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NÚMERO DE SERIE

'La cocinera de Castamar', peligrosos juegos de seducción entre fogones

En esta adaptación de época que se estrena en Antena 3 y ya puedes ver los primeros episodios en ATRESplayer Premium, la cocinera Michelle Jenner enamorará a un duque gracias a sus deliciosas recetas. Hugo Silva y Maxi Iglesias le ponen el punto canalla.

'La cocinera de Castamar' se une a otras series de época con mujeres empoderadas y con guiños inclusivos a otras razas. Tras el fenómeno 'Los Bridgerton' pronto llegará la también esperada 'Belgravia', del creador de 'Downton Abbey'. De esta, como ya ocurría con 'Arriba y abajo', cuenta 'La cocinera de Castamar' con los vibrantes contrastes que siempre ofrecen las diferencias entre nobles y sirvientes. A esto se unen los celos, las envidias y las venganzas que se prodigan unos y otros, muy del gusto de los seguidores de Jane Austen. Al menú hay que añadir cómo no la esencia de 'Como agua para chocolate' (1992), en la que los sugerentes platos enamoraban literalmente al personal.

La adaptación de la novela de Fernando J. Múñez de ocho episodios recrea un ambiente de intrigas y juegos de poder en pleno siglo XVIII de lo más apetecible pues combina enredos palaciegos (y sus buenas dosis de suspense) con una gran historia de amor cocida a fuego lento. La estupenda recreación del Madrid de 1720 sirve de escenario para contar la historia de Clara Belmonte (Michelle Jenner), una muchacha que llega a Castamar para ayudar en las cocinas (entre las sirvientas se encuentra también Paula Usero, #Luimelia).

Michelle Jenner es Clara Belmonte en 'La cocinera de Castamar' | ATRESplayer PREMIUM

Pronto sabemos que oculta un dolor terrible. No ha superado la muerte de su padre, acusado de traición, un trauma que se hace visible por su temor a salir al exterior. Poco se sabía de esta enfermedad en aquel momento, pero Clara sufre agorafobia, lo que le da un punto inquietante e inusual a su personaje. ¿Cómo desenvolverse en palacio si sus miedos le limitan los movimientos? Cuando es nombrada cocinera, los fogones se convierten en su refugio y preparar los platos más suculentos, en una forma de sobrevivir y escapar de sus temores.

Mientras Clara cree haber descubierto en la cocina la fórmula que podría equilibrar la diferencia entre nobles y criados, Diego, el duque de Castamar (Roberto Enríquez), seducido por los sublimes manjares de la recién llegada, le demuestra de inmediato que no es un aristócrata al uso. A pesar de ser la persona de confianza del rey Felipe V o de codearse con lo más granado –en su palacio se suceden las fiestas, los banquetes y las cacerías– el sensible Diego, más cercano a los ideales de la Ilustración, trata al servicio de igual a igual (de hecho está orgulloso de Gabriel, su hermano negro -Jean Cruz-, un antiguo esclavo, cuya relación es un auténtico desafío). Le une a Clara que él también arrastra su propia aflicción pues quedó viudo tras el trágico accidente de su mujer (lo que le ha hecho recluirse y obviar sus deberes con la corona). La llegada de Clara le cambiará la vida. Los cambiará a ambos.

Roberto Enríquez es Diego de Castamar en 'La cocinera de Castamar' | ATRESplayer PREMIUM

El problema para su relación –más allá de que por sus pesares y forma de ver el mundo puedan ser una suerte de almas gemelas– no es solo la diferencia de clases sino la maquiavélica intención de su madre doña Mercedes (Fiorella Faltoyano) que busca con urgencia su descendencia a través del matrimonio pactado con la noble Amelia Castro (María Hervás). Para ello, contará con la ayuda de Enrique de Arcona, el marqués de Soto, interpretado por un canallesco Hugo Silva que recuerda muy mucho al vizconde de Valmont de 'Las amistades peligrosas' (1988). Tal y como ocurría en la película de Stephen Frears –o en Valmont (1989), de Milos Forman– basadas ambas en la novela de Choderlos de Laclos de 1782, las acciones de Enrique ocultan sus verdaderas (y crueles) intenciones.

Otro personaje incapaz de dominar el deseo –de aquí las grandes dosis de sexo de la ficción–, es el personaje de Maxi Iglesias, el conde de Armiño, que lleva la depravación y el comportamiento libertino por bandera.

Maxi Iglesias es Francisco Marlango en 'La cocinera de Castamar' | ATRESplayer PREMIUM

A ritmo de música barroca, la hipocresía obviamente campa a sus anchas por los salones palaciegos mientras en las tabernas se desata la lujuria a plena luz del día. Comportamientos mezquinos de ambos lados vienen a alimentar las rivalidades y las confidencias y manipulaciones. A pesar de los siglos es fácil empatizar con las motivaciones de unos personajes que sobreviven soportando la culpa, las creencias devotas y los deseos más íntimos. Se hace más atractiva además por un rodaje en el que importan detalles como el magnífico vestuario, la cuidada iluminación y las escenas filmadas con movimiento, que la alejan de las típicas series de época.

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