NÚMERO DE SERIE
Ambientada en los 90, los 70 y en 1666, una maldición vertebra la historia, con homenajes a 'Scream', 'Viernes 13' o la mismísima Pocahontas [sin spoilers].
En 'La calle del terror', durante generaciones una maldición ha perseguido a los habitantes de Shadyside. Un grupo de chavales descubre que los crímenes que se han cometido en los últimos tiempos podrían estar conectados con un nombre, Sarah Fyer, una antigua bruja.
Leigh Janiak (‘Honeymoon’) dirige la adaptación de la serie de terror más vendida de R.L. Stine pero con un punto más canalla. Aunque en la forma se parezca a otra de sus grandes obras, ‘Pesadillas’ –de la que se hizo película en 2015 con Jack Black–, lo cierto es que aquí la crueldad es más explícita y algunas escenas mucho más macabras y retorcidas.
‘La calle del terror’ es una trilogía sangrienta ambientada en el pueblo maldito de Shadyside que ha ido a peor con el paso del tiempo en comparación con el pueblo de al lado, el de Sunnyvale (esto entusiasmará a los fans de ‘Riverdale’ y de ‘Las escalofriantes aventuras de Sabrina'). La rivalidad cotidiana está latente, es como un Villarriba y Villabajo de los anuncios de televisión, pero sin jabón para lavar los platos y sí mucha mala leche.
Los tres filmes se enmarcan en tres épocas diferentes: los 90, los 70 y por supuesto 1666, que para eso hablamos de una posesión demoniaca que ha permanecido haciendo de las suyas a lo largo de más de 300 años.
Esta primera entrega ambientada en julio de 1994 es un guiño a las típicas películas de terror con adolescentes. Reinventa el género slasher, o lo que es lo mismo, asesinos en serie enmascarados que matan a jovencitas en apuros.
Leigh Janiak, que dirigió un par de episodios de la serie ‘Scream’ (2015-2019), retoma el concepto y regresa con un serial killer tras una máscara. Esta vez no con la forma del grito de Munch como en ‘Scream’ (1996), dirigida por Wes Craven, sino con una calavera que aparece en otro libro del creador de la saga RL Stine: ‘Halloween Night II’ (1994). En esta ocasión es Maya Hawke que vuelve al centro comercial de ‘Stranger Things’ –todo queda en casa Netflix– la que es acorralada como lo fue en su momento Drew Barrymore en ‘Scream’.
Un cameo divertido, igual que lo es incluir como ocurría con David Arquette y Courteney Cox, a la pareja de policía y periodista en un momento televisivo (el policía Nick Goode luego tiene más recorrido, interpretado por Ashley Zukerman, ‘A Teacher’). Hasta la música de la trilogía está compuesta por Marco Beltrami, el mismo compositor de la ‘Scream’ original. Otras películas para acompañar a esta podrían ser ‘The Faculty’ y ‘Sé lo que hicisteis el último verano’.
La segunda entrega arranca en los años 90, pero pronto salta a julio de 1978, cuando los estudiantes de Shadyside y Sunnyvale coinciden en un campamento de verano tras acabar sus estudios. Allí, un joven aparentemente normal parece ser poseído por una maldad sobrenatural.
Es fácil reconocer en el campamento Nightwing el campamento Crystal Lake de ‘Viernes 13’ (1980) –o el de Arawak de ‘Campamento de verano’ (1983)–. De hecho, la serie comparte las mismas localizaciones de la icónica saga protagonizada por el psicópata Jason y algunos de los personajes, como Alice y Tommy, toman sus nombres de los personajes de la franquicia que sobrevivieron al asesino. Otro
referente importante es ‘Halloween’ (1978), de John Carpenter, con el maniaco Michael Myers escapando de un hospital psiquiátrico.
El cameo lo protagoniza Gillian Jacobs (‘Community’) que rememora sus años de adolescencia aquel verano en el campamento. En el pasado, la pelirroja Sadie Sink toma protagonismo, al igual que Drew Scheid, ambos también vistos en ‘Stranger Things’. Parte de la diversión es la ginkana entre los estudiantes de ambos pueblos, los rojos contra los azules, que recuerda a la rivalidad eterna entre los Crips (los azules) y los Bloods (los rojos), las violentas pandillas formadas en Los Ángeles a finales de los 60. Otra película para acompañar a esta podría ser ‘La matanza de Texas’.
Nick, el futuro policía, de chaval es un fan de Stephen King, que elige ‘Carrie’ como su libro favorito –la escena mítica del cubo aparece también aquí– solo por detrás de ‘El misterio de Salem’s Lot’. Stephen King también está presente con la escena del hacha en la puerta en la que el asesino emula a Jack Nicholson en ‘El resplandor’.
En la última entrega de ‘La calle del terror’ asistimos a los orígenes de la maldición de Sarah Fier en el verano de 1666. Esta película se divide en dos: paralelamente a la caza de brujas que tuvo lugar en la colonia en el siglo XVII, los chavales de 1994 intentan acabar con la maldición en la segunda parte del filme.
La gran inspiración según sus creadores es la historia que se cuenta de Pocahontas en ‘El nuevo mundo’ (2005), el filme de de Terrence Malick sobre el explorador John Smith (interpretado por Colin Farrell) y su encuentro con la tribu Powhatan en el siglo XVII. O lo que es lo mismo, como un mundo hermoso se estropeó y acabó pudriéndose. Es lo que ocurre en este Shadyside tranquilo cuando se propaga el rumor de la existencia de unas mujeres malvadas que se han acostado con el diablo.
En este filme, como en cualquier película de brujas que se precie, también surge desde la ignorancia el miedo a la diferencia y son los hombres asustados y vengativos los que persiguen a las mujeres inalcanzables que los han rechazado. Son mujeres quemadas en la hoguera o ahorcadas de la rama de un árbol por saltarse las reglas sociales. La odisea recuerda a la de otras mujeres repudiadas por creer que eran brujas como en ‘El crisol’ (1996), con Winona Ryder, o en ‘La bruja’ (2016), con Anya Taylor-Joy.
En la segunda parte, de regreso a los años 90 para cerrar el círculo donde se originó todo y por ende al género slasher de nuevo, surgen homenajes a Stephen King (de nuevo ‘Carrie’) o a películas con monstruos desatados como ‘La cabaña en el bosque’ (2011). ‘Posesión infernal’ y su Necronomicon (el libro maldito) es una constante también en toda la trilogía (aquí es un diario). A la espera de una nueva ración de ‘American Horror Story’, las tres películas de ‘La calle del terror’ se han convertido en la apuesta de terror juvenil del verano con más guiños nostálgicos por minuto.