BETTY VE TELENOVELAS
A estas alturas toda la audiencia tiene claro que Hermanos es un drama donde las desgracias y las tragedias se suceden sin descanso, pero en medio del drama también hay espacio para el amor, con todas sus rosas y también sus espinas.
Hace unas semanas Oğulcan resumió a la perfección la agenda mensual de los "Hermanos" Eren: un par de estancias en el hospital, una visita a comisaría y algún incidente más. Pero en esa exacta descripción olvidó que también tienen un pequeño margen de tiempo para enamorarse y para lidiar con todo lo bueno y lo malo que tienen los sentimientos y las relaciones.
En este momento el amor es casi el único aspecto en el que les va bien a los Eren. Casi todos están enamorados y son correspondidos, pero, como es habitual en esta familia, viven bajo la permanente amenaza de que sus escasos buenos momentos deriven en drama. Y ahora mismo hay varios terceros en discordia en posición para desestabilizar la paz sentimental de los habitantes del gallinero más conocido de la televisión.
Los hechos han confirmado que Doruk y Asiye son una de las parejas más unidas, sincronizadas y perfectas de toda la serie. El concurso ¿cómo de bien conoces a tu pareja? lo dejó completamente claro. Pero no solo es que conozcan sus gustos y manías, sino que también han aprendido a apoyarse incondicionalmente.
Muy lejos queda ya aquel Doruk que acosaba sistemáticamente a Ömer y Oğulcan, que se burlaba de su pobreza y se mofaba de su convivencia con las gallinas. Ahora es el novio perfecto y el cuñado ideal. Se ha convertido en el mejor aliado de los Eren y, sin duda, si el orgullo de su familia política no fuera tan férreo, los ayudaría aún más.
Así pues, el gran problema de #AsDor no es ni la falta de amor, ni los problemas de comunicación, ni la incompatibilidad de caracteres, ni la diferencia de clases sociales…
Su gran problema es la incapacidad de Nebahat para comprender que una muchacha humilde puede ser una buena nuera. Y esa situación se complica cuando aparece en escena la candidata ideal, que, encima, también se muestra más que dispuesta a aceptar invitaciones a café.
Todos sabemos que Doruk quiere a Asiye y ha defendido más de una vez su relación ante su madre, pero ¿será la pareja capaz de resistir este nuevo bombardeo por parte de Nebahat? ¿Pasará a la acción Yasmin? ¿Soportará Asiye la presión?
Una pareja que siempre ha estado en el punto de mira es la de Ömer y Süsen. No dudamos de sus sentimientos, pero sí nos preocupan sus problemas de comunicación. Ömer es un buen muchacho, pero tiene un carácter endemoniado que hace que primero actúe y después piense. Y Süsen no duda en explayarse sobre la relación de sus cuñados, pero mantiene a buen recaudo el gran secreto que podría dinamitar por completo su relación. ¿Será capaz de confesar la verdad? ¿Qué sucederá cuando se descubra lo que le sucedió realmente a Kadir?
Y si esa espada de Damocles siempre está sobre esta relación, ahora entra en escena Leyla, que no tiene las malas intenciones de Yasmin, pero tampoco puede ocultar sus sentimientos hacia Ömer. Ha tomado la decisión de mantenerse alejada, pero la conexión que tiene con él es más que evidente. Se ríen juntos, se divierten juntos, se entienden juntos. ¿Será posible un futuro juntos?
Otra pareja que tampoco lo ha tenido fácil es la formada por Aybique y Berk. Sus comienzos no fueron fáciles dados los antecedentes casi penales de él y, tras un paréntesis de reinserción emocional, en los últimos tiempos volvió a mostrar su peor cara.
Los últimos acontecimientos parecen apuntar a que las aguas han vuelto a su cauce. Berk ha comprendido que había perdido por completo el norte y Aybique asumió, previo ataque de celos, que echaba en falta a su vampiro.
Sin embargo, durante su ruptura ha entrado en escena un sorprendente nuevo elemento. Tolga, el ex personaje más odiado de la serie, está aprovechando al máximo la terapia que tanto necesitaba y ha presentado su candidatura a novio de Aybique.
