BETTY VE TELENOVELAS

Onur Tuna celebra su 38 cumpleaños triunfando en España con 'Pecado original' y 'Doctor Alí'

Onur Tuna cumple 38 años y lo celebra convertido en el galán de moda en España gracias al éxito de audiencia de 'Pecado original' y 'Doctor Alí'.

Desde que lo conocimos como el atractivo y arrogante Alihan de 'Pecado original', Onur Tuna se ha convertido en uno de los actores turcos favoritos de la audiencia. Un cariño y una simpatía que se ha visto reforzada por su papel de Ferman en 'Doctor Alí'. Por eso, su 38 cumpleaños es la mejor ocasión para hacer balance de cómo han evolucionado ambos personajes y cuál ha sido nuestra relación con ellos.

Alihan, entre el amor y el odio

Con Alihan Tasdemir, el personaje que Onur Tuna interpreta cada tarde en 'Pecado original' en Antena 3, hemos tenido una relación de amor-odio. Lo hemos amado apasionadamente y lo hemos odiado profundamente. ¿Por qué? Porque Alihan resulta tan atrayente como complicado.

Nuestra primera impresión fue un flechazo rotundo porque es más que evidente que Onur Tuna, es decir, Alihan, solo necesita mirar fijamente a cámara para cautivar, conquistar y seducir a quien está al otro lado de la pantalla.

Onur Tuna es Alihan en ‘Pecado Original’ | Antena 3

Sin embargo, ese flechazo vivió una primera crisis cuando descubrimos que tras esa fachada fascinante había dosis importantes de prepotencia, arrogancia, soberbia y engreimiento. Por eso comprendimos los reparos de Zeynep a dejarse llevar una relación que, ya desde el principio, se intuía que iba a ser tormentosa.

Alihan fue el perfecto seductor porque hay que reconocerle que, cuando quiere, sabe ser detallista, cariñoso, atento, romántico… Es más, en aquellos primeros días casi logra que olvidáramos su endemoniado carácter. Hasta que descubrimos su vulnerabilidad y su afán por ocultarla tras una fría capa de crueldad.

Si hubiera hablado francamente, si hubiera explicado sus miedos, si hubiera confesado sus traumas, si hubiera admitido su fragilidad emocional, tanto Zeynep como la audiencia lo hubiéramos comprendido, arropado, abrazado y ayudado a superarlo.

Solo cuando Cem presentó su candidatura al corazón de Zeynep, Alihan pareció sufrir algo parecido a una terapia de choque e inició la operación reconquista. La verdad es que nos hacía gracia verlo provocando averías en el ascensor para provocar encuentros con Zeynep o verlo colarse en el baño de mujeres. Eso sí, Alihan no puede evitar su tendencia a equivocarse. Esta vez el error se llamó Hira y, aunque supo solucionarlo a tiempo, pudo causar dramáticas consecuencias.

Una vez superada esa gran crisis al lograr el perdón de Zeynep, todo volvía a ser bonito. Pero, una vez más, Alihan tropezó en la misma piedra: su pasado y su egocentrismo.

Creer que Halit había sido el amante de su madre lo desestabilizó tanto que perdió por completo todo el sentido común y toda su capacidad para actuar con cordura. Solo eso explica que aceptase la estupidez de casarse con Ender. Una vez más, Alihan volvió a pensar solo en sí mismo, en sus deseos, en su voluntad, en su rabia, en su ira, en su dolor, en su venganza. Una vez más, Alihan relegó a Zeynep a una posición secundaria en su vida. De nada sirve hablar de amor, si los actos no lo corroboran.

Es cierto que él siempre tuvo claro que su matrimonio con Ender era una transacción comercial, pero lo gestionó de la peor forma posible. Por ejemplo, nunca fue capaz de controlar y frenar los ademanes de señora Tasdemir de Ender.

Fueron tiempos oscuros en nuestra relación con Alihan. Sabíamos que quería a Zeynep y que sufría por hacerla sufrir, pero era incapaz de renunciar a su plan por ella. Porque para Alihan lo primero casi siempre es Alihan. No hay palabras para describir nuestra rabia y nuestra decepción al verlo anteponer la venganza a los sentimientos.

Cuando finalmente logró librarse del yugo de Ender, Alihan inició una larga (y merecida) travesía por el desierto. Zeynep, cansada de decepciones y gracias, en gran medida, al gran trabajo de Ender como instigadora de conflictos, decidió imitar el comportamiento irracional de su ex novio y devolverle la misma jugada: casarse con otro. Y, además, no podemos pasar por alto que tanto Ender como Dündar comparten su deseo de no dejarse utilizar y su intención de prolongar sus relaciones ficticias el mayor tiempo posible.

Porque tal y como le sucedió a Alihan, que le costó una casa y un buen puñado de acciones conseguir la firma de Ender en el documento del divorcio, Zeynep también ha aprendido que las malas decisiones tienen malas consecuencias.

En cuanto a Alihan, ha conseguido el perdón de Zeynep, pero ¿y el nuestro? La verdad es que lo tenemos en cuarentena.

Si vuelve a cometer alguno de sus errores del pasado, nos subiremos a un taburete, lo miraremos a los ojos y le diremos que no vamos a tolerar ni una decepción más.

