NÚMERO DE SERIE
Una mujer muere al caerse por una escalera. Su marido se convierte en el principal sospechoso. Una familia dividida, oscuros secretos que salen a la luz y un búho que podría ser la clave. Así es 'The Staircase'.
No hay verdad sin mentiras. El infame caso de la escalera es tan increíble que parece pura ficción. Pero no lo es. A lo largo de los ocho episodios de 'The Staircase', el director Antonio Campos ('El diablo a todas horas', 'The Sinner') desgrana, desde diferentes puntos de vista, un caso que conmocionó a la opinión pública a finales de 2001 y que llevó a la cárcel al escritor Michael Petersen, el principal (y único) sospechoso de la muerte de su mujer, Kathleen.
Eso sí, fueron 16 años de una intensa batalla judicial, que acabaron en 2017 con Michael declarándose culpable pero acogiéndose a la doctrina Alford, que a la vez clama que se asegura inocente. Hasta el final fue (y sigue siendo) uno de los casos criminales más fascinantes. Estas son las claves de la serie de HBO Max, cuyos primeros 3 episodios ya están disponibles.
¿Muerte accidental o asesinato?
Kathleen aparece muerta al final de la empinada escalera de su casa. No hay testigos de la caída, ningún vecino escucha nada. Su marido Michael y ella han estado bebiendo vino en su tranquilo jardín con piscina. Todo parece indicar que Kathleen perdió el equilibrio. Pero tras la autopsia, se constata que presenta numerosos golpes, con algunas laceraciones en la cabeza muy severas. Aunque Michael asegura que es inocente, algunas pruebas se le ponen en contra. En el juicio, el fiscal apoyará la teoría de que Kathleen murió de un golpe en la cabeza provocado por un objeto largo y contundente, posiblemente el atizador de la chimenea. La serie recién estrenada describe a Kathleen, interpretada por Toni Collette, como una mujer impulsiva (llega a atropellar a un ciervo), que bebe a menudo y se siente agotada al final del día, sin fuerzas. La defensa de Michael (con un magnífico Colin Firth) argumentará que Kathleen tropezó y se golpeó, y al intentar levantarse volvió a caerse, provocándose los numerosos cortes y golpes. Al final del segundo episodio se recrea la macabra situación de una forma inusualmente explícita.
El móvil del sospechoso
Un padre de familia modélico, un autor de novelas de misterio popular por escribir una columna crítica en el diario local de Durham, un aspirante a concejal con numerosos apoyos, un marido cariñoso. Todo esto era Michael Petersen hasta que la muerte de su mujer descubrió que llevaba una doble vida (mantenía relaciones homosexuales intermitentes que incluían fotos e emails comprometedores). Este hecho, y que se hubiese inventado en el pasado que fue herido en combate para ganar votos, provocó la duda hasta en el seno de su propia familia, un clan (cinco hijos) que eran una piña pero que se fue desestabilizando a medida que avanzaba el caso.
El fiscal usó esta desconfianza para asegurar que Michael mató a su mujer en un arrebato cuando esta descubrió sus relaciones fuera del matrimonio. En la serie, Kathleen le llama "el gran simulador", un fantasioso, pero al mismo tiempo parecen mantener una buena relación. De hecho, Michael asegura que Kathleen estaba al tanto de sus escarceos sexuales. Además, Michael estaba convencido de que sus opiniones como columnista le habían granjeado enemigos en la policía y que su juicio no sería justo. Otro posible móvil apuntaba al seguro de vida de Kathleen tras su muerte, ya que los Petersen tampoco pasaban por su mejor momento financiero. De hecho, a lo largo de todo ese tiempo entre juicios y apelaciones, Michael acabó arruinándose.
En Alemania ocurrió algo parecido
Por si fuera poco, iniciada la investigación, se revela que 20 años antes Michael ya había vivido una muerte similar cuando residía en Alemania. En ese país vivió con su primera mujer, Patty, con la que tuvo dos hijos, Todd (Patrick Schwarzenegger en la serie) y Clayton (Dane DeHaan). Una vecina, Liz Ratliff, había fallecido por aneurisma tras caer por una escalera. ¿Coincidencia o la pista definitiva? Patty, que conocía ya por entonces los gustos de su marido, estuvo durante el juicio a su lado y siempre defendió su inocencia. También las hijas de Liz que fueron adoptadas por Michael, ya que el padre había fallecido en extrañas circunstancias en Panamá. Martha (Odessa Young) y Margaret (Sophie Turner) no podían desconfiar de aquel hombre que para ellas se había convertido en su protector ante la doble tragedia. "No somos perfectos, pero nos queremos", había dicho Michael a sus hijos en un brindis. Pero no era todo de color de rosa, pues Caitlin (Olivia DeJonge), la hija de Kathleen (pero no de Michael) se alió con su tía Candace (Rosemarie DeWitt) para apoyar a la conservadora ayudante del fiscal (Parker Posey) en su acusación.
La teoría del búho
La serie arranca en febrero de 2017, cuando Michael conseguirá su ansiada libertad (aunque siempre quedará la duda de su participación en los hechos). Aquí conocemos a Sophie (Juliette Binoche), la editora de una docuserie francesa que se hizo muy popular (y que se puede ver en Netflix), con la que el director Jean-Xavier de Lestrade documentó todo el proceso, casi dos décadas siendo la sombra de Michael. Luego viajamos a diciembre de 2001 cuando Kathleen muere al caer por la escalera. Hay algunos flashbacks sobre lo que ocurrió inmediatamente antes y es en este periodo donde entra en escena un nuevo e inquietante protagonista. Entre las teorías barajadas por los investigadores cobró fuerza la del búho. Y así lo constata la propia serie, que salpica algunos episodios con su sugerente presencia. Cómo Kathleen escuchaba ruidos en el tejado, o cómo abrió el desván y se asustó con lo que creía un murciélago, o cómo se oía el ulular desde los árboles. Según esta hipótesis, aquella fatídica noche, ese búho que había estado incordiando en los últimos días, salió de su escondite y asustó a Kathleen. Aunque la defensa no lo incorporó como evidencia, sí que resulta cuanto menos inquietante que en el cuerpo de la fallecida se encontraran restos de una pluma y que las heridas de la cabeza pudieran deberse a las garras del ave. En fin, que este caso lo tiene todo y ambas series enganchan como pocas.