BETTY VE TELENOVELAS
Hace un año llegaba la triste noticia de la muerte deEdith González. Dejaba tras de sí una brillante trayectoria que hace que siga siendo una de las actrices más recordadas y más queridas.
'Eva la trailera' fue el último trabajo suyo del que disfrutamos en España. Era Eva Soler, una mujer de armas tomar, echa a sí misma, exitosa empresaria que nunca olvidó de dónde venía. Pero su verdadera fortaleza la descubrimos justo cuando su aparente idílica vida se vino abajo. Su marido le era infiel con su sobrina. Fue ahí donde Eva Soler sacó las garras para defenderse ella misma, defender a los suyos y defender lo suyo.
Nunca perdonó la traición de Armando (Jorge Luis Pila) y, desde luego, no permitió que Marlene, su presunta mejor amiga, la destruyese cuando mostró su verdadera y maléfica cara. De hecho su duelo interpretativo con Érika de la Rosa será imposible de olvidar porque centró gran parte del interés de esta historia que tenía en Arap Bethke al galán principal.
Edith González encarnó a un personaje que tuvo que lidiar con numerosos problemas: su fracaso matrimonial, el robo de su empresa, la educación de una hija con capacidades diferentes, una romance con un hombre más joven, una acusación de asesinato, la lucha pro demostrar la inocencia de las “furias”… Y en todas esas facetas (madre, ex esposa, amante, amiga, empresaria, heroína) brilló como sólo las grandes actrices saben hacerlo.
'Doña Bárbara': Barbara Guaimarán
Si Eva Soler fue la heroína que podía con todo, Bárbara Guaimarán, 'Doña Bárbara' fue el ejemplo de como una buena intérprete consigue que no resulte extraño que la antagonista sea la gran protagonista de una historia. Porque doña Bárbara era la gran villana, la mujer que manejaba a su antojo hombres, tierras y voluntades. Es cierto que su crueldad y frialdad podían explicarse por el trauma sufrido en su adolescencia, pero eso no termina de justificar la forma en que trató a su propia hija. A aquella Marisela (Génesis Rodríguez) con la que peleó con uñas, dientes y malas artes por el amor de Santos Luzardo (Cristian Meier).
Sin embargo, con 'Doña Bárbara' siempre surge la misma duda. ¿Cuál era la verdadera Bárbara? ¿La mujer que ajustició con sus propias manos a sus violadores o la mujer que aspiraba a una vida en común con el dueño de la hacienda Altamira? ¿Doña Bárbara no amaba a nadie o es que no sabía amar? ¿Es posible perder la capacidad de querer incluso a una hija?
Y esa fue la grandeza que le dio Edith González a este personaje. El mantener al espectador en la permanente incerteza. El conseguir que todos sus actos tuvieran la capacidad de sorprender. El lograr que la odiáramos y la compareciéramos simultáneamente. El desear que tuviera un final feliz y, al mismo tiempo, que desapareciera para que los demás fueran felices. El descubrir cada vez que la volvemos a ver nuevos matices que antes habían pasado desapercibidos.
'Palabra de mujer': Vanessa Noriega
En 'Palabra de mujer' Edith González compartió protagonismo con otras grandes actrices como Yadhira Carrillo, Ludwika Paleta y Lidia Ávila. Ellas eran Vanessa, Fernanda, Paulina y Matilde, respectivamente. Cuatro mujeres a las que la vida reúne para sacar adelante un programa de televisión: 'Palabra de mujer', un espacio en el que abordar temas, cuestiones y problemas femeninos. Ese programa es, además, una vía de escape para Vanessa cuando su matrimonio se rompe porque su marido la abandona por su amante.
'Mundo de fieras': Jocelyn Rivas del Castillo
Edith González asumió en 'Mundo de fieras' el rol de villana de manual. Mujer amargada, celosa compulsiva, ambiciosa incontrolable y psicópata incorregible, es decir, toda una fiera con un único objetivo: amargarle la vida a todos cuantos se le poñían delante. Desde su marido (un como siempre extraordinario César Évora) hasta la principal amenaza que entra en su vida: la joven María Ángela, interpretada por Gaby Espino.
'Mujer de madera': Marisa Santibáñez
'Mujer de madera' es la gran incógnita en la carrera de Edith González. Fue la elegida por Emilio Larrosa para encarnar a esta mujer fuerte dueña del rancho Las Cúspides, pero fue sustituida por Ana Patricia Rojo así que siempre quedará la duda de saber cómo hubiera desarrollado este personaje y cómo hubiera lidiado con el triángulo amoroso que formaban Marisa, César (Jaime Camil) y Carlos (Gabriel Soto).
'Salomé': Fernanda Quiñones de Lavalle
En 'Salomé', Edith González sorprendió con un completo papel que la obligaba a mostrar sus dotes como bailarina, un talento que también dejó patente cuando protagonizó la obra teatral ‘Aventurera’. Salomé era una bailarina de cabaret que, por azares del destino, terminó enamorada de Julio Montesino (Guy Ecker), con quien llega a tener un hijo. Pero como en toda buena telenovela, la respetable y adinerada familia de él consideraba que una cabaretera no estaba a su altura.
Es entonces cuando Salomé decide huir de ese ambiente y lo hace no sólo con su hijo, sino con otros dos niños a los que hace pasar por suyos. ¿El objetivo? Despistar a los Montesino para que nunca descubran cuál de los tres es el heredero familiar.
'Corazón salvaje': Mónica de Altamira
Podría hablarse de otros personajes inolvidables y de otras historias en las que Edith González dejó su huella. Podría hablarse de 'Los ricos también lloran' o de 'Nunca te olvidaré' junto a Fernando Colunga. Podría hablarse de cine y de teatro. Porque su amplia trayectoria permite que cada espectador tenga muchos personajes para recordar.
Sin embargo, hay uno que, sin duda, todos y cada uno de los aficionados al género siempre recordarán porque habría que ser "ciego, sordo o imbécil" para olvidar a Mónica de Altamira. Para olvidar 'Corazón salvaje'. Para olvidar la impresionante pareja que formó con el recordado Eduardo Palomo. Para olvidar a la recatada muchacha de buena familia que entró en un convento para olvidar a un presunto caballero y terminó casándose con un pirata que resultó ser un caballero. Para olvidar a la aristócrata que se plantó en una cárcel para visitar a su marido. Para olvidar el apasionado romance entre Santa Mónica y Juan del Diablo.
Habría mucho más que decir sobre 'Corazón salvaje'. Habría muchas escenas que recordar, muchas frases que se han quedado grabadas en la memoria de los espectadores, pero, sobre todo, habría mucho más que decir sobre Edith González, una actriz que consiguió hacer creíbles todos y cada uno de sus personajes con todas sus características y sus matices. Una actriz que logró que amáramos a sus heroínas y que odiáramos a sus villanas.
Pasará el tiempo y seguiremos recordando a Eva al volante de su camión, a Salomé bailando en el D’Rubí, a Santa Mónica al borde de un acantilado junto a Juan del Diablo, a doña Bárbara iniciando su viaje en canoa hacia más allá del horizonte... porque todos esos personajes han convertido a Edith González en leyenda y las leyendas se quedan en el corazón y en el alma de la gente. Para siempre.
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