POR EL DÍA DE LA MADRE
Malas madres, y punto. Juego de tronos, Bates Motel, Los Soprano, Mad Men, Feud o Arrested Development desafían este bonito Día de la Madre para recordarnos a aquellas mamás que se las han hecho pasar canutas a sus hijos en la ficción televisiva.
Lena Headey como Cersei Lannister en Juego de tronos (2011-)
Cómo le ponen a George RR Martin las mujeres ambiciosas en un mundo dirigido por hombres. Pero con la despiadada Cersei rizó el rizo. Sus tres hijos son fruto de la relación incestuosa que mantiene con su hermano mellizo Jaime. Maquiavélica como pocas, Cersei asume con frialdad la premonitoria muerte de cada uno de ellos. Su furia contenida da pavor. Shame, Shame!
Encabezar este ránking de crueldad, le ha valido a Lena Headey estar nominada al Emmy en tres ocasiones, y una, a los Globos de Oro.
Vera Farmiga como Norma Bates en Bates Motel (2013-2017)
A Norma se le muere el marido y decide, algo de lo más normal, comprarse un motel aislado y "encerrar" en él a su hijo (Norman, ojo al detalle) no vaya también a escapársele. Durante cinco temporadas, la precuela televisiva de la película Psicosis, de Alfred Hitchcock, muestra a una señora capaz de matar por su hijo para protegerle de sí mismo. Más retorcida y fría, imposible.
La candidata al Oscar Vera Farmiga (por Up in the Air), consiguió una nominación al Emmy en 2013 por este sanguinario personaje.
Nancy Marchand como Livia Soprano en Los Soprano (1999-2007)
La mamma de Tony Soprano tuvo la culpa del ataque de pánico del capo de la Mafia de New Jersey. Una madre pasiva-agresiva, hipócrita como pocas, que será el eje de las conversaciones del gangster con su psicóloga. La bandada de pájaros que escapa del jardín como metáfora del vacío emocional de esa madre manipuladora que no sólo nunca quiso a su hijo si no que llegó a conspirar para acabar con él.
Premiada en varias ocasiones por la serie Lou Grant, Nancy Marchand nunca conseguiría el Emmy por su desalmada madre (estuvo nominada en dos ocasiones), aunque sí se llevó un Globo de Oro en 1999.
January Jones como Betty Draper en Mad Men (2007-2015)
Betty Draper es el claro ejemplo de mujer que no ha nacido para ser madre, pero que, por circunstancias de la vida, asume dicho papel, como el de ser ama de casa en los años 50. De apariencia bondadosa y compasiva, es, en realidad, una rubia calculadora y egoísta que ignora a sus retoños, especialmente a su hija Sally, en la que vuelca su propia frustración, entre caladas al pitillo y lingotazos de alcohol.
Gracias a su insensible personaje, January Jones consiguió tener un par de opciones a los Globos de Oro y una a los Emmy.
Susan Sarandon como Bette Davis en Feud (2017)
De una progenitora apática en Mad Men a la distante Bette Davis de la miniserie de HBO. La joven actriz Kiernan Shipka se ha sacado el máster a la hija que puede con todo, incluidos los ataques de madres vengativas y sin escrúpulos. En Feud, basada en hechos reales, su personaje, B.D. (Bette Davis llamaba a su hija por sus iniciales, atención), sufrió la maldición de la diva de Hollywood. De ahí que se casara (y huyera) con sólo 16 años.
La oscarizada Susan Sarandon, nominada en ocho ocasiones a los Globos de Oro, está pidiendo uno a gritos por interpretar a una de las mejores actrices de Hollywood, pero también a la peor de las madres.
Jessica Walter como Lucille Bluth en Arrested Development (2003-)
Terminamos con una sonrisa, que no todas las madres van a ser drama queens. En Arrested Development, la inconsciente matriarca de los Bluth, no asume que su marido ha ingresado en la cárcel, y sigue viviendo a todo trapo, "maltratando" a sus hijos que son, sin embargo, los que tienen que sacar adelante a la familia. Con prejuicios para todo, esta mentirosa compulsiva no suelta el Martini de la mano ni para ir al baño.
Nominada en 2003 al Emmy por su astuta señora Bluth, Jessica Walter es ahora popular por ponerle voz a Malory en la serie animada Archer.