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ROMPE SU SILENCIO

Blake Jenner reconoce haber maltratado a Melissa Benoist ('Glee') en una carta donde asegura que él también es una víctima de abuso

Blake Jenner ha roto su silencio once meses después de que su exmujer Melissa Benoist hiciera pública su experiencia como víctima de violencia doméstica, aunque sin mencionar nunca a su exmarido, como puedes recordar en el vídeo de la noticia. Ahora el actor de 'Glee' ha reconocido el abuso y ha añadido que él también fue víctima del mismo.

El año pasadoMelissa Benoistconmovió al mundo al contar en un desgarrador vídeo su larga experiencia como víctima de abuso y violencia doméstica. Pese a que la actriz decidió no hacer público el nombre de su agresor, la opinión pública no tardó en relacionar las experiencias que contaba con el tiempo en el que estaba casada con su compañero de 'Glee', Blake Jenner.

Desde entonces Jenner no se había pronunciado al respecto, y unas semanas después de que Melissa haya dado a luz a una hija junto a su actual marido, Chris Wood, Blake ha publicado una extensa carta donde ha dado su versión de los hechos, ha pedido perdón y se ha identificado él mismo como una víctima de abuso también fruto del "bucle tóxico" en el que se encontró la pareja. Puedes leer su carta traducida al completo a continuación:

"Durante los últimos once meses, he estado pensando en cómo abordar una situación personal que se hizo pública a finales de 2019. A lo largo de ese tiempo, he reflexionado sobre un periodo de mi vida que antes había mantenido en las sombras por miedo y vergüenza, pero sé que es algo que tiene que abordarse, no solo públicamente, pero también en privado con la persona afectada directamente y conmigo mismo.

Cuando tenía 20 años, conocí a una mujer y nos enamoramos. No fui consciente de la magnitud de todo en ese entonces, pero en retrospectiva, por grande que fuera el amor que compartimos, el daño que provenía de nuestras infancias demostró ser más grande.

La pasión entre nosotros nos llevó a ambos a algunos de los mejores momentos, pero también a momentos de celos, montones de inseguridad y volatilidad. De alguna manera, creo que para los dos, nuestro matrimonio era un potencial para alguna clase de redención. Incluso en esos momentos en los que estaba decidido a irme porque habría sido la opción más sana, sentía que no podía marcharme cuando alguien a quien amaba me estaba pidiendo que me quedara. Era una relación con una base creada desde la co-dependencia, lo que tuvo tremendas consecuencias.

Los dos éramos jóvenes y dejamos que nuestras partes rotas supuraran durante demasiado tiempo.

Asumo toda responsabilidad por el daño que causé durante mi relación con mi anterior pareja, emocionalmente, mentalmente y sí, físicamente. Dos años antes del final de nuestra relación, hubo un tiempo en el que mi pareja y yo tuvimos una pelea que fue a más, y en un momento de frustración, mientras estaba en el pasillo y ella estaba en nuestro dormitorio, le lancé el móvil sin puntería y le dio a mi antigua pareja en la cara. Me congelé en un estado de shock y horror mientras ella gritaba con angustia, su ojo inmediatamente se hinchó por el impacto. Es un momento del que me arrepentiré el resto de mi vida. Se sentó allí llorando y no puedo ni imaginarme el dolor, miedo y vergüenza que debió sentir ella en ese momento. Si pudiera hacer cualquier cosa para cambiarlo, lo haría.

No obstante, por difícil que ha sido tanto aceptarlo como describir ahora ese momento en detalle, y fuera cual fuera la intención, soy responsable por el dolor que le causé en ese momento y más allá. Y es algo en lo que aún estoy trabajando para poder perdonarme a mí mismo.

Sin absolverme de ninguna responsabilidad, es importante entender que hubo abuso mental, emocional y físico por las dos partes. Como resultado, mi antigua pareja y yo empezamos a ver a un terapeuta, pero pese a los numerosos intentos de trabajar en nuestros problemas, siempre nos encontrábamos atrapados en este ciclo tóxico en el que se convirtió nuestra relación. He pensado mucho sobre si hablar públicamente o no sobre el dolor que me causó a mí a lo largo de esta relación por mi antigua pareja; y he llegado a la conclusión de que sí, es importante para mí hacerlo.

El abuso mental y emocional comenzó al principio de nuestra relación. Se me hizo rechazar numerosos trabajos y oportunidades por celos de posibles co-stars femeninas. Se me amenazó con lo desarrollar relaciones o hacerme fotos con compañeras femeninas en eventos profesionales. Recibí amenazas y comentarios despectivos sobre colegas mujeres con las que había trabajado o estaba trabajando. Se me hizo sentir culpable por trabajar, ya que recibía llamadas de mi pareja mientras estaba fuera, amenazando con autolesionarse por depresión y un profundo estado de miedo al abandono. Estaba aislado, tuve prohibido ver a mis amigos durante años, resultando en que esta relación tóxica fuese todo mi mundo. Fui abusado verbalmente y emocionalmente por todo desde la familia en que nací hasta la ropa que llevaba en sesiones de fotos. Fui arañado. Fui abofeteado. Me pegó un puñetazo en la cara, lo que causó un viaje al hospital para tratar mi nariz rota. Yo, también, he tenido que esconder e inventarme mentiras sobre muchas heridas visibles que he recibido durante la relación. Fui asaltado físicamente en la ducha, dejándome con una lesión traumática en la que no quiero ahondar ahora.

Supongo que lo que intento decir es que esta relación, con toda su toxicidad y turbulencia, fue el producto de dos personas rotas en un tiempo determinado. Aunque esto se reveló a final de año por mi anterior pareja, la verdad es que no hemos estado juntos en casi cuatro años, y en ese tiempo, incluso antes de terminar nuestra relación, había trabajado en mis problemas personales con mi terapeuta, abordando no solo los síntomas, sino las raíces que causaron todo lo que pasó.

Al hablar de mis experiencias, ojalá hubiera una manera de demostrar que no es mi deseo en absoluto hacerla quedar mal de ninguna forma. Esto es algo que creo que mucha gente no entiende: quiero que sane, pero yo, también quiero sanar. Y elijo creer que las dos cosas no tienen que ser incompatibles. Y creo que probablemente ha sido una de las cosas más difíciles de navegar porque siento que mi voz ya no importa. Por último, sin embargo, quiero ser el hombre que sé que puedo ser, extendiendo mi empatía a otros, y viviendo una vida de persón. Por otros. Y por mí.

Para cualquiera que esté leyendo esto, lo siento por la pérdida del respeto y la confianza, por infligir una pizca de negatividad o tristeza en un mundo que ya tiene bastante. [...] A toda víctima de violencia doméstica y toda víctima de cualquier tipo de abuso que se haya sentido afectada por nuestra historia, lo siento mucho. Os apoyo siendo una víctima yo mismo, y me arrepiento del abuso que he causado como un agresor yo mismo, y prometo no volver a perder quién soy nunca más.

Pero la disculpa más importa es, antes y ahora, para mi antigua pareja. Lo siento. Hay muchas cosas que me gustaría haber hecho diferente, y aunque desearía no haber tenido el dolor que se sufrió en nuestrar relación, nunca volveré a cometer esos errores. Nunca pararé de hacer el trabajo necesario para mejorar en todos los aspectos de mi vida. Te deseo a ti y a tu familia nada más que buena salud, alegría y amor".

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