BETTY VE TELENOVELAS
Caner Cindoruk es uno de los actores turcos del momento gracias a sus interpretaciones en ficciones como 'Mujer' e 'Infiel'. Hacemos un repaso de sus papeles más exitosos por su reciente visita a España.
Dice el dicho "que hablen de uno, aunque sea mal". En el caso de Caner Cindoruk, que ha estado recientemente de visita en España, habría que quedarse con la primera parte del refrán. Se ha hablado, se habla y, sin duda, se hablará mucho de él. Es el indiscutible actor turco de moda tras el incuestionable éxito de las dos series que ha protagonizado en Antena 3. Como el Sarp de 'Mujer' logró dar el pistoletazo de salida a las series turcas en el prime time de las cadenas generalistas y ahora, cada domingo, encabeza como el Volkan de 'Infiel', los rankings de las emisiones más vistas.
Eso sí, si la crítica hacia el actor es prácticamente unánime al elogiar su buen hacer interpretativo, en el caso de sus personajes habría que aplicar la segunda parte del refrán mencionado más arriba. Con Sarp logró dividir a la audiencia entre quienes lo consideraban una víctima que merecía ser resarcida y quienes opinaban que su momento había pasado y debía asumir su nueva realidad. Sin embargo, con Volkan apenas hay discrepancias y encajaría perfectamente en el mencionado "aunque sea mal" porque se ha ganado a pulso toda serie de improperios.
El infiel Volkan
Toda la admiración que la audiencia siente por Caner Cindoruk es directamente proporcional a la antipatía que despierta Volkan Arslan en 'Infiel'. Desde el principio de la historia que coprotagoniza con Cansu Dere, Volkan se convirtió en el objetivo de la ira de la mayoría de los espectadores.
¿Por qué? Por infiel, por mentiroso y por egoísta. Por infiel por engañar a Asya. Por mentiroso por engañar a Derin. Por egoísta por pensar mucho más en él que en los sentimientos de quienes le rodean. Porque, al final, Volkan ha engañado y lastimado a las dos mujeres de su vida.
Desde el primer momento nos solidarizamos con Asya y con su entereza para enfrentar y afrontar la traición. Lo que ella consideraba una vida perfecta no era más que una mentira y tardaremos en olvidar su aplomo para resarcirse de la humillación sufrida en el momento más insospechado, pero más adecuado. Asya se tragó sus lágrimas, pero supo cuando escupir todo su dolor para causar el mayor daño posible.
Y ahí descubrimos que Volkan podía caer aún más bajo. No solo había engañado él a su mujer, sino que, una vez descubierto, pretendía hacerse la víctima y poner en cuestión a Asya como profesional y como madre. Tardaremos en olvidar sus intentos para quedarse con la custodia de Ali y sus acusaciones contra la madre de su hijo, aunque justo es reconocer también que en este punto Asya también cometió graves errores.
Una vez firmado el divorcio y con Volkan y Derin viviendo felices en las Américas, todo parecía mantenerse en calma, pero Volkan es un volcán al que le cuesta tolerar el letargo. Y volvió. Y lo hizo con las armas cargadas para destruir a Asya. Todos y cada uno de sus pasos iniciales iban destinados a devolverle a su ex mujer todo el daño recibido previamente, empezando, por supuesto, por deteriorar la relación que madre e hijo habían construido en los últimos tiempos.
Sin embargo, pronto nos dimos cuenta de que una cosa era lo que decía Volkan y otra la que hacía. Decía querer vengarse. Decía querer recuperar a su hijo. Decía que sus recurrentes visitas a su ex hogar eran para recuperar el tiempo perdido con Ali. Pero muy pronto comprendimos que sus deseos eran otros.
Volkan volvía una y otra vez a esa casa por Asya. Volkan insistía una y otra vez en ver a Ali para ver a Asya. Volkan inventaba una y mil excusas para pasar tiempo con Ali para pasar tiempo con Asya. ¿Por qué? Porque Volkan nunca pudo olvidar a Asya. Porque, si de él hubiese dependido, nunca se hubiera divorciado de ella. Porque Volkan hubiese mantenido sine die el statu quo de su doble vida: una idílica vida matrimonial con Asya y una intensa aventura pasional con Derin.
¿Y ahora? Pues ahora Volkan parece dar a entender que ha tirado la toalla. Ha sucumbido ante el "embarazo" de Derin y ha dado un respiro a Asya. Eso sí, después de una intensa conversación que, probablemente, hubiese sido más necesaria y efectiva tres años atrás cuando su matrimonio saltó por los aires y cuando la propia Asya le dio la oportunidad de confesar aquello que tuviera que confesar. Pero Volkan guardó silencio entonces y esa fue su condena.
