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El nuevo true crime del que todos hablan tiene 3 episodios y una historia espeluznante que no te dejará pestañear

Un hombre denuncia que su novia ha sido secuestrada en su propia casa, pero la policía sospecha que él mismo la ha podido matar. Desde ahí parte una historia impactante que tuvo lugar en California en 2015 y conmocionó a Estados Unidos. No te pierdas Pesadilla de un secuestro en California.

Cada cierto tiempo, aparece en las plataformas un nuevo documental de true crime que recupera un caso policial que ya parecía olvidado, o que no había trascendido para la audiencia global, y que se repente se convierte en el tema de conversación en la pausa para el café cualquier oficina o en las cañas de todo grupo de amigos. Si hace unos meses nos fascinaba la historia de Natalia Grace en HBO Max, ahora se está convirtiendo en un pequeño gran fenómeno Pesadilla de un secuestro en California, en Netflix. No en vano ya está en el número 1 de lo más visto de España desde su primer fin de semana.

El título en español de esta serie documental es bastante ilustrativo del tema que trata (no, no se han roto la cabeza en buscar algo más sugerente; en inglés es simplemente American Nightmare). Aunque en este artículo no vamos a destripar todos los derroteros de la historia, para que la podáis ver y sorprenderos por vosotros mismos, sí os contamos el punto de partida: Aaron Quinn, residente en una zona de California llamada Vallejo, llama a la policía y denuncia que su novia, Denise Huskins, ha sido secuestrada en su propia casa hace unas horas. Según su relato, un intruso entró mientras ambos dormían, les drogó, ató y amordazó y finalmente la raptó a ella.

Pesadilla de un secuestro en California | Netflix

El relato de Aaron incluye detalles ciertamente rocambolescos como que los asaltantes venían con trajes de neopreno -hay una zona pantanosa cerca de la casa-, que les hablaban por su nombre, que le habían pedido un rescate y habían instalado una cámara en casa para comprobar que no llamaba a la policía y un largo etcétera. De ahí que, inicialmente, la policía no creyese una palabra del testimonio del joven y, aunque iniciaron la búsqueda de Denise, pensaban que él podría haber matado a su pareja y haberse deshecho del cadáver.

El caso de la desaparición de Denise Huskins rápidamente atrapó la atención de los medios y la opinión pública, ya que era suficientemente extraño y, además, la víctima se trataba del prototipo de chica joven norteamericana, rubia y centrada que despertaba la empatía de la gente. Sin embargo, el primer gran giro estaba a la vuelta de la esquina: Denise apareció viva a 640 kilómetros de distancia de donde había sido secuestrada, cerca de la casa familiar en la que se había criado. Entonces surge la duda, ¿cómo es esto posible?, ¿qué secuestro termina con la liberación en la puerta de casa?

Pesadilla de un secuestro en California | Netflix

Ahí es cuando se comienza a comparar lo sucedido con la película Perdida de David Fincher. En la ficción protagonizada por Ben Affleck, una mujer finge su propia desaparición para que su marido sea acusado de asesinato. En la realidad, la policía creyó que Denise había hecho lo mismo. Lo que pasa en adelante no lo vamos a relatar, pero Pesadilla de un secuestro en California desemboca en un interesante retrato de la ineptitud de buena parte de la policía implicada -incluyendo al FBI-, diseccionando algunos detalles que nos dejan con la boca abierta y las manos en la cabeza.

La historia tiene un final cerrado que descubrimos en el tercer episodio -siempre está la opción de buscar en Google, pero os recomendamos no hacerlo y ver la serie documental- y ofrece una atinada reflexión sobre cómo se pone en tela de juicio el relato de las víctimas y también cómo muchos delitos atroces acaban cayendo en el olvido entre los archivos de las comisarías. Pero, a veces, también hay policías y abogados tenaces dispuestos a perseguir la verdad.