EL PINGÜINO: YA EN MAX
Cuando se trata de transformarse en un villano icónico Colin Farrell no escatima en detalles. El actor ha revelando los secretos detrás de su caracterización para su papel en su nueva serie El Pingüino.
En el mundo del cine y la televisión no es raro que actores se sometan a transformaciones extremas para interpretar a sus personajes pero lo que Colin Farrell ha hecho para encarnar al villano Oswald Cobblepot, conocido como El Pingüino, en la serie homónima de Max recientemente estrenada, ha llevado el concepto de "sumergirse en un papel" a un nivel completamente distinto.
Ahora, el actor ha hablado sobre esta impresionante caracterización donde resalta el minucioso trabajo del equipo de maquillaje y prótesis a cargo de Mike Marino, dos veces nominado al Oscar, para lograr su transformación completa.
Farrell no solo ha hablado de la ardua labor de pasar horas diarias en el set de maquillaje para convertirse en el Pingüino, sino que también ha revelado un detalle que dejó a muchos boquiabiertos: un traje prostético que incluía genitales anatómicamente correctos.
En una entrevista con People, Farrell ha compartido: "Marino es muy retorcido y brillante. Me dijo: 'Te hice un pene de pingüino'". El actor, aún sorprendido por la creación, respondió en tono de broma: "Le dije: '¿En serio? Ni siquiera lo van a ver. No sé si quiero caminar por el set con un pene de pingüino'. Y él me respondió: '¡No, no, no, amigo! Es desmontable, tiene velcro. Tiene un pico al final'. Así que tenía un pene de pingüino".
Este curioso detalle formaba parte de un proceso de transformación más amplio que Farrell tuvo que experimentar cada día en el set. Según ha explicado el propio actor, el traje del Pingüino cubría completamente su cuerpo, desde los tobillos hasta las muñecas, dejando solo sus manos y pies visibles. "Todo lo demás, incluidas las orejas, eran pedazos. Todo estaba cubierto", ha relatado. A lo largo del rodaje, pasó alrededor de tres horas diarias con el equipo de Prosthetic Renaissance de Marino, para colocarse las diversas piezas que formaban su caracterización.
Pero la transformación no era solo física. Farrell también se sumergió profundamente en la psicología del personaje. Para captar la voz y el tono de Cobblepot, Colin trabajó con la entrenadora de dialecto Jessica Drake, lo que le permitió perfeccionar el acento mafioso que caracteriza al villano de Gotham.
Para concluir, el actor ha acabado refiriéndose al impacto que el trabajo de Marino tuvo en su actuación: "Si no fuera por el diseño de Mike, te lo digo ahora, si hubiera sido solo yo con un maldito cigarrillo y un sombrero de copa y un poco cojo y un paraguas que era una ametralladora, no hubiéramos llegado a tener la serie de HBO".
Este nivel de compromiso no es algo nuevo en la carrera de Farrell, pero esta historia detrás de la creación del "pene de pingüino" ha logrado generar un impacto inesperado entre los fans y los medios, mostrando una vez más cómo en Hollywood, cada detalle cuenta, incluso aquellos que no se ven en pantalla.