TRAS LA SERIE DE NETFLIX
Tras la serie de Netflix sobre el asesinato de José Menéndez y su mujer por sus hijos, Lyle y Erik. Así, está ahora la mansión donde los mataron y vivían en Beverly Hills.
La serie de Netflix Monstruos: La historia de Lyle y Erik Menéndez y el posterior documental han devuelto la expectación por el asesinato de José y Kitty Menéndez que conmocionó Beverly Hills en 1989.
El millonario y su esposa fueron asesinados por sus dos hijos, Lyle y Erik Menéndez, quienes declararon que habían sufrido abusos físicos, sexuales y psicológicos desde que eran niños.
Los jóvenes de 21 y 18 años, entonces, mataron a sus padres en su mansión del lujoso barrio de Los Angeles. Escenario que ha sido clave en el caso y en la serie de Ryan Murphy.
Pero... ¿Cómo es ahora la casa de los Menéndez? En varios vídeo en Youtube se puede ver el interior de la vivienda. En uno de ellos podemos ver la casa vacía con el que te haces una idea de cómo era cuando sucedieron los hechos.
Aunque, en este otro vídeo vemos un tour en la que nos enseñan que está bastante destrozada debido a que están haciendo obras.
Además, en idealista.com han compartido imágenes más o menos actuales de la residencia donde te haces una idea del lujo en el que vivía la familia.
Así, desde este portal cuentan que la casa de estilo Mediterráneo se construyó en 1927 y consta de 7 dormitorios, 9 baños, piscina, pista de tenis y una casa independiente de dos pisos aparte.
En 1984 sufrió una importante reforma pero no fue hasta 1988 cuando fue adquirida por José Menéndez.
Tras los asesinatos la mansión estuvo vacía por un tiempo hasta que se vendió por 3,2 millones de dólares en 1994. Desde entonces ha pasado por varios dueños, ha siso renovada en varios momentos pero la fachada siempre se ha respetado.
Fue en marzo de 2024 cuando la compraron por última vez por un precio mucho más bajo que las residencias de su alrededor y de la zona, 17 millones de euros.
Y es que, muchos son reticentes a adquirir un inmueble donde se han cometidos asesinatos tan atroces. Aunque, para otros, es un reclamo.