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BETTY VE TELENOVELAS

Final de la primera temporada de 'Hercai': Secretos, mentiras y una intensa historia de amor

'Hercai' llegó a Nova como una historia de amor nacida de una venganza. Y así ha sido. Hemos sido testigos privilegiados de cómo se ejecutaba una venganza planeada durante casi 30 años, pero también hemos asistido en primera fila a la conversión del odio en amor. Así que sí. Como nos habían dicho, estamos viendo una intensa historia de amor, pero también un buen conjunto de secretos y mentiras.

Miran contra todo y todos por ella

El romance entre Reyyan y Miran nació de una mentira. De la falsa identidad de él. De las falsas intenciones de él. Del falso amor de él.

O al menos ese era el plan original: que Miran mintiese para cumplir la venganza de su familia. Sin embargo, no existen los planes perfectos y el plan de los Aslanbey hizo aguas precisamente por el eslabón que parecía más fuerte: el brazo ejecutor de la venganza.

Porque si algo hemos comprobado durante la primera temporada de 'Hercai' es que el amor de Miran es mucho más fuerte que su odio. Lo comprobamos cuando hizo todo cuando pudo para evitar que los Şadoğlu la mataran por "dañar el honor familiar". ¿Cómo olvidar todos y cada uno de sus esfuerzos por protegerla? ¿Cómo olvidar todas y cada una de las veces que se enfrentó a las mujeres de su casa para proteger a su mujer?

Pero también lo comprobamos con sus celos cuando supo que Reyyan le había dado la mano a su primo Asat. Y, de hecho, Miran no se limitó a lamentarse, sino que actuó y no dudó en secuestrar a la novia en plena noche de hena.

Y lo comprobamos cuando suplicó una última oportunidad. Cuando pidió un día más, 24 horas, para convencer a Reyyan de que esta vez estaba siendo sincero, que esta vez sus palabras eran verdad, que #ReyMir aún podía ser una realidad.

Pero, ¿será capaz de olvidar todo su odio por ella? ¿Renunciará a su “familia” por ella? ¿Conseguirá redimirse ante ella?

Reyyan, entre la razón y el corazón

Mientras Miran se desespera buscando la forma de recuperar a su amada corriendo serio riesgo de padecer un infarto de miocardio, Reyyan huye cada vez que tiene oportunidad de ese hombre que le destrozó la vida.

Reyyan actúa con lógica. Miran fingió ser quien no es, la engañó vilmente y se fue sin mirar atrás. Todas las neuronas de Reyyan le indican que la dirección correcta es aquella que va en sentido contrario a Miran.

De hecho, Reyyan siempre se ha guiado por la razón. Cuando se escondieron en el viñedo, Reyyan se fue con Asat. Cuando Miran propuso solucionar el embargo, Reyyan dijo no. Cuando Miran tenía que decidir entre ella y Gönul, Reyyan decidió por él.

Pero todas y cada una de esas decisiones van acompañadas por lágrimas, por tristeza, por pena, por dolor. ¿Por qué? Porque el corazón de Reyyan no está de acuerdo con su cerebro. Hay una clara descoordinación entre la razón y la emoción.

Reyyan sabe que lo mejor es mantener las distancias de ese hombre que no ha traído nada bueno a su vida. Sin embargo, cuando él está cerca, cuando él la mira, cuando él se le acerca, cuando él le susurra al oído, los muros caen, las barreras se levantan y Reyyan vuelve a ser aquella novia enamorada e ilusionada.

¿Cuánto tiempo será capaz de soportar esa lucha interior? ¿Quién resultará vencedor? ¿El cerebro que le aconseja que salga corriendo lo más rápido posible para no sufrir? ¿El corazón que la arrastra con fuerza hacia los brazos de ese hombre?

Las mentiras de la abuela

La historia de Miran y Reyyan empezó con una mentira, pero si pensamos con minuciosidad, esa mentira no fue ni la identidad ni las intenciones de él. La mentira que los unió la dijo Azize hace muchos años y la ha ido repitiendo una y otra y otra vez hasta convertirla en un auténtico mantra para su sobrino. "Hazar Şadoğlu mató a tus padres". Miran ha crecido con esas palabras y con el objetivo vital de vengarse del hombre que destrozó a su familia.

Sin embargo, ahora ya sabemos que esa frase es mentira. Es más, si seguimos con nuestro ejercicio de minuciosidad podemos decir que esa frase contiene dos mentiras.

La primera es que Hazar no mató a los padres de Miran. Pero la revelación de la segunda ha sido, sin duda, uno de los grandes momentos de esta primera temporada. Esa escena en la que Azize desde el balcón de la mansión Aslanbey confiesa el verdadero origen de Miran marca un antes y un después en esta historia y, desde luego, confirma a la abuela como la gran villana de esta historia.

Si ya era inmoral llenar de odio el corazón de un niño, aún lo es más con las circunstancias que ahora sabemos. Eso sí, hay que reconocer que Azize es una gran estratega. Ha planeado al milímetro la más cruel de las venganzas: que un hijo mate a un padre.

¿Conseguirá su objetivo? ¿Descubrirá Miran que toda su vida es una mentira? ¿Cómo reaccionará? Si finalmente Miran mantiene su decisión de apostar por un futuro con Reyyan, ¿qué pasos dará Azize? ¿Qué significa eso de que utilizará ese amor como parte de su venganza?

