BETTY VE TELENOVELAS
Después de protagonizar la serie del año en Antena 3, Cansu Dere regresa a Nova, el lugar en donde comenzaron su reinado y el fenómeno turco en España, con 'El Sultán'.
Eysan, Sila, Zeynep, Asya y Firuze. Todos estos personajes de series turcas tienen algo en común: el rostro de Cansu Dere, que ha conseguido darle a cada uno de ellos una personalidad singular. Esta actriz, que se ha convertido por méritos propios en la reina del fenómeno turco nos ha convencido de la perfidia de Eysan en ‘Ezel’, de la valentía de ‘Sila’, del amor incondicional de Zeynep en ‘Madre’ y de la dignidad de Asya en ‘Infiel’.
Ahora regresa a nuestras pantallas como Firuze, una nueva mujer en el harén de'El Sultán' en Nova. Es muy poco lo que sabemos por ahora de ella, al margen de que es ya una superviviente, pero hay muchas cosas que podemos intuir.
Llega al palacio imperial en un momento clave. Hürren se ha convertido en la sultana de sultanas al hacerse con el cargo de responsable del harén. Mahidevran prepara las maletas después de haber desperdiciado su gran oportunidad de hacerse con el poder. Hatice vive su particular crisis emocional tras descubrir que su gran amor la ha engañado con otra y encima ha dejado embarazada a su amante.
Aunque hay algo que no ha cambiado. Todas las mujeres del harén siempre acaban aliándose frente a una de ellas. 'Todas contra Hürren' podría haber sido perfectamente el título de esta serie histórica.
¿Y qué papel va a jugar Firuze en esa batalla? Pues todo parece indicar que va a ser la herramienta que van a utilizar las que podríamos llamar 'sultanísimas' contra la sultana Hürren. Llevan años sabiendo que el gran poder de la ex esclava rusa reside en el amor incondicional que Solimán siente por ella. Si ese amor se desvaneciese, Hürren perdería toda su autoridad.
¿Será acaso esta nueva esclava quien logre lo que no pudieron conseguir la madre de un príncipe, un buen número de concubinas y hasta una princesa castellana? ¿Será Firuze la mujer que logre expulsar a Hürren de la cama y del corazón de Soliman? ¿Será esta misteriosa mujer quien logre que la hoy todopoderosa esposa del sultán caiga en desgracia a sus ojos como le sucedió a Mahidevran?
A Firuze le sobra atractivo, habilidad y talento para lograr ese objetivo. Y, además, contará con el apoyo y la experiencia de las mujeres más importantes en la vida del sultán, pero ¿cómo será su relación con Hürren? La sultana no es de las que se deja amilanar y mucho menos permite que pisen su territorio. Le costó años librarse de Mahidevran, pero ha conseguido que ella sola socave sus posibilidades. Le costó mucho tiempo librarse de Isabela, pero consiguió devolverla a su imperio católico. ¿Qué hará con Firuze?
Pero, por otro lado, si hacemos memoria, Hürren llegó a palacio jurando vengarse del sultán. Es imposible olvidar sus gritos jurando quemar el palacio mientras lloraba la muerte de su familia y su condición de esclava. Ahora es la sultana. ¿Sucederá lo mismo con Firuze? Ella también cruzará las puertas del palacio como esclava, pero ¿llegará a sultana? Es muy posible que Solimán se fije en ella porque ya habrá voluntarias que propicien ese acercamiento, pero ¿y ella? ¿Se enamorará de Solimán o tiene otros planes?
Hürren, la sultana
Firuze llega al harén como gran rival de Hürren justo en el momento en que la sultana es más fuerte. Después de años de paciencia, planes más o menos exitosos, aliados más o menos leales, secretos antes o después revelados y una habilidad innata para sobreponerse a los traspiés, Hürren ha logrado afianzar su poder en el harén.
Era una esclava. Era una concubina. Es una mujer libre. Es la esposa legítima del sultán. Es madre de cuatro príncipes y una sultana. Es la responsable del harén.
Y no lo ha tenido nada fácil. Casi desde el primer día que puso los pies en palacio, todos han estado en su contra. Cuanto más la quería el sultán, más la odiaban todos los demás. Es comprensible que Mahidevran no pudiera ni verla delante porque suponía pasar de favorita a secundaria, pero nunca entenderemos la especial inquina que siempre le tuvo la fallecida madre sultana. Todos los errores que cometía Mahidevran, entre los que no podemos olvidar que casi envenena al sultán, eran fácilmente perdonados. Cualquier mínimo error que cometiera Hürren era recordado continua y constantemente.
Finalmente ha logrado ser ella la que mire a todos los demás desde una posición más elevada porque ha logrado neutralizar a muchos de sus enemigos. La madre sultana ha muerto. Mahidevran vaga por los pasillos esparciendo veneno, pero sin la autoridad de antaño. Ibrahim tiene bastante con sus propios problemas como para embarcarse en una nueva guerra contra el que ha sido uno de sus mayores dolores de cabeza como gran visir.
Hürren siente que ha llegado a la meta. Por eso llora mirando al horizonte. Porque al mirar al pasado ve su dolor, su desesperación y su soledad. Porque Hürren ha estado muy sola. Solo ha tenido el cariño y el apoyo de algunos sirvientes y, en más de una ocasión, ha visto traicionada su confianza.
