SE LLEVAN 35 AÑOS
Una joven británica de 21 años y un hombre condenado a cadena perpetua. El supuesto romance entre Lyle Menéndez y esta estudiante universitaria ha despertado curiosidad y polémica en igual medida.
Lyle Menéndez, condenado a cadena perpetua junto a su hermano Erik por el asesinato de sus padres en 1989, enfrenta un nuevo capítulo polémico en su vida. Su mujer desde hace veinte años, Rebecca Sneed, ha confirmado recientemente su separación, desmintiendo rumores de infidelidad pero admitiendo que, pese a mantener una relación de apoyo y amistad, sus caminos han tomado direcciones distintas.
En medio de esta situación, ha surgido la noticia de su supuesto romance con una joven británica de 21 años, un vínculo que ha generado controversia por las circunstancias y la diferencia de edad de 35 años.
Lyle, de 56 años, habría conocido a Milly Bucksey, estudiante universitaria en Mánchester, a través de un grupo de Facebook dedicado a su caso, administrado en su momento por Rebecca Sneed, su ya ex-mujer. Según informes, la relación comenzó cuando Lyle contactó a Milly bajo un seudónimo, revelando su identidad real tras ganar su confianza. El vínculo creció rápidamente, hasta el punto de que Milly viajó a California en septiembre de 2024 para visitarlo en la prisión Richard J. Donovan.
Durante estas visitas, se les vio posando juntos en fotografías en actitud afectuosa, lo que reforzó los rumores sobre su relación. Para mantenerse en contacto, Lyle habría utilizado teléfonos móviles de contrabando, lo que provocó sanciones dentro de la prisión.
Aunque Rebecca Sneed negó que su separación tuviera relación con este romance, la noticia ha llamado la atención mediática, añadiendo complejidad al caso de Lyle. Además, el uso de dispositivos ilegales en prisión podría complicar sus intentos de obtener una revisión de su sentencia, especialmente tras la decisión del fiscal del condado de Los Ángeles de reexaminar su caso y el de su hermano.
El romance entre Lyle y Milly plantea preguntas sobre las dinámicas de poder y la rehabilitación en prisión, además de la naturaleza de las relaciones bajo circunstancias extremas. Mientras tanto, Rebecca, quien sigue apoyándolo legalmente, declaró: "Seguiremos siendo mejores amigos y familia, pero nuestras vidas han tomado caminos diferentes".
Este inesperado capítulo en la vida de Lyle Menéndez continúa sumando controversia a su ya turbulento historial, generando debates que trascienden el ámbito judicial.