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'Nuevo sabor a cereza', claves de la delirante miniserie de magia negra

Boro es una bruja que ayuda a una aspirante a directora a vengarse de un productor canalla. El creador de 'Channel Zero' se saca de la manga otra historia terrorífica con hechizos, monstruos y todo tipo de alucinaciones 'lynchianas'.

HOLLYWOOD IMPLACABALE

Los años 90 es la década elegida para ambientar 'Nuevo sabor a cereza', en un Hollywood implacable, lleno de clichés – delincuencia, drogas, violencia, ambición desmedida…–, que ofrece todas las papeletas para que la protagonista se lleve el peor de los premios. Lisa Nova es una aspirante a directora de cine que viaja a Los Ángeles con la ilusión de ver convertido su cortometraje en película. El productor y director Lou Burke le crea expectativas que al final se quedan en nada. Es más, el filme cae en manos de otro realizador y Lisa es olvidada. Pero a la chavala, que solo aspiraba a hacer realidad su sueño de rodar su primera película, le entran los siete males, especialmente cuando conoce a Boro, una hechichera-bruja-tía rara que asegura que le puede ayudar a resarcir el daño. Y lo que venía siendo una peli a lo ‘Barton Fink’ –obvio reclamo inicial de un personaje (del mundo del cine) que actúa como pez fuera del agua amoldándose a las circunstancias– pasa a convertirse en una pesadilla rocambolesca a lo David Lynch, un sueño febril de David Cronenberg, donde lo sobrenatural parece de pronto de lo más normal. Es lo que tiene vender el alma al diablo.

LA BRUJA CATHERINE KEENER

La enigmática y mística Boro maldice al productor, usa sus poderes mágicos y demás rituales, empujando además a Lisa a una espiral alocada donde pasa de todo. Lisa sufre alucinaciones, le persigue un ser que parece sacado de una ‘creepy pasta’ (ahora vuelvo a esto), vomita gatitos (tal cual), surgen zombies amaestrados (ríete tú de ‘Z Nation’) y todo

tipo de detalles bizarros. Sabotear al productor visualmente de la forma más psicodélica posible. Rosa Salazar entra en acción, como ya demostró en 'Alita: Ángel de combate', también con una reflexión sobre su propia existencia (en busca de su madre, algo que recuerda a su papel en la animada 'Undone'). Su némesis es Eric Lange ('Perry Mason', 'Fuga en Dannemora'), el productor que le roba su película, que sufre la persecución de Boro interpretada por una espléndida Catherine Keener ('Kidding', 'Déjame salir') en un papel poderosamente alucinógeno.

VENGANZA EN UN UNIVERSO DEMENCIAL

Esta serie no es para cualquier espectador. Hay que estar preparado para entrar en el universo demencial que propone 'Nuevo sabor a cereza' (Brand New Cherry Flavor) y masticar estas cerezas sangrientas tan rojas y jugosas como las tartaletas de 'Twin Peaks'. Porque la desconcertante miniserie no solo adapta la surrealista novela de Todd Grimson sino que se convierte en una gran pesadilla desconcertante en manos de la guionista Lenore Zion ('Ray Donovan', 'Buena conducta'), pero sobre todo de Nick Antosca, su creador. Entre las ficciones firmadas por Antosca destacan dos que bien podrían explicar su retorcido estilo, también aplicado aquí. En 'The Act' mostró la cruda realidad de una madre que ama tanto a su hija que para que no se despegue de ella la maltrata haciéndole creer que la cuida. Al final la ingenua niña se vengaba de la crueldad de su progenitora. En 'Nuevo sabor a cereza' la trama central también es un premonitorio ajuste de cuentas, mucho más salvaje y surrealista que el libro en el que se basa. Antosca lleva al límite la venganza de una mujer enajenada –que llega a tener miedo de sí misma– cuya ira la devora por dentro.

EL SELLO ANTOSCA: 'CHANNEL ZERO'

Pero donde Antosca realmente se apoya y pierde los papeles es en el estilo oscuro y rabiosamente sombrío que ya rezumaba en su antología 'Channel Zero', en la que se

regodeaba en algunas inquietantes 'creepy pastas', esas confusas leyendas surgidas de internet que, aunque falsas, muchos llegan a creer que son reales hasta el punto de obsesionarse con ellas. En ocasiones, ‘Nuevo sabor a cereza’ recuerda mucho a uno de estos desquiciantes cuentitos plagados de monstruos, gente zumbada y decisiones descabelladas que llevan inevitablemente a la muerte y a la destrucción. Con una estérica de cine negro, esta miniserie sórdida y extravagante, frenética en su desarrollo, será recordada como una de las apuestas menos convencionales y más atrevidas de la temporada. Avisados quedáis.