Ahora se siente firme, segura, poderosa, pero ¿por cuánto tiempo? Es cierto que sus enemigos de siempre están muy debilitados, pero tal vez haya despertado otros odios que o bien no existían o estaban aletargados.
Hatice, la rabia mal enfocada
De entre todas las mujeres de la familia, Hatice ha sido la única que siempre ha mostrado cierto cariño hacia Hürren. Es cierto que nunca perdía una oportunidad para recordarle que ella era una sultana de la dinastía otomana mientras que la otra solo era una esclava, pero, al menos, era capaz de mantener una cierta compostura y no recriminarle a su cuñada todos y cada uno de sus actos.
Hatice tiene mucho que agradecer a Hürren. Fue la primera que intercedió en su relación con Ibrahim. Fue ella quien salvó la vida a su hijo recién nacido cuando se estaba asfixiando. Fue quien se encargó de hacerle ver la vida paralela y secreta de su marido.
Pero Hatice siempre ha tenido muy clara la diferencia entre una sultana de sangre y una sultana de matrimonio. Ella es una legítima descendiente de la dinastía otomana y Hürren solo es sultana por voluntad del sultán, es decir, Hatice morirá siendo sultana, pero Hürren dependerá de lo que decida Solimán.
Eso sí, a Hatice siempre le criticaremos que no mida con la misma vara a Hürren y a Mahidevran. ¿Por qué una es digna de sentarse a su vera mientras que la otra no siempre es bienvenida en su presencia?
Ahora Hatice muestra su enorme inmadurez. Su marido la ha engañado con otra mujer, pero culpa a Hürren de su dolor por haber sido ella quien reveló la verdad. Y, encima, Mahidevran y Gulfen refuerzan esa idea aprovechando la ocasión para arrojar su propio rencor.
Hatice, Mahidevran y Gulfen serán grandes damas de la corte del sultán, pero dejan mucho que desear en materia de sororidad. Dejando a un lado que Hürren aprovechó su mejor baza para destruir a Ibrahim, ¿qué culpa tiene ella de que él dejara embarazada a Nigar? ¿En serio creen que era mejor que Hatice siguiera viviendo en su mundo de fantasía de color de rosa? ¿Tan rápido ha olvidado que ella misma ordenó que siguieran a su marido porque desconfiaba de él? ¿De verdad sería capaz de perdonar a Ibrahim mientras proyecta su rabia hacia Hürren?
Mahidevran, el pasado
La actitud de Hatice va a estar fuertemente vinculada al peso que le dé a la opinión de Mahidevran. Si la ignora, tal vez pueda salvar su relación con su cuñada. Si la escucha, Hürren puede enfrentarse a una nueva ola de amenazas, traiciones y peligros. ¿Por qué? Porque Mahidevran odia a Hürreny ha entrado en el peligroso bucle de culparla de todas y cada una de sus desgracias, aunque, a veces, su sustituta como favorita no sea responsable.
Justo es reconocer que Hürren también ha movido todas las piezas a su disposición para destruir a Mahidevran, pero la diferencia entre ambas es que una intenta vivir su vida sin prestarle apenas atención a la otra mientras que la otra no puede pronunciar una frase sin mencionar el nombre de la una. Esto es, Hürren puede pasar días sin prestarle la más mínima atención a Mahidevran, pero Mahidevran no puede pasar ni un día sin culpar de algo a Hürren.
Hubo un tiempo en el que podríamos considerar víctima a Mahidevran. Lo tenía todo y la irrupción de Hürren en el harén hizo que lo perdiera casi todo (sigue conservando, por ahora, a Mustafá como príncipe heredero). Pero ahora ha cruzado todas las líneas victimizándose.
Solimán le dio una gran oportunidad y un enorme reconocimiento al nombrarla responsable del harén. Era una maniobra muy hábil en cuanto a equilibrio de poder. Hürren tenía la consideración de esposa del sultán y Mahidevran tenía la consideración de madre del heredero cumpliendo con la tradición de dirigir el harén. Pero Solimán cometió el error de creer que el harén era como un campo de batalla. Y la realidad es que es mucho peor. En el harén no solo hay afiladas dagas, sino también secretos, rumores, espías y zancadillas.
Como sucedió con Ibrahim, es cierto que Hürren aprovechó la oportunidad que tenía para desacreditar a Mahidevran, pero no fue Hürren quien endeudó al harén a base de derrochar en sedas, joyas, platos de oro, pagos de lealtades y demás gastos superfluos. Mahidevran cometió el error, pero, como siempre, la mala es Hürren por haber aprovechado la situación en su favor.
Por lo tanto, Firuze llega al harén del sultán Soliman cuando todas las tiaras están en pie de gurra. Hürren ha logrado una importante victoria, pero los servicios de inteligencia de la audiencia avanzan que sus rivales preparan una guerra de guerrillas donde la recién llegada va a tener un papel muy relevante.
Sea como fuere, sea Firuze una nueva Hürren o una nueva Isabela o una nueva Mahidevran o, tal vez, una nueva Nigar, lo cierto es que la llegada de Cansu Dere es un aliciente más para seguir siendo testigos privilegiados de la historia de 'El Sultán'.