NÚMERO DE SERIE
La abrupta salida de dos personajes principales, la llegada al poder de Joe Biden y las consecuencias de la pandemia marcan una quinta temporada llena de surrealismo en 'The Good Fight' (aunque no esté Trump).
Los guionistas de 'The Good Fight' se siguen metiendo en mil charcos, pero habrá que esperar. Lo veremos más adelante. El primer episodio sirve de antesala a lo que llegará. Hay que hablar de la pandemia; quitársela del medio para avanzar. De hecho, no hay títulos de crédito hasta el final. La serie suele incluirlos en algún momento impreciso que significa el arranque de la verdadera trama del episodio en curso. Aquí tarda un rato porque será el segundo episodio el que realmente abra la quinta temporada.
Este primer episodio es un guiño a muchas cosas que se quedaron en el tintero por culpa del covid. El final de la cuarta temporada con la surrealista trama sobre el suicidio y el legado de Jeffrey Epstein (y su pene criogenizado) dejó en el aire algunas ideas. El drama legal protagonizado por Diane Lockhart (Christine Baranski) comienza hablando del uso del Zoom porque no queda otra y del encierro en casa. Estos abogados que siempre miran la pela, podrían encontrar con la crisis sanitaria la oportunidad para hacer cumplir aquellos despidos que la firma STR Laurie (con John Larroquette al frente) les había reclamado al final de la cuarta entrega (recortar al 20% del personal nada menos).
Hubiéramos preferido antes un recorte del personal que la despedida a dos grandes. Cierto es que era una muerte anunciada pero duele igual. Ambos personajes, Lucca y Adrian, debían haberse despedido en la cuarta temporada, pero el final abrupto por el covid lo impidió. Los actores que los interpretan aparecen para concluir sus historias, pero poco más.
Por un lado, la asociada y posterior jefa legal de divorcios Lucca Quinn (Cush Jumbo), que apareció por primera vez en ‘The Good Wife’ y repetía en su spin-off. La última vez que la vimos el personaje estaba muy lejos de ser lo que fue, con toda esa subtrama un tanto incoherente sobre su nueva amiga rica Bianca.
Y claro está Adrian Boseman (Delroy Lindo), cuyo apellido llegó a formar parte de la firma junto a Reddick y Lockhart. En el aire quedó que pudiese postularse a presidente por el Comité Nacional Demócrata. Las protestas del Black Lives Matters le llevan por otros derroteros de camino a Atlanta.
El vacío de Lucca y Adrian es uno de los ejes de esta temporada, ya que los creadores de la serie, Robert y Michelle King auguraron que se llenaría ese vacío de género, edad y raza. ¿Quién ocupará el puesto de Boseman? Diane y Liz (Audra McDonald) se aliarán en busca de un sucesor. Diana apostará por más mujeres, Liz podría apoyar la entrada de más abogados negros.
Lucca y Adrian no son los únicos que se dan el piro. Por otros motivos (más obvios) desaparece del mapa y de las pesadillas de Diane el presidente Trump. La serie sigue siendo audaz y siempre pegada a la actualidad, una de sus señas de identidad. Hay que contar mucho en muy poco tiempo. Asisten a la elección del nuevo presidente Joe Biden y se pasa página al entramado del Memo 618, aquel secreto de Estado que protegía a las élites de consecuencias legales en su contra (Julius –Michael Boatman– se encuentra en esta tesitura).
La insurrección del 6 de enero en el Capitolio parece ciencia ficción en los ojos de los protagonistas, pero son unos disturbios que existieron de verdad y a los que Diane asiste estupefacta. Diane llega a presentar un caso ante la Corte Suprema junto al demócrata Michael Bloomberg que se interpreta a sí mismo. También se habla del fallecimiento de la jueza Ruth Bader Ginsberg, cómo no podía ser de otra manera.
Ante el adiós de dos de los grandes personajes de ‘The Good Fight’ se confirmaron otras dos entradas por el momento. Por un lado, la de Charmaine Bingwa, como una nueva abogada de Reddick, Boseman & Lockhart. A la actriz la hemos visto en ‘Cajas oscuras’, la película de terror de Amazon.
Pero el fichaje más esperado es el de Mandy Patinkin. El conocido actor de ‘La princesa prometida’, popular por ‘Mentes criminales’ y alabado por su interpretación en ‘Homeland’ se convierte en Hal Wackner, un hombre de ley pero que va a su rollo. Un tipo pintoresco que podría dar la campanada por sus excentricidades, entre las que se encuentra haber montado su propio tribunal en la parte trasera de una copistería. Verle con la toga y el mazo me recuerda a la jueza Judy dictando sentencias desde su atalaya televisiva. ‘The Good Fight’ es única mostrando la más cruda realidad sin perder nunca la sonrisa.