Eso sí, no podemos perder de vista que todo sea una estrategia ideada por Selcuk (¿Quién diría que el "rubiales" iba a terminar siendo el asesor sentimental de "Volki Tolki"?). Si es así, ¿tiene esperanza?
Turgay sigue siendo un nubarrón en los planes de Volkan, aunque Asya parece haberlo condenado a la friendzone y no hay avances en el horizonte. Derin mantiene firme la correa aunque sea con engaños y mentiras.
Pero, el gran problema para Volkan es que Asya pasó página hace mucho tiempo y no parece tener intención de recuperar ese libro de la estantería y reabrirlo por el capítulo donde lo había dejado.
La mala suerte de Sarp
En cuanto a Sarp, han pasado ya unos meses desde que lo despedimos y, si nos ponemos a recordar, probablemente lo primero que venga a nuestra memoria sea la mala suerte que lo persiguió a lo largo de su participación en 'Mujer'.
El punto de partida a sus desgracias fue su nada casual encuentro con su cuñada. Sirin fue la auténtica criptonita de Sarp, aunque tampoco podemos perder de vista la perversa influencia de las peras romanas en los momentos clave de su vida. Porque cada vez que Sarp daba un paso hacia su felicidad, en su camino se cruzaban su cuñada, las peras o ambas en conjunto.
Sarp 'murió' la primera vez en aquel ferry gracias a Sirin que lo acusó de abusar de ella. Sarp no pudo reencontrarse con su familia gracias a Sirin que mintió sobre la muerte de Bahar y sus hijos. Sarp perdió su aura de marido perfecto gracias a Sirin que fingió tener una relación con él. Sarp murió por segunda vez gracias a Sirin.
En definitiva, el ángel de la guarda de Sarp tuvo mucho trabajo. Fue muy eficiente en bastantes ocasiones (¿Cuántas personas habrán logrado sobrevivir tras caer de un ferry en el Bósforo en plena noche?), pero también tenía tendencia al despiste (¿le salva la vida y lo mete en una pelea con el "novio" de Piril que acaba a tiros?). Y, sobre todo, no tenía ni la fuerza ni la energía ni el poder suficientes como para contrarrestar la alianza de Sirin con el lado oscuro.
Desde este punto de vista, Sarp fue, sin duda, la gran víctima de 'Mujer'. Pasara lo que pasara, hiciera lo que hiciera, él siempre salía perdiendo. Parecía condenado a vivir en una lucha constante y permanente por recuperar aquella vida que le fue arrebatada, pero por más que peleaba, siempre pasaba algo que lo volvería a dejar fuera de la que era su familia.
Eso sí, Sarp también cometió más de un error y en varias ocasiones su actitud era cuestionable. Evidentemente él no se alejó de Bahar por gusto, pero su afán por recuperar aquello que había perdido hizo que, de alguna manera, perdiera la perspectiva y, en ocasiones, pareciera vivir en una especie de realidad paralela donde el tiempo no hubiera pasado o, simplemente, hubiera desaparecido ese paréntesis vital.
Él rehizo su vida con Piril. Y estaba en su derecho de hacerlo ya que creía que su mujer y sus hijos habían fallecido. Era comprensible que intentara seguir adelante y, de hecho, Bahar nunca le reprochó ni su nuevo matrimonio ni su nueva paternidad. Es más, ella siempre apostó por la integración, por intentar ser una gran familia.
Sin embargo, Sarp no tuvo esa generosidad con Bahar. Ella tuvo que aceptar la nueva realidad de su marido, pero Sarp no toleraba la presencia de Arif en la vida de su familia. Es lógico que Sarp quisiera recuperar a los suyos, pero, en más de una ocasión, sus pasos para conseguirlo eran más que cuestionables como intentar forzar encuentros familiares o utilizar a sus hijos para acercarse a Bahar.
Finalmente, Sarp logró su sueño. Logró reconquistar a su mujer. Durante unas horas, volvieron a ser la pareja enamorada, cómplice y feliz que habían sido, pero Sirin decidió que el destino de Sarp no era ser feliz.
En definitiva, Sarp y Volkan comparten, no solo el atractivo rostro de Caner Cindoruk, sino un aciago destino que los condena a vivir separados de la mujer que aman. Uno, por una constante y continua sucesión de acontecimientos determinados por la mala suerte y una mala persona. El otro, por una constante y continua sucesión de malas decisiones. El final de uno fue trágico y dramático. El final del otro aún está pendiente de escribirse. Y, desde luego, los espectadores estaremos cada domingo muy pendientes de descubrir si Volkan logra volver a penetrar en la fortaleza que tanto añora o si el último portazo que ha recibido ha sido el definitivo.
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