BETTY VE TELENOVELAS
Hermanos ha vuelto a golpear a la audiencia con una trágica desaparición. Esta semana hemos tenido que despedir a Doruk Atakül, el príncipe encantador de la serie turca de Antena 3.
Los espectadores de Hermanos deberíamos estar ya acostumbrados a los disgustos. Deberíamos saber que los guionistas tienen una especial querencia por las visitas de los diversos personajes al hospital por todo tipo de dolencias, incidentes, accidentes y percances. Deberíamos tener asumido que muchas, tal vez demasiadas, veces esas estancias hospitalarias terminan con una visita al cementerio.
No deberíamos sorprendernos, por lo tanto, cada vez que un personaje tiene un trágico desenlace, pero, aún así, seguimos sintiendo una profunda emoción y un intenso dolor cada vez que tenemos que sucede algo así.
Es lo que nos ha pasado esta semana. Aún no estábamos recuperando de la muerte de Ahmet y hemos sufrido un nuevo varapalo. Y, además, en esta ocasión ha sido mucho más doloroso porque hemos tenido que despedir a uno de los personajes que nos han acompañado desde el inicio de la serie y que, poco a poco, se fue convirtiendo en uno de los más queridos: Doruk.
Hemos dicho adiós a Doruk Atakül (Onur Seyit Yaran). Y aún se nos encoge el corazón solo de pensarlo. Y, al igual que su familia, su novia y sus amigos, nosotros también extrañaremos al príncipe encantador de la serie.
En este momento en el que los recuerdos se agolpan en nuestra mente, nos damos cuenta de cuánto ha evolucionado este personaje. Si nos remontamos a los primeros capítulos, Doruk era un firme candidato a villano oficial de la serie. Era un niño rico malcriado y caprichoso que tenía como hobby acosar y molestar a los Eren por el mero hecho de ser pobres.
Sin embargo, hubo un momento en el que vivió un punto de inflexión y quien se burlaba de los inquilinos de gallinero se convirtió en fiel visitante de tan humilde alojamiento. Quien peleaba día sí y día también con los Eren pasó a convertirse en un leal amigo, que siempre estaba cuando hacía falta.
Sin duda, ese punto de inflexión tiene nombre propio. Doruk cambió por completo cuando en su camino se cruzó Asiye. Escuchándola cantar comprendió que la pobreza es simplemente una circunstancia más de la vida.
Y así, entre canción y canción, fue surgiendo #AsDor, una de las parejas más románticas de toda la serie. La suya ha sido una relación complicada. De la desconfianza inicial de ella pasamos a los continuos esfuerzos de Nebahat por separar a la pareja.
Juntos fueron capaces de enfrentar y afrontar todos los obstáculos. Eso sí, justo es reconocer también que su tendencia al empalago se alternaba con más de una crisis provocadas, probablemente, por su juventud y cierta inestabilidad emocional. Ambos han tenido la mala costumbre de hacer grandes montañas de pequeños granos de arena.
Sea como haya sido, en nuestra memoria siempre permanecerá un pingüino de peluche, un baile frente al mar, muchas canciones compartidas y muchas conversaciones en ese banco estratégicamente colocado en la puerta del gallinero.
Ahora mismo, para Asiye todo es dolor y nos parte el corazón verla bañada en lágrimas, pero también nos emocionada esa sonrisa que se dibuja en su cara cuando recuerda los buenos momentos compartidos.
Y, además, Asiye no está sola para vivir su duelo. Toda su familia y todos sus amigos la comprenden, la apoyan y la consuelan, aun soportando también su propio dolor por haber perdido a un buen amigo.
La muerte de Doruk no solo ha causado dolor en el gallinero. Evidentemente sus padres también están sufriendo lo indecible.
En este caso, justo es reconocer que nos hemos llevado una sorpresa. Nebahat parece estar sorprendentemente serena. Su rostro es el de una madre devastada, pero parece que ya está en la fase de la aceptación.
Por el contrario, Akif está totalmente desnortado. Quizá porque en su caso al dolor por la pérdida de su hijo se suma la culpabilidad de sentirse culpable de lo ocurrido.
A Akif puede criticársele prácticamente todo cuanto hace, pero en esta ocasión no podemos evitar sentir cierta consideración hacia él. Su hija está ingresada en un sanatorio mental, su hijo ilegítimo murió tras un accidente en el colegio y ahora, su otro hijo, su heredero, fallece tras estrellarse con el coche durante una discusión con él. ¡Qué duro tiene que ser que tu última conversación con tu hijo sea una pelea! ¡Qué duro tiene que ser que las últimas palabras que le has oído sean críticas, reproches y maldiciones!
En este momento de despedida, lo cierto es que Doruk se ha ganado el corazón de la audiencia. Y el cariño que los espectadores sienten por el personaje ha sido correspondido por el propio actor, Onur Seyit Yaran, que ha mostrado en más de una ocasión su simpatía por nuestro país.
Han sido varias las veces en las que ha visitado España en los últimos años. En algunas ocasiones ha sido por motivos laborales como el encuentro que mantuvo con fans de la serie en las instalaciones de Atresmedia o para recoger hace unas semanas un premio en Granada.
Sin embargo, la mayor parte de sus visitas las ha realizado como un turista más, que ha disfrutado de ciudades tan emblemáticas como Barcelona, Valencia o Málaga.
Despedir a Doruk ha sido muy duro, muy complicado, muy doloroso, pero ahora toca mirar hacia adelante porque la vida y la serie siguen su curso. Nos toca ser fuertes para apoyar a Asiye en su duelo y prestar especial atención al estado emocional de Akif.
Por nuestra parte, siempre recordaremos a aquel niño rico malcriado que supo salir de su burbuja de lujo y dinero para convertirse en un buen compañero, un leal amigo y en un novio enamorado. Sin duda, cuando, dentro de algún tiempo, pensemos en Doruk Atakül, lo haremos con una sonrisa recordando a este príncipe encantador.