NÚMERO DE SERIE
Jeremy Renner regresa como Ojo de Halcón en 'Hawkeye'. En su camino se cruzará una joven superheroína (Hailee Steinfeld) y un perro tuerto. Ya es Navidad en Nueva York, pero la Mafia del Chándal no descansa ni en vacaciones…
¿Más superhéroes televisivos de Marvel? Pues sí. Tras ‘Bruja Escarlata y Visión’, ‘Loki’ y ‘Falcón y el Soldado de Invierno’, llega ‘Ojo de Halcón’ (‘Hawkeye’), ambientada en el MCU, con una trama que se enmarca tras ‘Vengadores: Endgame’ (2019). Los dos primeros episodios (que son los que hemos podido ver) muestran a Jeremy Renner de nuevo como Clint Barton, uno de los Vengadores, ex agente de SHIELD, maestro arquero, alias Ronin. Y nos descubre a su posible sucesora, Kate Bishop, interpretada por Hailee Steinfeld.
Varios son los puntos fuertes de esta nueva serie que se estrena este miércoles 24. La sensación de que los dos personajes se tenían que encontrar, que estaban predestinados, aparece desde el espectacular arranque de la serie. Para la niña Kate, Clint, que salvó a la ciudad de Nueva York, se convierte en su héroe. Y qué hace el fan: imitar a su ídolo. Kate se apunta a todo deporte que se le presenta. El arco también, faltaría más. En unos títulos de crédito animados se resumen sus habilidades como deportista autodidacta, una atleta de élite que es cinturón negro con solo 15 años. Pero en realidad no deja de ser una chavala inconsciente que se divierte lanzando flechas a un campanario.
Las serie no puede llegar en mejor momento. El ambiente que han creado en ‘Hawkeye’ es el más familiar posible, en plenas vacaciones. Todo transcurre en vísperas de la Navidad. Recordemos que Clint es de los pocos superhéroes con hijos, y que en el pasado los perdió durante varios años, lo que le hizo convertirse en Ronin para recuperarlos. Así que esta Navidad es muy especial para nuestro superhéroe, que deja la capa en casa para mostrarse como un padrazo junto a sus tres hijos de visita en la Gran Manzana.
Jeremy Renner borda al tipo serio que se ha esforzado en ser. A él los fans ni le van ni le vienen, y menos el tinglado que se ha montado en torno a los superhéroes como franquicia de merchandising. Una broma surge a costa de un supuesto musical llamado ‘Rogers’ con actores interpretando al Capitán América y al resto de Vengadores (incluido él) como si estos fueran ‘Hamilton’. Clint se arrepiente de haber llevado al espectáculo a sus hijos, pasa vergüenza ajena, lo cual es bastante hilarante. Y de nuevo los fans, esos a los que él prefiere mantener alejados. Los que se acercan para hacerse un selfie mientras está en el baño, los que dejan escritas frases (“Thanos tenía razón”), los que pasan las tardes muertas fardando de cosplay en un juego de rol, los que van disfrazados en Times Square (con cartel gigante de Disney al fondo, que no falte la publicidad). Clint es un tipo normal, que pasa desapercibido, que cena en un restaurante chino, nada de lujos. Aunque es inevitable que le inviten porque le reconocen, él salvó a la ciudad.
En el lado opuesto, su posible sucesora. Kate Bishop es una niña pija, que ha crecido sin una figura paterna y con una madre que parece sentirse muy a gusto en el lado oscuro. Kate también llega a Nueva York mientras suenan villancicos. ¡Qué casualidad! Su madre Eleanor (Vera Farmiga) se ha convertido en una señora estupenda, siempre vestida de rojo pasión, que trabaja en una empresa de seguridad y forma parte de la alta sociedad, comprometida con Jack Duquesne (Tony Dalton), que tiene toda la pinta de villano que se pueda tener. Tampoco hay que dejar atrás a su tío Armand Duquesne. Eleanor y Kate no se entienden, nada que ver con la relación de Clint con sus hijos. Eleanor piensa que Kate no está centrada a sus 22 años, no la cree ni la tiene en cuenta, por mucho que ella intente captar su atención. Lógico que Kate busque un propósito en la vida (el primero, alejarse de esa casa).
La ociosidad de la niña (estamos en vacaciones) y sus ganas de llevar la contraria, llevan a la hiperactiva Kate a meterse en medio de un embrollo gigantesco donde demostrará sus habilidades. También las del uso del disfraz, que para eso es una espía consumada. Luego también veremos la misma táctica con Clint, pues estos dos, como no podía ser menos, cruzarán sus caminos. El destino, ya lo vimos al principio. Todo vale para salirse con la suya: disfrazarse, buscar pistas en internet, pero, especialmente, en el caso de Clint, hacerse el tonto, sobre todo si tu contrincante, sinceramente, es más bien torpe. Hablamos de la Mafia del Chándal que nada tiene que ver con ‘El juego del calamar’, pero ahí están jugándose el pescuezo también por mucha pasta. Esta pandilla de malhechores pondrá en jaque a la pareja. Clint los tiene caladísimos y es divertido ver cómo los vacila sin que ellos se den cuenta.
¿Qué une a estos dos más allá de la admiración de Kate por el superhéroe? Kate llega a tacharle de sosainas, de ser demasiado discreto. “Debes vender inspiración”, le aconseja. Es obvio que habrá una evolución del héroe. Pero por ahora Clint lo que quiere es regresar a su hogar, junto a sus hijos (a los que envía de vuelta) y su mujer Laura (Linda Cardellini). Lo que le retiene en Nueva York y le une a Kate es un traje desaparecido, en concreto, el suyo, el de Ronin. Kate se ha venido arriba y ha hecho creer al personal en la resurrección de Ronin al enfundarse el disfraz cual ninja. Para Clint, siguiendo la analogía, ella representa al Grinch, dispuesta, vestida de verde, a fastidiarle las fiestas. Esto tiene su gracia. La pareja tendrá seis días por delante para deshacer el entuerto. Adrenalina a tope. Hay explosiones, tiros, patadas voladoras, flechas que aciertan a la primera, y hasta un perro tuerto, el golden retriever Lucky the Pizza Dog que ayudará a la justiciera en sus peores momentos. Pero hay más personajes aun por descubrir, como Florence Pugh como Yelena Belova, la segunda Viuda Negra, que no dudará en perseguir a Ojo de Halcón. Él que quería quedarse en casa no sabe la que le espera…
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