NÚMERO DE SERIE
Todo salta por los aires. Un 'leit motiv' de los títulos de crédito de 'The Good Fight', que recuerda la pelea encarnizada de Alicia Florrick en 'The Good Wife' por salvar la honorabilidad de su marido (y el futuro de ella y de sus hijos), pero que también desvela la agresividad máxima con la que 'The Good Fight' se va a enfrentar a los nuevos hechos, acaecidos un año después del adiós de Alicia. Explota un portátil y unos libros del bufete, pero también un zapato de tacón (ellas mandan) y hasta el mazo de un juez. Poner en entredicho la justicia, destapar las injusticias, apoyar al más débil, ésa es la primera sensación que uno percibe con esta nueva serie que amarán los fans de la original.
La "buena esposa" desaparece en 'The Good Fight' para dar paso a una venganza personal, la de Diane Lockhart. Los creadores de ambas, Michelle y Robert King, vuelven a hilar fino. Recuperan al personaje más carismático de 'The Good Wife', interpretado por Christine Baranski, a punto de retirarse para comprarse unos viñedos, para mostrarlo, tal vez por primera vez, en su estado más vulnerable, cuando una mala jugada financiera (una estafa, vaya), la hunde literalmente en la miseria. ¡Fuck!, grita, para sorpresa de sus fans. Su respuesta no se hace esperar. Diane es mucha Diane y lo mismo se queda impertérrita con cara de póker ante la victoria de Donald Trump (ya sabemos lo pegadas que iban las tramas de 'The Good Wife' a la actualidad, pero aquí se nota que esta escena la “colaron” en el último momento) como se lía la manta a la cabeza para recuperar lo que tanto esfuerzo le costó ganar.
Diane no está sola. No es una Alicia Florrick con personajes secundarios bailándole el agua. 'The Good Fight' también recupera a Lucca Quinn (Cush Jumbo) e introduce así a un bufete de abogados integrado por afroamericanos con Delroy Lindo a la cabeza como el irónico y chispeante Robert Boseman. De hecho, el caso (siempre hay un caso más allá de los asuntos personales) pone el punto de mira en la brutalidad policial ejercida por un policía blanco a un negro (el segundo episodio pone al descubierto las agresivas políticas empresariales y chanchullos financieros). La novedad más interesante recae en la ahijada de Diane, interpretada por Rose Leslie (Ygritte en 'Juego de Tronos'), hasta ahora desconocida, una joven abogada recién licenciada llamada Maia Rindell, cuya sana ambición choca con los oscuros asuntos de su padre, un multimillonario que (al parecer) se la juega a Diane (Paul Guilfoyle, de 'CSI: Las Vegas'). Ojo también con la madre de Maia, la dudosa Lenore Rindell (Bernadette Peters). Maia vendría a ser la Alicia Florrick de 'The Good Fight': una novata que, partiendo de cero, tendrá que sacar pecho y afrontar las consecuencias. Teniendo a Rose Leslie como una de las protagonistas es fácil comparar los engaños y artimañas de Poniente con las argucias y embustes alimentados en los pasillos de estos bufetes de Chicago.
¿Es necesario haber visto 'The Good Wife' para entender las nuevas tramas de 'The Good Fight'? No. Eso sí, es recomendable conocer a los personajes. Diane ha demostrado ser brillante y una mujer dura de pelar. Sabemos que no se dará por vencida tan fácilmente. Y Lucca, siempre la mano derecha de Alicia Florrick en la última temporada de la serie, puede estar en el bando opuesto profesionalmente, pero siempre se decantará por hacer el bien y, en esto, estará junto a Diane codo con codo.
Para los seguidores de 'The Good Wife', algunos momentos memorables. Diane pregunta por Alicia y recuerda a Will en un par de ocasiones al ver su foto. Reaparece David Lee (Zach Grenier), siempre tan maquiavélico, y Howard (Jerry Adler), que vuelve a ponerle el punto cómico al asunto con sus despistes no siempre bienintencionados. No tenemos a Eli Gold (Alan Cumming) pero sí a su hija, Marissa (Sarah Steele), y el juez del segundo episodio es Abernathy (Denis O’Hare).
Lo mejor de 'The Good Fight' es su reparto, en especial, Rose Leslie, su agobio es fácilmente compartido por el espectador y empatizamos con ella. Christine Baranski nos sigue encandilando con su 'savoir faire', sus maravillosos trajes de chaqueta hechos a medida y su risa contagiosa. La música, los ascensores, el vaso de whisky siempre a mano, continúan aquí. Las tres mujeres protagonistas de 'The Good Fight', en mayor o menor medida, se juegan su reputación y nos podemos de su parte. En 'The Good Fight' encontramos diversidad racial, empoderamiento femenino y libertad sexual, pues Maia es lesbiana; Lucca se acuesta con un guaperas que sale medio desnudo y Diane, a pesar de todo, sigue contando con Kurt (Gary Cole) para salir a flote. ¡'The Good Wife' ha muerto, viva 'The Good Fight'!