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BETTY VE TELENOVELAS
La irrupción de Öykü (Beren Gökyildiz) en la vida de Demir (Buğra Gülsoy) en 'Mi hija' ha sido como un cataclismo. Por un lado, ha sufrido el shock emocional de saberse padre de una niña y, por otro lado, esa “mocosa” se ha convertido en una especie de Pepito Grillo que no pierde oportunidad para insistirle en que abandone los malos rumbos por los que iba su vida y se reintegre a la sociedad como un hombre de bien.
Demir ha tenido sus más y sus menos con su paternidad. Ha habido momentos en que ha hecho todo cuanto ha podido por librarse de esa pequeña molestia que vino a alterar su hasta entonces “plácida” vida. Sin embargo, cada vez que ha estado a punto de darle la espalda, su corazón, su conciencia o su sangre le hacían dar un paso atrás y abrazar a esa niña que tanto lo necesita. ¿Alguien ha podido olvidar a un desaliñado Demir corriendo detrás del coche de los servicios sociales para rescatar a su pequeña del orfanato?
Öykü vive con el pánico de que Demir la abandone si descubre que está enferma, Y, seamos sinceros, los espectadores también nos hicimos más de una vez esa pregunta. Sin embargo, la reacción de Demir ha callado a todos los escépticos.
Demir puede ser un ladrón o un estafador, pero no es mala persona y está demostrando un gran esfuerzo para aprender a ser un buen padre. Demir no solo no ha abandonado a Öykü, sino que se ha convertido en firme candidato a padre del año.
Ha buscado dinero hasta debajo de las piedras para comprar las medicinas y se las ha apañado para cumplir el sueño de la niña de tener una bonita casa. Demir se ha propuesto el objetivo vital de que Öykü sea feliz.
Y hará cuanto esté en su mano para conseguirlo. Desde buscar un trabajo algo más decente que los habituales hasta mantener silencio sobre el gran secreto de Öykü.
No hay dudas sobre la voluntad de Demir de ser un buen padre, pero ¿le permitirán las circunstancias cumplir su objetivo? ¿Podrá mantenerse del lado bueno de la legalidad? ¿Podrá costear el tratamiento de la enfermedad? ¿Podrá guardar silencio cuando los síntomas sean más evidentes? ¿Podrá soportar el peso emocional de la evolución de Öykü?
Ahora mismo Öykü roza con los dedos tener su ansiada y deseada familia. Tiene un padre que se esfuerza por hacerla feliz. Tiene una “amiga” que le da todo el cariño del que es capaz. Tiene un tío que la cuida lo mejor que sabe. Tiene una abuela que se preocupa por ella. Tiene un amigo que la ayuda cuanto puede.
Sin embargo, sobre ese ambiente aparentemente ideal se asoma una preocupante sombra: Asu (Selin Şekerci).
Es curioso. Para Öykü la aparición de su madre debería ser la mejor de las noticias. Debería suponer una dosis extra de amor y cariño en el momento en el que más lo necesita.
El problema es que Asu ahogó en alcohol su instinto maternal. Öykü no es su hija. Es un cheque al portador. Y hará cuanto pueda para cobrarlo.
Justo es re conocer que Asu no ha tenido una vida fácil y que quizá su falta de amor hacia su hija venga de una infancia traumática con una familia desestructurada. Pero, aun así, ¿cómo es posible que no sienta nada por esa criatura? ¿Cómo es posible que no la enternezca? ¿Cómo es posible que solo acepte acercarse a ella para cobrar su herencia?
Esa frialdad de Asu choca por completo con la emotividad de Candan. La persona que más debería querer a Öykü no tiene ningún problema en utilizarla para sus objetivos mientras que una completa desconocida huye para evitar el dolor de verla sufrir. Es más, Candan nunca tuvo problemas para entretener a Öykü Siempre supo donde llevarla o cómo tratarla, siempre tuvieron temas de los que charlar. Pero para Asu cualquier acercamiento a Öykü es más complicado que escalar el Himalaya con ventisca.
Ahora Asu ha dado un paso al frente, motivado más por la ansiedad de no perder el tiempo (y el dinero) con prolegómenos que por el cariño real hacia su hija, pero ¿cuál será la reacción de Öykü ante la confesión de su madre? La niña siempre ha demostrado una gran inteligencia emocional, una incuestionable madurez y una gran capacidad de adaptación, pero ¿cómo gestionará los nuevos acontecimientos? ¿perdonará el abandono de estos años?
Y, sobre todo, ¿Asu mantendrá esa frialdad cuando sepa que su hija está enferma? ¿Será capaz de seguir adelante con su plan sabiendo los cuidados que va a necesitar la niña? ¿Se le derretirá esa capa de hielo que rodea su corazón o saldrá huyendo?
