BETTY VE TELENOVELAS
La actriz Eda Ece ha anunciado hace unos días su compromiso con Buğrahan Tuncer al mismo tiempo que Yildiz, el personaje que interpreta en ‘Pecado original’, vive una de las mayores crisis de su matrimonio con Halit.
Una escalera cubierta con una guirnalda de flores. Rosas blancas. Muchas velas blancas. Una mesa con apetitosos platos. Una mujer rubia vestida con un bonito traje pantalón blanco que luce la más amplia de sus sonrisas. Un hombre con un elegante traje negro. Un par de copas de champán. Una tarta con la frase 'Just engaged'.
Todo esto podría ser una secuencia de cualquier serie turca, donde ya sabemos que la fiesta de compromiso resulta tanto o más importante que la propia boda.
Pero no. No se trata de una escena de 'Hermanos', 'Secretos de familia' o 'Pecado original'. Son las imágenes que Eda Ece ha compartido a través de sus redes sociales de la celebración de su fiesta de compromiso con el jugador de baloncesto Buğrahan Tuncer, con quien lleva varios años de relación y con quien se casará en las próximas semanas.
La casualidad ha querido que el que probablemente haya sido uno de los días más felices en la vida de Eda Ece coincida con los que probablemente estén siendo unos de los peores días que está viviendo Yildiz, el personaje que interpreta en la serie 'Pecado original', que emite cada tarde Antena 3.
Mientras que Eda Ece muestra la más espléndida de sus sonrisas ante la feliz noticia de su compromiso, Yildiz derrama cada vez más lágrimas por un matrimonio que tiene poco de feliz.
Lo que mal empieza ¿mal acaba?
Si bien a Eda Ece le deseamos lo mejor en la nueva etapa que está a punto de comenzar, en el caso de Yildiz los espectadores somos conscientes de que lo que estamos viviendo no es más que la crónica de lo que se venía anunciando desde el día en que se cruzó en el camino de los Argun.
Si hacemos memoria, el romance de Yildiz y Halit no surgió de un flechazo, ni de un encuentro casual, ni de una cita a ciegas organizada por amigos, ni siquiera del clásico y convencional accidente de tráfico. No. Su relación tuvo su origen en un plan de la siempre maquiavélica Ender, que queriendo hacer un negocio de su divorcio se quedó casi literalmente con lo puesto.
¿Se hubiera enamorado Halit de Yildiz si simplemente la hubiera visto como recepcionista del restaurante? ¿Se habría fijado Yildiz en Halit si simplemente hubiese sido un cliente más del local?
Tal vez sí. Tal vez no. Lo único cierto es que la maniobra de Ender provocó un encuentro que, después de algunas estratagemas de Yildiz, terminaron en matrimonio.
Lo cierto es que en un principio le dimos un voto de confianza a la pareja. Aunque Yildiz nunca ocultó su ambición y su avaricia, llegamos a creer que sentía algo por Halit. Y, en cuanto a él, aunque siempre se mostró como un egocéntrico narcisista, pensamos que se había enamorado de la chica humilde que era tan diferente a sus anteriores esposas.
Pero pronto nos dimos cuenta de nuestro error. No hizo falta demasiado tiempo para comprobar que Halit había adquirido un nuevo jarrón, más joven y más bonito, con el que decorar su vida. Y tampoco hicieron falta demasiados días para comprender que Yildiz estaba dispuesta a hacerlo todo y a soportarlo todo con tal de conservar su condición de señora Argun.
Y estos días estas circunstancias están siendo más que evidentes. Halit no solo sigue ninguneando a Yildiz como señora de la casa, sino que, además, extrema el control sobre ella. Yildiz no es su esposa. Es su propiedad y no puede hacer nada que moleste al gran señor o que mancille su reputación. En cuanto a Yildiz, sigue esforzándose mucho más por encajar en la alta sociedad que por estabilizar una familia que está completamente desestructurada.
La ex esposa reconvertida en amante
No es la primera vez que el matrimonio Argun pende de un hilo, pero en esta ocasión sus problemas no vienen derivados de ese nombre propio que provoca auténticos cataclismos allí por donde pisa con sus tacones.
