Camilo Superstar: la ambición de Camilo Sesto y el musical que nadie quería estrenar en pleno franquismo

Camilo Sesto vuelve a brillar. Esta vez, encarnado en la piel del actor Alejandro Jato y a través de una serie de ficción, pero basada en la realidad, donde su voz y sus canciones resuenan con fuerza, lo mismo que su valentía en el campo artístico. Hablamos de Camilo Superstar, nueva apuesta de la plataforma atresplayer que se estrena este 19 de noviembre, cada domingo podrás disfrutar de un nuevo episodio, sumándose a la oferta de originales de la que también forman parte títulos recientes como La Red Púrpura o Déjate ver.

"No es un biopic ni una serie musical", aseguraba Montse García, directora de ficción de Atresmedia, en la presentación ante los medios. Porque esta serie, a diferencia de otras como Nacho o Cristo y Rey, no se trata tanto de contar las hazañas biográficas de un personaje conocido, sino de retratar una hazaña concreta protagonizada por él.

Hablamos, como el título ya deja entrever, de cuando Camilo Sesto, en pleno auge de su carrera discográfica como baladista, decidió traer a España la producción teatral Jesus Christ Superstar que había visto en Londres y convertirla en aquel famoso musical Jesucristo Superstar que tanto dio que hablar. Con él como protagonista, claro, pero también como productor.

Así, mediante esa acotación narrativa, la serie es mucho más concreta y directa: una historia breve pero atractiva para solo cuatro capítulos donde, además de música, se plasma el lado más oscuro de la industria musical, amén del contexto de la España en que pasó aquello.

Aunque Jesucristo Superstar levantase el telón del teatro en 1976, con el dictador Franco ya fallecido pero con su sombra todavía presente, la idea de Camilo Sesto de hacer este musical tan trasgresor brotó unos años antes, cuando el régimen seguía vivo. No era un proyecto para la España en blanco y negro de la época, pero sí para la que esperaba aires de cambio y color en las calles. Jesucristo Superstar proponía una revisión de la historia bíblica poco ortodoxa: ópera rock, desde el punto de vista de Judas Iscariote y con anacronismos y jerga actual; incluso, María Magdalena cantaba No sé cómo amarle al Mesías. Y, por ello, era un producto cultural tan relevante, sobre todo ahora visto con la perspectiva del tiempo, para nuestro país en ese momento concreto.

Alejandro Jato recrea gestos y actitudes del cantante nacido en Alcoy, pero también refleja el momento de crisis creativa que vivía cuando quiso arriesgarse con este proyecto. Algo de mí, canción lanzada en 1972 que supuso un enorme éxito, estaba marcando su carrera para bien y para mal: tanto la discográfica como su representante (interpretado por Óscar de la Fuente) solo querían reproducir ese hit una y otra vez con canciones similares que mantuviesen el status de Camilo como ídolo de chicas jóvenes que suspiraban con sus letras de amor. Él, en cambio, con 26 años, no quería quedarse estancado en eso.

No importa que ya sepamos que Camilo Sesto logró finalmente levantar Jesucristo Superstar en España (la Historia nunca es spoiler), sino conocer el camino que tuvo que recorrer y quiénes fueron sus aliados y enemigos. Además de al cantante y su equipo, veremos representados en pantalla al director de la obra, Jaime Azpilicueta, al periodista que adquirió los derechos de la obra, Nacho Artime, a los cantantes Teddy Bautista y Ángela Carrasco, que interpretaron a Judas y María Magdalena respectivamente, o a Lucía Bosé, que tuvo un romance con Sesto cuando ella tenía 40 años y él era un veinteañero.

La serie, producida por Buendía Estudios Canarias, está escrita por Tatiana Rodríguez (La cocinera de Castamar) y dirigida por Curro Novallas (Mentiras), quienes han contado en su desarrollo con testimonios del entorno de Camilo Sesto para documentarse, como su expareja y madre de su hijo, Lourdes Ornelas, o su representante.