Afortunadamente Demir no va a estar solo en la complicada situación que enfrenta. A su incondicional Ugur se ha unido la solidaria Candan (Leyla Lydia Tuğutlu).
La conexión entre Öykü y la veterinaria es especial. Han establecido una relación incondicional. Se quieren y se necesitan mutuamente.
Candan tendió la mano a Öykü sin conocerla de nada. ¿Por lástima hacia una niña que vivía en una tienda de campaña? ¿Por remordimiento para curar las heridas causadas por la muerte de hermana? ¿Por cariño? ¿Por todas ellas?
Sea por lo que fuere, lo cierto es que Candan se ha convertido en una figura fundamental en la vida de Öykü, que ve a la veterinaria como una amiga, como una hermana mayor o, incluso, quizá como una madre. De hecho, ya ha soñado (igual que toda la audiencia) con una posible boda entre su padre y Candan.
Afortunadamente Öykü no ha sido consciente de lo cerca que ha estado de perder a su gran referente femenino. Porque Candan ha tenido un momento de duda, de debilidad, de miedo. Candan ya sabe lo que es perder a alguien. Aún no se ha repuesto de la pérdida de su hermana y tiene pánico a volver a sufrir un dolor similar.
Sin embargo, el amor ha sido más fuerte que el miedo. Candan quiere a Öykü y no la puede dejar sola. Pero, ¿podrá soportar el dolor cuando se reabran esas heridas del pasado que aún no ha cerrado?
Y, por otro lado, ¿qué papel ha jugado Demir en la decisión que ha tomado? Candan dice que lo hace por Öykü, pero ¿qué siente por Demir? Sabemos que a él no le es indiferente la veterinaria, pero ¿y a ella? Hasta ahora no hemos visto ningún indicio sobre sus sentimientos. Sabemos que a Murat lo ve como a un amigo (para disgusto del médico) y que no tiene problemas en tomar café con Cemal (para alegría del ex presidiario), pero ¿qué sucede con Demir? Por ahora su relación ha tenido a Öykü como nexo, pero ahora que deben estar más unidos que nunca por la niña ¿evolucionará su relación en otro sentido?
Eso sí, que nuestro afán por conseguir una familia unida y feliz para Öykü no nos haga olvidar el detalle de que Candan no sabe la verdadera razón por la que Demir entró en su casa y en su vida. ¿Cómo reaccionará cuando sepa la verdadera profesión de Demir? ¿Qué pensará cuando descubra que quería estafarla? ¿Cómo actuará cuando conozca al misterioso Ugur? ¿Cómo se sentirá cuando sepa que Öykü fue cómplice de su padre con su silencio?
El futuro comportamiento de Asu va a depender no solo de su estado de embriaguez y de la liquidez de su cuenta corriente, sino también de las pautas que le dé Cemal (Serhat Teoman).
Por un lado, se ha acercado a Candan para intentar evitar un acercamiento con Demir y, por otro lado, manipula a Azu para quitarle a su enemigo aquello que más quiere: Öykü.
Y esto es lo que convierte en el más ruin de los personajes. Puede entenderse que quiera vengarse de Demir por haberlo dejado abandonado en la cárcel y, sobre todo, por haberse inmiscuido en su relación con Asu. Pero lo que es completamente inaceptable es que pretenda utilizar a una niña como instrumento para sus planes.
Cemal ha puesto a Demir en su punto de mira y está dispuesto a disparar toda la artillería a su disposición en la primera oportunidad que tenga para destruirlo.
La duda está en saber si será capaz de controlar y manipular a Azu a su conveniencia y, sobre todo, si seguirá adelante con sus planes cuando sepa de la enfermedad de Öykü. ¿Hasta dónde está dispuesto a llegar Cemal?
En definitiva, Öykü no solo tiene que enfrentarse a los síntomas de su enfermedad, sino que también está en el medio de las turbulentas relaciones de los adultos.
Demir tiene que hacer auténticos malabarismos para comprar las medicinas y Azu ya ha dejado caer que ella está en mejores condiciones económicas para cubrir las necesidades de su hija. ¿Será capaz Demir de ceder la custodia de su hija para que tenga más oportunidades? ¿Tendrá Asu la suficiente generosidad como para costear el tratamiento o simplemente utilizará a Öykü como una tarjeta de crédito desentendiéndose de su cuidado?
Está claro que Demir y Candan están dispuestos a hacer todo lo que esté en sus manos para hacer feliz a Öykü, pero Asu y Cemal tienen otros planes en los que el bienestar de la niña es totalmente irrelevante. ¿Cuál será el futuro de Öykü? ¿Qué mano agarrará para recorrer el duro camino que se le presenta por delante?
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