Sin embargo, si sigue siendo el príncipe azul que rescata a su amada de las garras del dragón y, sobre todo, si la respeta, la quiere, la besa, la encuentra cada noche, le borra los males, la reconoce, la cuida y la protege, entonces nosotros iremos y correremos hacia él.

Ferman, la constancia exquisita

Nuestra relación con Ferman Ergiyit, el brillante cirujano que Onur Tuna encarna los fines de semana en 'Doctor Alí' en Nova, ha sido completamente distinta. Podría resumirse diciendo que ha ido de menos a más.

Nuestra primera impresión fue absolutamente decepcionante. Lo vimos tan engreído y soberbio como Alihan, pero, además, en este caso, tenía una capa extra de crueldad. Nosotros, que somos fieles y leales amigos de Ali, tardamos mucho en olvidar aquella terrible secuencia en la que Ferman le gritaba en medio de un pasillo como todo un energúmeno.

Pero, como dice la canción, nos hizo falta tiempo para conocerlo y para descubrir al hombre, al médico, al hermano, al amigo, que se ocultaba debajo de esa capa de frialdad emocional.

Como médico, hay poco que reprocharle a Ferman. No solo es exquisito en la ejecución de diagnósticos y operaciones, sino que también lo es en su trato con los pacientes, aunque, sin duda, es con los niños con los que despliega toda su dulzura y toda su ternura. Con solo pronunciar la palabra "peque", los pacientes más jóvenes parecen tranquilizarse y confiar en ese doctor que es capaz de buscar todas las soluciones posibles.

Es cierto que la irrupción de Ali en el Berhayat, la competitividad con Ferda, los juegos motivacionales de Tanju y la turbia personalidad de Vuslat han puesto a Ferman al borde del límite en más de una ocasión. Sabe que es un buen profesional. Sabe que, como adjunto, no puede ponerse al nivel de un residente. Sabe que Ali lo respeta como maestro. Sabe que no puede competir con alguien con el síndrome del sabio. Pero, aún así, Ferman ha tenido momentos de duda, de inseguridad. Y eso lo ha humanizado a nuestros ojos. Ferman no es un robot. Ferman también sufre, aunque se esfuerce por ocultarlo y mostrarse siempre firme e impasible.

Eso es lo que ha pasado con los últimos acontecimientos. Todos sabemos que para Ferman su profesión es lo más importante y la posibilidad de no volver a operar ha sido un golpe demasiado duro para él y para nosotros. Verlo observar desde la distancia resulta extremadamente doloroso.

Por eso deseamos con todas nuestras fuerzas que Ali haga su magia y encuentre esa solución de último segundo. Porque Ferman debe poder entrar de nuevo en un quirófano como cirujano. Porque son muchas las vidas que ha salvado. Son muchas las vidas que ha cambiado. Y porque son necesarios médicos como él que nos hacen sentir y seguridad cuando cruzamos la puerta de un hospital como pacientes o como acompañantes.

Como hermano, hay que reconocer que no lo ha tenido fácil. Ha cuidado con devoción de Fatos, pero aún no entendemos porque la mantenía en secreto. En cuanto a Ali, tal vez haya habido ocasiones en las que no ha actuado como debería, pero tampoco es sencillo lidiar con su hermano pequeño. Ha tenido que hilar muy fino para que su protección no derivase en sobreprotección. Ha tenido que explicar más de una vez esa línea imaginaria que diferencia al Ferman hermano mayor del Ferman profesor y jefe.

Ha habido ocasiones en las que quizá no ha sabido explicarle a Ali sus decisiones o sus emociones, pero nadie puede cuestionarle que se ha esforzado al máximo por ayudar a su hermano pequeño a adaptarse a la profesión, a las rutinas laborales, a las interacciones sociales, a las relaciones sentimentales, etc.

En cuanto al Ferman hombre, ha tenido sus luces y sus sombras con Beliz. Dice que la quiere, pero es cierto que ha habido ocasiones en las que no ha estado a la altura. La dejó sola en momentos muy complicados para ella, pero tampoco se merecía la frialdad de Beliz cuando rechazó su propuesta de matrimonio. La duda ahora está en si conseguirán recuperar aquello que tenían o si la impasividad de Ferman ante la estrategia conquistadora de Tanju y la disposición de Beliz a dejarse querer pueden distanciarlos definitivamente.

Pero, al margen de esa relación que oscilaba del abrazo más intenso a la conversación más gélida, desde fuera no podemos dejar de preguntarnos qué hubiera pasado con Nazli de no haber existido Ali. Si recordamos, el propio Ferman recordó que durante un nanosegundo se planteó un "y si". Y siempre nos quedará la duda de cómo hubiera evolucionado su relación con Ferda, porque, a pesar de sus continuas discusiones, era evidente que había conexión entre ellos.

En definitiva, tanto Alihan como Ferman están en momentos que van a determinar su futuro. El primero está intentando aprovechar su enésima oportunidad para reconstruir su relación con Zeynep. ¿Logrará ser feliz con la mujer que quiere? El segundo está esforzándose hasta la extenuación para recuperar su capacidad para operar. ¿Se recuperará o se reinventará?

Lo que sí tenemos claro es que Onur Tuna celebra su 38 cumpleaños recibiendo como regalo el cariño, el apoyo, el reconocimiento y el aplauso de una audiencia que no falta a su cita diaria con él.