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'Roseanne', el ayer y hoy de una serie polémica

Regresa 'Roseanne' 30 años después de su estreno y lo hace con el mismo elenco original. Atrás quedó uno de los peores finales que se recuerdan. Roseanne sigue siendo igual de grosera y reaccionaria, pero, ahora, además, vota a Trump. Éstas son las claves de una ficción que sigue provocando ampollas sin perder la sonrisa.

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Quién es Roseanne Barr

A los guionistas se lo puso fácil porque su vida no tiene desperdicio. Nacida en una familia judía de clase trabajadora –su abuelo, ruso, cambió su apellido Borisofsky por Barr al llegar a EEUU–, Roseanne Barr (Utah, 1952) sufrió daños cerebrales tras ser atropellada por un coche a los 16 años. Fue ingresada en un hospital, donde tuvo a su primer hijo que dio en adopción. Con 18 se fugó de casa y se apuntó a una comuna hippie en la que conoció a su primer marido, con el que tendría tres hijos.

Trabajó como camarera mientras actuaba en locales de stand-up comedy, protagonizando sus propios shows televisivos. Su estilo irreverente y soez llamó la atención de los productores de 'Matrimonio con hijos', pero ella rechazó el papel de la mujer del protagonista. Lo tuvo claro desde el principio: ella quería ser la protagonista. Y así fue como los creadores de 'La hora de Bill Cosby' le hicieron una serie a su medida. Con 36 años, Roseanne se reía desde la intro de su aparente mala suerte.

El declive de la exitosa 'Roseanne'

La ambiciosa actriz descartó el título inicial –'Life and Stuff'–, colocó su propio nombre y se promocionó como la versión femenina de Archie Bunker, el icónico protagonista de 'All in the family'. Llegaría a ser la segunda mujer mejor pagada de la tele, sólo tras Oprah Winfrey, ganando un Emmy (Laurie Metcalf, su hermana en la ficción, se llevaría tres consecutivos). La sitcom aguantó nueve temporadas, de 23-26 episodios cada una, siendo la serie más vista en EEUU en 1989 y 1990.

Controvertida, dentro y fuera de la pantalla, la actriz hizo públicos los abusos sexuales sufridos en su infancia, se redujo el pecho, aireó su divorcio de Tom Arnold, se casó con su guardaespaldas y tuvo un hijo 'in vitro' a los 43 años. A sus habituales apariciones en la prensa sensacionalista –algo que confundía a los espectadores que mezclaban persona y personaje–, se unió su fama de déspota en el rodaje, donde eran habituales los enfrentamientos con el equipo. Pero el remate definitivo fue una insólita decisión en la última temporada: a los Conner les tocaba la lotería. El giro enfureció a los fans. En un intento de enmendar el error, el desconcertante final explica inútilmente que, en realidad, nunca se hicieron millonarios, que todo fue fruto de una fantasía de la protagonista escrita en un guión.

El revival: los guiños nostálgicos

Todos los personajes regresan como si aquel infame final de 1997 nunca hubiera ocurrido. Dan (John Goodman) no ha muerto de un infarto (de ahí las bromas sobre su resurrección en la primera escena). Su hija Darlene (Sarah Gilbert) vive con ellos y con los dos hijos que tuvo con el sensible David (Johnny Galecki, uno de los actores mejor pagados de la tele por 'The Big Bang Theory' también se deja ver): una adolescente en pie de guerra con su abuela (que debería haber sido más mayor) y un chaval cuyos vistosos looks hacen creer a la familia que es gay. Como Gilbert es lesbiana en la vida real, "sus padres" bromean con que Darlene también lo sea, algo que ella niega.

¿Qué hacer con Becky que fue interpretada por dos actrices diferentes? Alicia Goranson retoma el papel y Sarah Chalke (luego muy popular por 'Scrubs') se convierte en la mujer que la quiere contratar como vientre de alquiler (con su consabida guasa). Becky está viuda porque el actor Glenn Quinn (su marido Mark, hermano de David) falleció en 2002 a los 32 años por sobredosis. La que regresa en plena forma es la veterana Estelle Parsons, que a sus 90 años protagoniza una de las escenas más meta: ésa en la que su hija Jackie le da un beso en la boca recordando aquel polémico morreo de Roseanne con otra mujer.

A pesar de los años, 'Roseanne' no ha cambiado. O, tal vez, sí, se ha hecho más ambigua. Roba en el súper, trabaja conduciendo un Uber y se enorgullece de votar a Trump, algo que le enfrenta a su liberal hermana. Un momento top republicano es ése en el que Roseanne agradece a su hijo DJ que haya hecho "América grande otra vez" por luchar por su país en Siria. Si de DJ sabemos en principio que se ha casado con una mujer negra, también soldado, y que cuida de su hija mientras ella sigue combatiendo, de Jerry, el cuarto hijo de Roseanne, sólo nos lanzan una pista: está en Alaska en un barco pesquero. La serie ha renovado por otra entrega, así que tendremos Conner para rato.

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