torpe, anodino y hasta poco inteligente que vivía a la sombra y al cobijo de la personalidad apabullante de Ceylin, pero nos llevamos una de las grandes sorpresas de la serie con él.
Ha resultado ser el personaje más inteligente, astuto y sibilino de 'Secretos de familia', algo nada fácil en una serie con roles tan bien construidos. Su aspecto de hijo ninguneado y desvalido no era más que una máscara con la que ocultar su odio, su rencor y su maldad.
Tal vez el asesinato de Inci fuese producto de un arrebato y que su intención no fuera matarla, pero todo lo que hizo después sí fue meticulosamente planeado, organizado, orquestado y ejecutado. Es más, aunque nos provoque rechazo por todo el dolor que ha causado, que está causando y que, quizá, cause en el futuro, hay que reconocer que, como personaje, es absolutamente fascinante porque, sin estar ya presente, consigue que todo y todos giren en la rueda que él han puesto en marcha.
Unos ex que se encuentran
Todos tenemos claro que la relación de Ilgaz y Ceylin ha sido de todo menos idílica por los continuos problemas que les ha provocado su entorno y la compleja compatibilidad de sus caracteres.
Pero, aunque no tenemos demasiada información sobre sus relaciones pasadas, sí sabemos que sus ex también tienen por costumbre guardar secretos.
Neva también tuvo sus coqueteos con el lado oscuro judicial y durante algún tiempo también mantuvo oculto su coqueteo con Cüneyt, quien, a su vez, es especialmente habilidoso a la hora de esconder bajo la alfombra la suciedad que genera su jefe.
De hecho, Cüneyt es uno de los personajes más indescifrables de la serie. Su ambición es incuestionable, pero su moralidad nos resulta dudosa. Es verdad que ni duda ni replica ni reniega de los métodos poco ortodoxos de Yekta, pero a veces nos da la sensación de que le asquean tanto como a nosotros muchas de sus decisiones y actuaciones.
'Secretos de familia' ha hecho honor a su nombre. Al final casi todos los personajes guardan secretos. Muchos de ellos ya los hemos ido descubriendo. Pero lo más interesante es que todos los espectadores somos muy conscientes de que es más que probable que aún nos llevemos muchas más sorpresas.