Por Betty M. Martínez
El 8 de enero de 2018 Engin Akyürek aparecía por primera vez en la pantalla de Nova. Con 'Fatmagül' comenzaba el idilio entre este actor y la audiencia, un romance que se consolida después con 'Amor de contrabando' ('Kara Para Ask') y que, vistos los datos con los que se ha despedido en su reposición, sigue plenamente vigente. Engin Akyürek es, sin duda, un referente fundamental del fenómeno turco en España.
Un abanderado avalado por la audiencia
A Engin Akyürek te tocó ejercer la complicada tarea de ser el embajador de las series de Turquía en España. Fueron él y Beren Saat quienes abrieron la puerta al fenómeno y cumplieron con creces su misión. 'Fatmagül' sigue ostentando el título de serie turca más vista de la TDT con una media del 4,1% y 744.000 espectadores y nadie ha conseguido igualar aquel histórico 6,2% de share y los 853.000 espectadores que vieron su capítulo final.
Pero, además de ese récord, Engin Akyürek también puede presumir de haber protagonizado el mejor estreno de una serie turca en la TDT. En mayo de 2018 'Amor de contrabando' se estrenaba ante 822.000 espectadores y un 4,7% de share, confirmando que las producciones de Turquía habían llegado para quedarse.
A esos dos datos hay que añadir que las dos series que ha protagonizado están en el top ten de series turcas más vistas de la TDT en España, algo de lo que solo pueden presumir Engin Akyürek y Cansu Dere, que tiene en ese ranking histórico a 'Madre' y 'Sila'.
Es indudable, incuestionable, irrefutable, indiscutible e innegable que Engin Akyürek cuenta no solo con el aval de la audiencia, sino con el mérito de haber sido el abanderado del triunfal desembarco de las series turcas en las pantallas españolas.
Kerim Ilgaz: de villano a galán
A Engin Akyürek lo conocimos en España como Kerim Ilgaz. Será difícil de olvidar aquella fría noche de enero cuando lo vimos por primera vez sentado en el capó de aquel coche. Aquella secuencia y el cruce en la escalera con Fatmagül le hicieron sumar muchos puntos como candidato a entrar en la lista de galanes favoritos, aunque en ese mismo capítulo pasó directamente al listado de los villanos.
Ese es uno de los grandes méritos del trabajo de Engin Akyürek como Kerim. Que consigue que el espectador se crea todas y cada una de las fases por las que pasa el personaje. Nos seduce con su atractivo moreno, pero después nos defrauda por completo. Y fueron necesarios varios capítulos para que dejáramos de verlo con ojos de odio para permitirnos cierta consideración hacia él. No actuó bien aquella fatídica noche de la violación, pero, al menos, reconocía a Fatmagül como víctima y se reconocía a sí mismo como victimario.
Y ahí está uno de las claves del trabajo de Engin Akyürek en esta serie, que detalle a detalle, plano a plano, secuencia a secuencia, nos fue trasladando su particular tormento y fuimos testigos de todas las batallas que tuvo que librar. La batalla por conseguir el perdón de Fatmagül. La batalla por ganarse su confianza y su corazón. La batalla para que la justicia condenara aquel crimen atroz. La batalla para perdonarse a sí mismo.
Sentimos como su conciencia le gritaba su culpabilidad. Fuimos testigos de su valor al presentarse en comisaría y reconocer su delito. Y nos creímos que sinceramente se había enamorado de aquella mujer a la que, por omisión, ayudó a destrozar la vida.
Pero no se convirtió en un príncipe azul de la noche a la mañana, sino que recorrió un largo camino donde para poder dar un paso adelante a veces tuvo que retroceder tres. Fueron muchos los obstáculos que tuvo que salvar y muchas las veces que tropezó, cayó y se volvió a levantar porque tenía un objetivo básico y fundamental: que Fatmagül curase sus heridas. Y también tenía una esperanza: que una vez curada, lo aceptase como compañero de vida, no por obligación, sino por deseo voluntario.
Kerim arrastra una profunda carga emocional donde la conciencia y la paciencia tienen un peso fundamental. Paciencia porque asumió que Fatmagül necesitaba su tiempo y su espacio. Conciencia porque la culpa siguió atormentándolo aun cuando su víctima ya le había perdonado. ¿Alguien ha podido olvidar la escena de la noche de bodas? Son ese tipo de escenas las que marcan la carrera, la profesionalidad y el éxito de un actor.
Omar Demir, un superhéroe humano
Si con Kerim ya había logrado seducir a la audiencia, la llegada del capitán Omar Demir no hizo más que confirmar su romance con el público. Y con el aliciente de hacerlo con un personaje totalmente distinto.