Es cierto que la interesada no tiene ni idea de los sentimientos de su nuevo mejor amigo, pero a la audiencia nos ha sorprendido gratamente que el mismo que antes se comunicaba con los puños sea ahora alguien capaz de fijarse hasta en el más mínimo detalle de su compañera. ¿Tiene alguna esperanza o el duelo entre ex psicópatas ya tiene ganador?
Y si hablamos de psicópatas, el último en entrar en el club es Sarp, que ha puesto sus ojos en Afra, pero no como candidato a novio, sino como un sinvergüenza miserable sin escrúpulos.
Lo cierto es que Afra parecía una chica lista y, de hecho, durante algún tiempo demostró ser una digna hija de Gönül diseñando interesantes planes para fastidiar a los Eren. Últimamente parecía haber congeniado con sus anteriores enemigos, pero los juegos de Sarp han vuelto a distanciarlos.
Pero lo peor de todo es que esa apuesta está haciendo mucho daño a Oğulcan, quien, a pesar de su gran corazón, de su empatía, de su ternura, no termina de tener suerte en el amor. Harika fue una montaña rusa que le causó más dolor que felicidad y Afra es incapaz de ver el gran hombre que tiene delante.
¿Será capaz Oğulcan de convencer a Afra de las malas intenciones de Sarp? ¿Conseguirá ser feliz con su hermanastra?
Mientras Oğulcan no consigue ser feliz con las chicas que le gustan, su padre se ha convertido en el hombre más deseado del barrio. Dos mujeres no dudan en pelearse a la más mínima oportunidad por su atención.
Lo cierto es que en este caso el análisis es complicado. Todos comprendimos a Orhan cuando se fue alejando de Şengül y se fue acercando a Gönul. ¿Por qué? Porque, aunque Şengül no puede calificarse como una mala persona, tiene una habilidad innata para tomar malas decisiones. Por más que diga que todo lo hace por el bien de su familia, el fin no siempre justifica los medios y Şengül ha cometido errores imperdonables. Por eso, entendimos y hasta perdonamos a Orhan que saliera corriendo del hogar conyugal buscando un poco de paz.
Sin embargo, recurriendo al refranero popular, saltó de la sartén para caer en las brasas porque si Şengül actuaba mal para mejorar las condiciones de vida de los suyos (es decir, por dinero), Gönül también recurre al todo vale para salirse con la suya. Eso sí, poniendo siempre su dulce expresión de no haber roto jamás ni un plato.
El embarazo de Şengül ha desestabilizado por completo a Orhan. Por un lado, se siente culpable de haber dejado sola a su mujer con la llegada de un nuevo bebé y, por otro lado, en más de una ocasión se le ha notado cierta añoranza por la vida que tenía. Solo hay que ver cómo elogia las habilidades culinarias de su ex mujer.
¿Cómo de sólido y estable es su nuevo matrimonio? ¿Recapacitará y volverá a su antiguo hogar cuando nazca el bebé? ¿Descubrirá que su actual esposa no es tan angelical como muestra?
En clara competencia con Orhan por hacerse con el título de latin lover de Hermanos tenemos a Akif, que es tan buen personaje como mala persona. Sin duda, Akif es clave en esta serie porque siempre está allí donde es necesario para agitar el avispero. Y lo curioso es que, con la cantidad inmensa de secretos que atesora (recordemos que aún sigue perdido el vídeo con el accidente nada accidental del padre de los Eren), siempre está dispuesto a revelar los de los demás.
Pero, al margen de su condición de villano oficial, Akif también tiene tiempo de lidiar con sus dos mujeres. Y aquí casi habría que hacer un croquis para entenderlo. Cuando estaba casado con Nebahat, tenía a Suzan como amante. Y ahora que está casado con Suzan, la engaña con Nebahat.
¿Cuál será la definitiva? ¿Descubrirá Suzan el doble juego de su marido? ¿Quiere a alguna o a ninguna? ¿Llegará el día en el que se acabe su buena suerte?
En definitiva, en el entorno de los hermanos Eren, el amor es ese remanso de paz en el que descansar de las desgracias que los rodean. Sin embargo, como es costumbre en su vida, ¿se convertirán sus romances de telenovela en auténticos dramas turcos?