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ÉXITO EN VENTAS DEL 'MERCHANDISING'
Un ejemplo se vivió en la ciudad el pasado domingo, mientras los fans se preparaban para ver "Felina", la última aventura de Walter White, una tienda de donuts en Albuquerque sufría una oleada de clientes. "Fue de locos", dijo Carrie Mettling, copropietaria de la cadena Rebel Donut de la ciudad, que vendió 10.000 dólares en sus donuts "Blue sky" coronados por un caramelo azul que imita a la metanfetamina creada por el protagonista de la serie.
Mettling creó los donuts azules como regalo a Aaron Paul, el actor que interpretó al socio de Walt Jesse Pinkman, en la fiesta de fin de la serie el año pasado. Ahora los vende en un edificio de Albuquerque que se usó como localización para la oficina de la Agencia para la lucha contra las droga de EEUU (DEA por sus siglas en inglés), también es optimista pese al final de la serie.
"Albuquerque se enamoró de la serie, y yo no tengo problema en mantener el donut en el menú", ha comentado el portavoz.
"Nuestras ventas probablemente cuadriplicaron las de un domingo normal", afirmó la propietaria de este negocio local, uno de los muchos que están aprovechando el éxito de la serie de AMC, que está ambientada y producida en Albuquerque, Nuevo México.
La ficción de la AMC ha disfrutado de un aumento de espectadores en el último año, y una media de 5,2 millones de espectadores que siguieron en directo la segunda parte de la quinta y última temporada. Pero las audiencias no es lo único que aumenta al abrigo de la serie protagonizada Bryan Cranston. 'Breaking Bad' ha supuesto un incremento del turismo en Albuquerque y ha ayudado a varios negocios específicos.
LAS SALES DE BAÑO DE MR. WHITE
Panaderos, fabricantes de caramelos, operadores turísticos e incluso un spa que ofrece sales de baño en la ciudad han creado una serie de productos para satisfacer la demanda creciente de los fans de 'Breaking Bad' llegados de todas partes del mundo. "Esto ahora es una locura", dijo un propietario de productos spa Keith West-Harrison, que empezó a fabricar la sal de baño Bathing Bad con su socio para pagar la renovación del edificio que compraron para su negocio de productos para la piel.
"Para pagar las obras, nos preguntamos: ¿Qué haría Walter White? Decidimos que la metanfetamina posiblemente no era buena para nosotros, porque no somos químicos, sabemos que hace estallar cosas y huele mal (...) así que decidimos que las sales de baño eran una opción mejor", ha dicho.
Tras un inicio provisional en el que producían las sales de baño en un cubo de un galón (con capacidad para 3,78 litros), ahora usan una hormigonera para producir partidas de 50 libras (22,7 kilos) cada vez, que se venden bien en Estados Unidos y otros 19 países, repartidas en unas bolsitas de plástico inspiradas en la serie.
CARAMELOS EN PAPELINAS
También se aprovecha de la serie Debbie Ball, la propietaria de la tienda Candy Lady en la ciudad vieja de Albuquerque. Ball fabricó un caramelo que se usó en las dos primeras temporadas de la serie para simular la metanfetamina, y que ahora lo vende a los turistas en "papelinas".
Ball calcula que ha vendido entre 35.000 y 40.000 bolsitas en sólo un año. También gestiona una visita en limusina que lleva a los aficionados a las localizaciones de la serie, como la casa de Walter, aunque dijo que el propietario ahora estaba cansado de la procesión de visitantes.
El episodio final fue seguido por 10,3 millones de espectadores, pero los negocios locales esperan que el buen momento comercial se prolongue pese al final de la serie. Además, siempre les quedará el spin-off protagonizado por el abogado de Mr. White, Saul Goodman.
"Aún vemos las reposiciones de 'Los Soprano' y de 'Sexo en Nueva York'. Llevan años", dijo West-Harrison, que ahora emplea a tres generaciones de su familia preparando las sales de baño para el negocio. "Así que creo que va a permanecer".