Akif y Orhan: los inesperados latin lovers de Hermanos

Si bien es cierto que en Hermanos es imposible hablar de estereotipos o arquetipos porque prácticamente todos los personajes tienen una amplia gama de luces y sombras, también es constatable que hay un perfil que es fácilmente identificable: el del latin lover, el rompecorazones, el seductor, el conquistador o como cada quien quiera definir a ese individuo que enamora a allí por donde pasa.

Lo curioso es que los personajes que han asumido ese rol han resultado ser los más inesperados porque mientras los más jóvenes han conseguido relaciones bastante sólidas y más o menos estables (Ömer y Susen, Berk y Aybique, Doruk y Asiye en su momento…), sus mayores viven una constante inestabilidad sentimental.

Akif, un corazón de ida y vuelta

Comencemos por ese gran personaje (en todos los sentidos) que es Akif Atakül. Todos tenemos claro que es un sinvergüenza, un cantamañanas, un mentiroso, un egoísta, pero, a pesar de todo, ha ido enlazando una relación con otra. E incluso las ha simultaneado. Y, lo que es más sorprendente, algunas han repetido la experiencia.

Hagamos un poco de memoria. Cuando conocimos a Akif era el marido de Nebahat y el amante de Suzan. En aquel momento era el villano oficial de la serie por lo que no nos sorprendía que fuera infiel. De hecho, lo que siempre nos sorprendió cuando su aventura extramatrimonial salió a la luz fue la reacción de Nebahat, que, tras el comprensible impacto inicial, optó por responsabilizar a “la otra” de la situación y hacer como que no había pasado nada en su matrimonio.

Fue la primera vez que Akif demostró que la suerte era su mejor compañera porque esquivó la crisis con gran habilidad. Eso sí, a nosotros siguió resultándonos bastante despreciable cuando se dedicó a destrozar la vida de su examante por avaricia y ambición. Recordemos: Suzan perdió toda la fortuna de su marido por una de las muchas jugarretas de Akif.

Eso sí, tiempo después a Nebahat se le cayó la venda de los ojos y dejó a Akif literalmente con lo puesto. Aunque, por alguna razón que solo Nebahat puede entender, le dio una nueva oportunidad. Y, como no la había engañado suficiente, incluso llegó a darle una tercera, en la que también la traicionó.

Es decir, la relación de Akif y Nebahat ha sido un continuo ir y venir en el que él despliega todo su encanto y zalamería y ella perdona una y otra vez. Ahora mismo están en una nueva separación, ¿será la definitiva? ¿Será Nebahat el pasado de Akif o volverá a ser su presente?

Pero Akif no solo ha tenido segundas partes con Nebahat, con Suzan la historia es prácticamente idéntica. Fueron amantes, después se odiaron, luego se casaron, rompieron, volvieron a reencontrarse y, una vez más, se dijeron adiós.

Quizá la mayor diferencia entre ambas relaciones es que mientras que Nebahat siempre ha mantenido cierto vínculo emocional con Akif, Suzan sí se dio otras oportunidades para ser feliz. Lo intentó con Resul, con Ahmed casi lo consigue, pero se interpuso Sevval (con ayuda de Akif) y con Yaman no tuvo tiempo de ser feliz porque se cruzó en el camino de Süreyya (y Akif).

Es curioso como cada vez que Suzan estuvo a punto de ser feliz con otro hombre, Akif siempre aparecía en escena, directa o indirectamente, para estropear sus planes.

Lo cierto es que siempre nos resultará un misterio comprender como dos mujeres inteligentes e independientes reincidieron en dejarse atrapar por las redes de un individuo como Akif. ¿Cuántas veces les hemos gritado a la pantalla para que abran los ojos? ¿Cuántas veces nos indignamos al ver que se dejaban engañar? ¿Cuántas veces intentamos advertirlas de que era evidente que Akif estaba mintiendo?

La última en llegar a la ecuación ha sido Süreyya, que después de un tiempo dejándose querer (y estudiando otras opciones), también ha sucumbido al efecto Akif Atakül. ¿Será esta la definitiva?

Orhan, el éxito de un buen hombre

Si la habilidad de Akif para hacerse perdonar por sus mujeres siempre nos deja atónitos, en el caso de Orhan resulta sorprendente que, sin hacer prácticamente nada, el patriarca de los Eren ha estado varias veces en el centro de un triángulo amoroso.

Sin duda, el gran amor en la vida de Orhan ha sido Sengül, pero hubo un tiempo en el que la arrolladora y conflictiva personalidad de su mujer resultaba excesiva para un hombre tan tranquilo. Y, sobre todo, llegó un punto en el que las sucesivas meteduras de pata de Sengül hicieron insostenible ese matrimonio.

Eso sí, tampoco podemos pasar por alto que esa gran crisis matrimonial coincidió en el tiempo con la llegada al barrio de Gönul, que hizo todo cuanto pudo por convertirse en la señora Eren. Y, de hecho, lo consiguió. Es más, durante un tiempo hasta nos alegramos de que Orhan hubiese encontrado a una buena mujer con la que vivir una vida tranquila y sosegada.

El problema fue que Gönul mostró una cara como novia y otra muy distinta como esposa. Al final, resultó parecerse demasiado a Sengül y, encima, la llegada de Umutcan terminó por provocar el regreso de Orhan a su hogar. De hecho, con sus más y sus menos lograron ser felices hasta que un accidente de autobús lo cambió todo.

Y entonces llegó la gran sorpresa. Sin saber muy bien cómo Orhan vuelve a estar en el centro de atención de dos mujeres. Por un lado, está Aytan, un viejo amor de juventud que se ha presentado en el presente con una hija desconocida. Por otro lado, está Sevval, que ha pasado de enemiga acérrima de los Eren a encantadora candidata a tía. ¿Quién ganará el duelo? ¿La reaparecida Aytan o la reinventada Sevval? ¿Cerrará el círculo con Aytan o le dará una oportunidad a la nueva Sevval? ¿Es consciente Orhan de que está en el punto de mira de su ex y de su jefa?

En definitiva, las intensas vidas sentimentales de Akif y Orhan han resultado tan sorprendentes como fascinantes.

A Akif lo hemos visto cambiar tantas veces de opinión y con unos sentimientos tan oscilantes, que nunca sabemos si ha cerrado el libro o si se trata solo del final de un capítulo. Nunca tenemos claro si es enamoradizo o un oportunista. Lo que es evidente es que siempre es él quien mueve los hilos de sus relaciones.

A Orhan lo hemos visto siempre dejándose llevar por la situación. Casi podríamos decir que han sido sus mujeres quienes han marcado sus tiempos y sus decisiones. E incluso ahora son ellas las que se esfuerzan por captar su atención ante su aparente impasibilidad. Digamos que Orhan ha sido más seducido que seductor.

Resulta curioso que dos personalidades tan diferentes, y hasta opuestas, se hayan revelado como los grandes rompecorazones de esta serie. Akif es el hombre del que la razón nos diría que saliéramos huyendo, pero que el corazón puede indultar una y otra vez gracias a su evidente zalamería. Orhan es ese remanso de paz en el que sabes que estás segura y protegida.

¿Encontrarán a su media naranja o tendrán en la soledad a su mejor compañera?