El secreto de Reyyan

Pero si la abuela Azize guarda un importante secreto, Hazar no se queda atrás. Eso sí, el secreto del mayor de los Şadoğlu es infinitamente menos peligroso. Es más, es un ejemplo de que Hazar no es ese hombre que Azize describió a Miran.

Tal vez Hazar Şadoğlu no sea un santo, pero tampoco es un mal hombre. Si lo fuera, no habría adoptado y criado como propia a la hija de otro. Y menos con las costumbres, las tradiciones y la importancia del "honor" de su entorno.

Y esa decisión nos lleva a una pregunta que siempre está en el aire. ¿Cómo consiguió Hazar convencer a Nasuh de que aceptara que una extraña llevara su apellido? ¿Hay otro secreto que no conocemos?

En cuanto a Reyyan ¿qué pasará cuando descubra la verdad? ¿Seguirá viendo a Hazar como ese héroe que la quiere y la protege o se sentirá engañada? ¿Buscará su verdadero origen?

Los primos entrometidos

Por si acaso los secretos y mentiras familiares no son suficientes para alejar a Miran y Reyyan, ya están sus respectivos primos preparados para inmiscuirse todo lo que puedan y más.

La primera prima entrometida es Gönul, que parece tener algún problema de comprensión porque por más que Miran le ha dicho de todas las formas habidas y por haber que nunca será su mujer, ella sigue insistiendo en defender un matrimonio que cada día que pasa es más papel mojado.

Es comprensible que Gönul insista porque ella sí está enamorada de su marido, pero pareciera que cuando firmó el acta matrimonial también firmó la renuncia a su dignidad. Cuando piensas que Gönul ya no puede caer más bajo, vuelve a tomar una pésima decisión y, una vez más, se da de bruces con el rechazo de Miran. ¿Seguirá insistiendo sin límites o asumirá de una vez que para Miran nunca será nada más que su prima, o, como ellos dicen, la hija de su tío?

A la par de Gönul, tenemos a Yaren. ¿Cómo definir a Yaren? Es complicado elegir un único calificativo para describir a este personaje. ¿Cómo elegir entre antipática, egoísta, egocéntrica, envidiosa, caprichosa, mentirosa, manipuladora? A modo de resumen, podría decirse que todos cuantos conocemos a Yaren nos alegramos profundamente cada vez que ella sufre.

Lo que sí hay que reconocerle a Yaren es que es bastante más hábil que Gönul. Aunque los planes no le salen demasiado bien, ella tiene la habilidad para salir indemne de las consecuencias. Ella facilitó que el honor familiar fuese arrastrado por los suelos de todo Mardin al callarse lo que sabía. Ella conspiró con Gönul, es decir, el enemigo. Ella movió los hilos para que Asat se

casase con Reyyan, pero es él quien se lleva las críticas de su madre. Yaren se ha llevado alguna reprimenda y más de un grito de sus mayores, pero por ahora ha salido bastante indemne si tenemos en cuenta las consecuencias de sus actos.

Lo bueno es que por ahora ninguno de sus movimientos la acerca a su gran objetivo: Miran. ¿Qué dirá Gönul cuando descubra que su mejor amiga en Mardin pretende quedarse con su marido? Por cierto, hablando de maridos, ¿qué pasó con aquello de casar a Yaren?

Tampoco podemos ignorar a Asat al que no sabemos si odiar, admirar o compadecer. Odiar porque insiste en interponerse entre Miran y Reyyan aun sabiendo que para ella él solo es el primo. Admirar por su valentía al enfrentarse a todos (padre, madre y abuelo) por defender su deseo de casarse con ella y protegerla. Compadecer porque es ese tradicional tercero en discordia que siempre está a la espera de algo que nunca llegará.

La señora Gül, presidenta del club de fans de #ReyMir

Y en medio de todos esos enemigos, de todas esas mentiras, de todos esos secretos, Reyyan y Miran tienen una fiel y leal aliada. Una personita que no teme enfrentarse al cruel Nasuh. Una personita que no duda es escaparse de su casa para recordarle a Miran que debe luchar por Reyyan porque ella no es feliz sin él. Una personita que miente sin despeinarse con tal de que la pareja pueda encontrarse.

Esa personita es Gül, perdón, la señora Gül, que pese a su corta edad está destacando como el personaje que mejor comprende a los adultos. Ella es la única que sabe dónde y con quién está la felicidad de su hermana y también es la única que ve al verdadero Miran.

Habría mucho más que comentar sobre la primera temporada de 'Hercai': la lucha de Cihan por ser el hijo favorito, la guerra de cuñadas entre Handan y Zhera, la rebeldía coherente de Elif, Firat y su lealtad dividida...

Pero llegados a este punto, toda nuestra atención se concentra en el proceso de reconstrucción de #ReyMir. Reconstruir una cabaña es sencillo. Se necesitan mano de obra, cemento, ladrillos y demás material de construcción. Reconstruir una relación es mucho más complicado. Se necesitan amor, respeto, confianza y demás emociones y sentimientos.

Miran y Reyyan tienen todos esos materiales, pero ¿serán capaces de ensamblarlos y crear una argamasa lo suficientemente resistente? ¿Podrá Miran reconstruir su imagen ante Reyyan igual que reconstruyó la cabaña? ¿Aceptará Reyyan borrar lo pasado y reconstruir el futuro con Miran?

Las respuestas a partir del próximo domingo en la segunda temporada de 'Hercai'.

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