BETTY VE TELENOVELAS
'Hercai' se nos presentó como la historia de un amor nacido de la venganza y a estas alturas podemos afirmar que ha sido un planteamiento totalmente acertado. 'Hercai' es la historia de amor de #ReyMir, pero también es la historia de la venganza de los Aslanbey contra los Sadoglu. Y justo ahora estamos en un momento determinante en ambos aspectos.
Miran (Akin Akinözü) y Reyyan (Ebru Sahin) han pasado por mil y una incidencias: su primer encuentro, su boda, su noche de bodas, su primera mañana como matrimonio, su separación, su reconciliación y los continuos y sucesivos obstáculos que han tenido que sortear para intentar tener una relación lo más normal posible dadas las circunstancias.
Porque la relación entre Miran y Reyyan nunca ha sido convencional. Es más, nunca ha sido una relación de dos. Pero no por la influencia de terceros en discordia desde el punto de vista sentimental. Yaren nunca tuvo ni media opción; Azat nunca pasó de ser un forzado plan b; Gönul creyó ser más de lo que en realidad era y Aslan se ha creado una fantasía personal.
La multitud en la relación entre Miran y Reyyan viene marcada por sus respectivas familias. Las decisiones que unos y otros tomaban siempre terminaban repercutiendo, generalmente para mal, en la pareja protagonista. Cuando conseguían el “apoyo” de Azize eran los Sadoglu quienes montaban en cólera y maniobraban para separarlos. Cuando los Sadoglu los acogían bajo su protección, era Azize la que se sacaba algún inesperado as de debajo de su manga.
Miran y Reyyan se quieren. Quieren una vida juntos. No quieren desperdiciar ni un solo día de sus vidas. Pero para conseguir su objetivo van a tener que aprender a aislarse de su entorno.
Han llegado al punto en el que tienen claro que son una pareja, que están dispuestos a sujetar al otro en caso de que se caiga y, si no puede agarrarlo, no dudará en tirarse detrás. Han conseguido crear una isla en medio de la tempestad que siempre los rodea, pero van a tener que esforzarse aún más para mantener intacta la burbuja que los rodea.
Además, ahora van a tener que hacer frente a un nuevo giro inesperado en sus vidas. Reyyan va a necesitar toda su fuerza, toda su energía, todo su amor, toda su comprensión para sostener a un Miran que va a sufrir uno de los mayores golpes de su vida.
Miran ya sabía que su abuela era capaz de todo, pero tal vez nunca llegó a imaginar que sería capaz de tanto.
Es más, Miran ya está acostumbrado a las peleas, dialécticas y físicas, y ya ha recibido más de un disparo, pero esta última mentira puede ser la definitiva.
Había llegado un punto en el que ya había empezado a dudar de todas y cada una de las verdades de su abuela, pero su origen estaba fuera de toda duda. Tal vez no supiera cómo habían muerto sus padres, tal vez tuviera ya más dudas que certezas sobre la autoría de Hazar. Pero lo que tenía claro era que él era el hijo de Mehmet Aslanbey, que su padre y su madre fueron asesinados y que algún Sadoglu era el culpable de ese atroz crimen.
Pero las palabras de Füsun han puesto todo del revés. Ya no es solo que Miran tenga que debatirse entre sus ansias de venganza de matar a Hazar, sino que ahora debe asumir que su gran enemigo es, en realidad, su padre. Que toda su vida ha sido una completa y absoluta mentira.
Son muy pocas las cosas buenas que se pueden decir de Azize Aslanbey. Desde que la conocemos la balanza entre buenas y malas acciones se inclina claramente hacia un único lado. Es más, es casi imposible recordar algo bueno que hiciera.
Azize fue cruel con Sultan al arrebatarle a su bebé y hacerle creer que estaba muerto.
Azize fue cruel con Gönul al forzar unos sentimientos y un matrimonio que solo la han llevado a la desesperación.
Azize fue cruel con Elif por no comprender la extrema sensibilidad de su nieta menor.
Azize fue cruel con Aslan porque, en su afán por protegerlo, lo único que hizo fue alejarlo de su madre y su hermana.
Azize fue cruel con Hanife al no valorar su sacrificio de renunciar a su vida para servir al enemigo.
Azize fue cruel con Reyyan al utilizarla como instrumento de su venganza.
