'¿Quién es Anna?': Dónde está ahora la protagonista de la historia real, Anna Delvey
NÚMERO DE SERIE
Nadie esperaba un final para Brody como el que finalmente ocurrió. El protagonista de la serie (aunque secundario en esta temporada) muere ahorcado en una plaza de Teherán ante la mirada y gesto compungido de Carrie. La CIA y hasta el mismo presidente de los Estados Unidos deciden que Brody hace menos daño muerto que vivo.
El capítulo fue el más interesante de toda la temporada, en el que, por fin, avanzaba la historia (estancada desde la segunda temporada). Presenciamos, aunque algo descafeinada, la despedida entre Carrie y Brody en un piso franco de la CIA en Irán. Minutos antes de que capturasen a Brody, Carrie le confiesa que está embarazada de cuatro meses. Y así llegaba el final de la que antaño era una pareja apasionada.
¿Merecían mejor final? Es posible, pero el desarrollo de la temporada ha puesto muy difícil que la pareja protagonista se despidiese con la intensidad que vivimos en aquel mítico episodio de la primera temporada titulado "The Weekend".
La necesaria muerte de Brody era la única salida del callejón en el que estaba metida la serie tras el final de la segunda temporada, donde aparecieron los primeros problemas graves de 'Homeland'. Se trataba de reiniciar la serie o dejarla morir lentamente. Y para eso hacía falta eliminar el mayor problema argumental de la tercera temporada: Brody.
En la primera temporada, aquella que ahora miramos con tanta nostalgia, todo giraba en torno a él y a su dicotomía de hombre bueno/malo. Después de la segunda temporada no tenía sentido darle vueltas a lo mismo, sembrar la duda por enésima vez, ver a Carrie desesperarse una vez más. Ahora, con Brody muerto, la serie tiene munición para desarrollar una cuarta temporada infinitamente mejor que la tercera.
Carrie será jefa de la Unidad de Inteligencia en Turquía, a punto de dar a la luz a la hija de Brody y con un más que posible flirteo con Quinn, una trama que tiene aún mucho por explorar. Puede que la cuarta nos guste aún menos que la tercera pero ahora tienen una ocasión perfecta para reinventar y sobre todo enfocar la serie hacia otra dirección.
Que 'Homeland' no es lo que era es una obviedad seriéfila pero que tampoco se merece el linchamiento al que ha sido sometido es igual de cierto. Ahora tenemos casi un año por delante para quitarnos el cabreo de encima y comprobar si la cuarta temporada es capaz de despertarnos de nuevo el interés. Es difícil, pero merece una oportunidad. Otra más.