MONSTRUO EN NETFLIX

El brutal parricidio de los hermanos Menéndez, la nueva serie ya disponible de Javier Bardem: Este es el caso real tras el asesinato

Recordamos cómo fue el crimen de los hermanos Lyle y Erik Menéndez, que vuelve a estar de actualidad por el estreno de una miniserie en Netflix que firma Ryan Murphy.

Después del enorme éxito que tuvo la miniserie Dahmer, Netflix y su creador, Ryan Murphy, encontraron un filón: como había hecho él en otras ocasiones, convertirían aquello en una franquicia de temporadas independientes con las que explorar historias parecidas. En este caso, acompañando al título con "Monstruo" tendrían margen para tratar otros casos criminales que aterrorizasen a la opinión pública norteamericana y, así, llega ahora a la plataforma una segunda entrega, Monstruos: La historia de Lyle y Erik Menendez, protagonizada por Nicholas Chavez, Chloë Sevigny, Javier Bardem y Cooper Koch.

El caso de los hermanos Menéndez es uno de los crímenes más notorios en la historia reciente de Estados Unidos (y que tuvo otra adaptación a serie en 2017 como spin-off de Ley y Orden), conocido por la brutalidad del acto y el complejo juicio que lo siguió. Este trágico suceso, que involucró el asesinato de José y Kitty Menéndez, padres de Lyle y Erik Menéndez, sacudió al país y atrajo una atención mediática sin precedentes.

Nicholas Chavez, Javier Bardem y Cooper Koch en la serie Monstruos: La historia de Lyle y Erik Menendez | Netflix

ASÍ FUE EL CRIMEN DE LOS HERMANOS MENÉNDEZ

José Menéndez, de origen cubano, había alcanzado un notable éxito como ejecutivo en la industria del entretenimiento en Hollywood, mientras que su esposa Kitty, nacida en Illinois, fue ama de casa y madre de los dos hijos de la pareja: Lyle y Erik. A primera vista, la familia Menéndez parecía encarnar el sueño americano, con una vida lujosa en Beverly Hills y todas las ventajas que el éxito económico conlleva. Aunque todo parecía indicar que los chavales crecieron en un entorno privilegiado, ellos aseguraron en el juicio que padecieron abusos y un control excesivo por parte de su padre.

La noche del 20 de agosto de 1989, los hermanos Menéndez asesinaron a tiros a sus padres en el salón de su mansión de Beverly Hills: José recibió varios disparos en la cabeza, mientras que Kitty fue tiroteada mientras intentaba escapar. Después del crimen, los hermanos simularon un intento de robo y llamaron a la policía, fingiendo estar devastados por la muerte de sus padres.

Nicholas Chavez y Cooper Koch en la serie Monstruos: La historia de Lyle y Erik Menendez | Netflix

Así, durante unos meses, Lyle y Erik tuvieron una vida de millonarios, derrochando muchísimo dinero en viajes a todo tren, ropa cara e incluso coches de alta gama. Ese dispendio llamó mucho la atención y levantó los recelos sobre ellos, quienes en un principio no eran sospechosos de un crimen que seguía siendo investigado sin todavía detenciones.

El punto de inflexión del caso se produjo cuando Erik confesó el asesinato de sus padres a su psicólogo, el doctor Jerome Oziel, quien grabó las conversaciones. Aunque lo hacía amparado por el secreto entre médico y paciente, la novia de Jerome Oziel, temiendo por su seguridad, acudió a las autoridades con esta información y esto llevó al arresto de los hermanos en marzo de 1990.

EL JUICIO DEL CASO MENÉNDEZ

Tres años después daría comienzo el juicio de los hermanos Menéndez y pronto se convirtió en un tema estrella entre los medios de comunicación, siendo uno de los primeros juicios televisados en EEUU a gran escala.

Nicholas Chavez y Cooper Koch en la serie Monstruos: La historia de Lyle y Erik Menendez | Netflix

La fiscalía mantenía que los hermanos cometieron el crimen motivados por el deseo de heredar la fortuna de sus padres y que, además, lo hicieron de forma premeditada. La defensa, por su parte, alegaba que Lyle y Erik habían sido víctimas de abusos físicos, sexuales y psicológicos por parte de José Menéndez durante años. No negaban el crimen, pero aseguraban que los mataron por miedo a que el abuso continuara. Respecto a esto, la fiscalía señalaba que estos abusos no estaban suficientemente corroborados.

Así, se desarrollaron dos primeros juicios en los que el jurado no llegó a un veredicto unánime, quedando declarado como juicio nulo en 1994. Sin embargo, dos años después se realizó un tercer juicio en 1996 en el que los hermanos Menéndez fueron condenados a cadena perpetua sin posibilidad de libertad condicional. Aún así, durante años ha seguido planeando la sombra de la conjetura en torno a si lo que alegaban Lyle y Erik en su defensa era verdad o no.