Omar es casi un superhéroe. Es el brillante policía que sabe ver los detalles que a otros se le escapan. Es el pretendiente que convierte una discusión en una cita ideal. Es el novio que se juega la vida una y otra vez para salvar a su enamorada y su familia. Es el prometido que prefiere quedar como el malo de la historia antes que lastimar a la mujer que ama.
Pero si Kerim no era el príncipe azul del cuento, Omar tampoco lo es porque también tiene defectos o, mejor dicho, es un superhéroe humano que comete errores, que se equivoca. Omar es un gran detective, pero cuando quiere a alguien se pone una venda en los ojos y es incapaz de ver la realidad. No vio las mentiras de Sibel y no supo ver que tenía al enemigo en su propia casa. No le tiembla el pulso en un tiroteo, pero le temblaron las rodillas cuando comprendió que sus sentimientos por Elif no eran de simple camaradería y creyó no estar a la altura de una signorina de la alta sociedad.
Y sobre todo es un hombre recto, honesto e íntegro, pero no puede evitar ceder momentáneamente parte de su alma al lado oscuro "ayudando" al destino a hacer justicia con el hombre que nunca dejaría de hacerle la vida imposible.
Y quizá sea esa una de las características que definen el trabajo de Engin Akyürek: que interpreta personajes "humanos", es decir, no son clichés ni estereotipos. No son personajes planos que siguen una línea continua de principio a fin. Tanto Kerim como Omar nos enamoran, pero también nos decepcionan. Son capaces de las mayores heroicidades, pero también cometen errores.
Y en todas y cada una de sus buenas y/o malas acciones nos retiene hipnóticamente ante la pantalla transmitiéndonos cada sentimiento, cada emoción, cada sensación.
La conexión con sus compañeras
Pero el éxito de una serie no depende solo de un actor por mucho que sea su protagonista. Influyen factores como la historia, el desarrollo del guion, el elenco y, obviamente, la conexión, química, feeling o como cada quien quiera llamarlo entre la pareja principal. Y Engin Akyürek ha logrado esa "magia" perfecta tanto con Tuba Büyüküstün como con Beren Saat.
Cuando aún tenemos en nuestra retina las últimas secuencias entre el capitán y la signorina es imposible no recordar todas las emociones que nos hicieron vivir juntos en 'Amor de contrabando'. La desconfianza inicial, la necesidad mutua de ayuda y cooperación, el progresivo enamoramiento, la pasión incontrolable, el compañerismo en la búsqueda de justicia para los suyos, el ansia de proteger a sus seres queridos, la incomprensión mutua en determinados momentos, la tristeza por el distanciamiento, la emoción por el reencuentro definitivo.
Y si con Tuba Büyüküstün la conexión ha funcionado a la perfección, su trabajo con Beren Saat es indescriptible. Es imposible describir cómo él bajaba la mirada ante los ojos cargados de odio y reproche de ella; cómo no soportaban estar en el mismo espacio al mismo tiempo; cómo lloraba él al ver las lágrimas de ella; cómo pasaron de no poder ni rozarse a buscar el apoyo de sus manos entrelazadas.
Solo quienes hayan visto 'Fatmagül' pueden llegar a entender cómo Engin Akyürek y Beren Saat lograron crear una pareja posible de una combinación absolutamente imposible y como consiguieron hacer creíble una historia completamente inconcebible.
Son dos historias completamente diferentes con dos actrices distintas, pero en ambos casos nos creímos a Engin Akyürek en su interacción con ellas. No hubo ni una sola frase ni una sola mirada ni un solo gesto que nos hiciera dudar de los sentimientos o emociones de su personaje.
El debate de cuál es mejor pareja depende ya de los gustos de cada quien, de quien prefiera la carga emocional de 'Fatmagül' o la intensidad pasional de 'Amor de contrabando'. Pero, sin duda, nadie puede cuestionar la profesionalidad y el buen hacer de Engin Akyürek en ambos casos.
En definitiva, Engin Akyürek ocupa por méritos propios un lugar predominante y destacado en la historia de las series turcas en España. Por haber sido el primero en llegar y abrir la puerta a todo lo que vino después. Por haber batido récords de audiencia con 'Fatmagül'. Por haber revalidado su éxito con ‘Amor de contrabando’.
Todo eso, junto a su talento y profesionalidad, convierten a Engin Akyürek no solo en el rey de Nova, sino, sobre todo, en referente fundamental e imprescindible del fenómeno turco en España.