Esta vez no es Ender la que pone a prueba a esta frágil pareja. Y lo cierto es que ella puso todo de su parte para derrotar a quien la había derrotado. Y estuvo muy cerca de conseguirlo.
¿Cómo olvidar aquellos días en los que Ender se instaló en la casa de su ex marido como abnegada madre para contentar a su hijo? ¿Cómo olvidar la lucha de poder que se vivió en aquellos tiempos? ¿Cómo olvidar la total falta de empatía de Halit hacia su esposa?
Y, además de eso, no sabemos si Yildiz ya ha pasado página, pero nosotros aún recordamos perfectamente las escapadas nocturnas de Halit a la casa de su ex esposa reconvertida en amante.
Pero en estos momentos la ex señora Argun está demasiado ocupada con su debut como presunta señora Tasdemir. En estos momentos la atención de Ender está focalizada en la otra hermana Yilmaz. En estos momentos toda la maquinaria intelectual de Ender está a pleno funcionamiento para evitar que su certificado matrimonial se convierta en papel mojado en cuanto Alihan recupere la cordura, comprenda la sucesión de estupideces que ha cometido en los últimos tiempos e intente enmendar el que probablemente haya sido el mayor error de su vida.
Aunque Ender presta ahora más atención a su nueva presa y ha dejado de lado sus continuas y constantes maniobras para desestabilizar a Yildiz, al menos, como espectadores, seguimos disfrutando del juego dialéctico entre estos dos personajes que son tan diferentes y a la vez tan parecidas.
¿Una vuelta al pasado?
Sin embargo, la tregua que Ender está dando a Yildiz no está sirviendo para que la nueva señora Argun esté más tranquila. ¿Por qué? Porque hay otro personaje que la perturba. Kemal.
Si a estas alturas ya tenemos más que claro que Yildiz siente más amor por la cuenta corriente de Halit que por él mismo, en el caso de sus sentimientos hacia Kemal estamos algo confundidos.
Es evidente que Yildiz se pone nerviosa cuando su ex marido anda cerca. Una posibilidad es que tema uno de los frecuentes arranques de ira de Halit y las nefastas consecuencias que podría tener para su situación económica y social. Otra posibilidad es que las cenizas del pasado se hayan avivado y tenga miedo a quemarse.
Lo malo es que Kemal tampoco termina de ser claro. Han sido varias las veces que ha cubierto los malos pasos de Yildiz. La cuida. La protege. Hasta es cariñoso y atento cuando la ve sufrir. En más de una ocasión le ha propuesto reiniciar su relación.
Hasta ahí nos creemos que Kemal sigue enamorado y ha olvidado y perdonado lo que sucedió entre ellos en el pasado.
Sin embargo, después somos testigos de sus paseos y sus cafés con Zhera y ya no entendemos nada. ¿Es todo producto de un plan para vengarse de Yildiz? ¿Se está acercando a ella para darle el golpe de gracia cuando sea más vulnerable? ¿Por qué ese interés por Zhera? ¿De verdad le gusta o solo la está utilizando?
En definitiva, Yildiz se casó pensando que iba a ser la princesa de un cuento de hadas donde todo sería de color rosa. Sin embargo, desde que asumió el apellido Argun ha sentido más el dolor de las espinas que la caricia de los pétalos.
No ha encajado como esposa. No ha encajado como madrastra. No ha encajado como señora de la casa. No ha encajado como dama de la alta sociedad.
Pero, a pesar de todas las humillaciones, de todas las ofensas, de todos los rechazos, Yildiz sigue aferrándose al apellido Argun. ¿Hasta cuándo? ¿Quién será el que derrame la última gota del vaso? ¿Volverá Ender al ataque si no consigue convertir a Alihan en su marido de hecho y derecho? ¿Logrará Kemal convencer a Yildiz para que renuncie al que era el sueño de su vida? ¿Se cansará Halit de esa mujer que parecía un diamante en bruto y que ahora llora aún llevando diamantes? ¿Será Yildiz quien se canse de una situación que sería insostenible para cualquier mujer?
Así pues, mientras esperamos que se vayan despejando las incógnitas en el destino de Yildiz, los telespectadores solo podemos desearle a Eda Ece que sea muy feliz en su futuro matrimonio.