Pero, sobre todo, Azize fue cruel con Miran. Fue terriblemente cruel con un niño huérfano al que crió lleno de odio y rencor. Fue cruel al dormir a una criatura con historias de asesinatos y venganzas en vez de con cuentos de hadas.
Es posible que Azize haya sufrido lo indescriptible. Es cierto que su vida parecer haber sido una sucesión constante de lutos; pero ella, en vez de vivir su duelo con lágrimas, optó por vivirlo con odio y rencor. Eligió arrebatarle a un niño su infancia, su inocencia, su familia.
Hasta ahora Azize siempre ha encontrado una salida cuando sus deseos se torcían. Siempre ha tenido una historia para justificar sus actos. Siempre ha ideado una nueva mentira con la que rebatir las verdades que iban saliendo a la luz. Siempre ha pergeñado un plan C o D cuando el plan A o B no salía como debiera.
Y siempre lo ha hecho porque nunca ha tenido a nadie enfrente con su nivel de maldad e inteligencia. Porque, seamos justos, Azize es la bruja malvada del cuento, pero también es terriblemente lista. Tiene una agilidad mental a prueba de muy pocos rivales.
Además, el gran punto fuerte de Azize es que no tiene ningún escrúpulo mientras que sus enemigos sí tienen puntos débiles. Nasuh puede gritar y vociferar, pero haría cualquier cosa para mantener a salvo a los suyos. Azize no tiene ese punto de nobleza. Azize no protege a su familia. Azize pone a sus nietos en primera línea de fuego con tal de conseguir su objetivo.
Sin embargo, ahora parece haber llegado un punto de inflexión para Azize. Y ese punto se llama Füsun Aslanbey. Si la relación de cuñadas entre Zhera y Handan era complicada, en casa de los Aslanbey parece existir una auténtica guerra.
Füsun ha llegado pisando muy fuerte. Haciendo alarde de apellido y mirando de frente y sin pestañear a la gran Azize que ante la presencia de su cuñada parece empequeñecer.
Pero lo relevante de la irrupción en escena de Füsun no es solo que ser el alter ego perfecto para Azize, sino que ha llegado con ganas de desenterrar secretos. Y ha desenterrado el más importante: la identidad real de Miran.
Al hacerlo ha destrozado a Miran, pero también ha hecho trizas los planes de Azize. ¿Qué nuevo plan ideará la ex matriarca Aslanbey para llevar a cabo su venganza? ¿Traerá Füsun una bandera blanca en la relación de su familia con los Sadoglu?
En casa de los Aslanbey la identidad de Miran ha sido recibida con varias reacciones. Firat intenta asimilar lo que ha escuchado mientras que Sultan y Aslan sonríen satisfechos al saberse dueños y señores del apellido y del patrimonio familiar. Y, si vamos un poco más allá, Aslan, en su confusión mental, tal vez crea que esa verdad le ayude en sus aspiraciones con Reyyan. Lástima que aún no haya comprendido que Reyyan quiere a Miran sea su apellido Aslanbey, Sadoglu o Martínez.
En el caso de los Sadoglu, Hazar ha tardado en digerir la noticia, pero se siente feliz al saber que Miran es producto de su amor con Dilsah. Eso sí, también es consciente de que queda un largo camino por recorrer. Miran se ha pasado toda su vida odiándolo y, aunque han llegado a tolerarse e incluso a colaborar cuando fue necesario, va a ser complicado borrar todo ese odio y crear un vínculo paterno-filial medianamente normal.
Del resto de la familia, ya comprobamos que Cihan no va a recibir a su nuevo sobrino con los brazos abiertos. Él, que ha vivido una vida condenado al segundo puesto, no va a tolerar que su hijo pase por lo mismo. Cihan hará cuanto pueda para mantener el statu quo familiar, es decir, Azat ha sido, es y será el heredero Sadoglu. Y no hay lugar para nadie más.
La reacción de Azat es impredecible. Ha odiado con todas sus fuerzas a Miran, pero también lo ha ayudado cuando más lo ha necesitado.
En definitiva, esta historia de amor nacida de la venganza está en un momento muy especial. La historia de amor parece estar asentada, pero la venganza es una incógnita. ¿Logrará rearmarse Azize? ¿Ha llegado el final definitivo de su venganza o conseguirá reconfigurarla?