BETTY VE TELENOVELAS

Adiós a Halit, el personaje que iba para galán y fue un gañán en Pecado original

Pecado original ha vivido uno de sus momentos claves con la muerte de Halit Argun, el personaje que lo tenía todo para ser uno de los galanes de la serie, pero que terminó comportándose como un gañán.

Halit Argun (Talat Bulut) ha sido, desde el principio, uno de los grandes protagonistas de Pecado original. Todo indicaba que iba a ser uno de los galanes principales de la serie.

De hecho, si nos ceñimos a una de las acepciones de ese concepto en el diccionario de la Real Academia Española, galán significa "hombre que galantea a una mujer". Y teniendo en cuenta que ha tenido cuatro esposas, un par de amantes y más de una pretendienta, parecía claro que esa definición se ajustaba perfectamente a su personalidad.

Sin embargo, bastante pronto nos dimos cuenta de que no era oro todo lo que relucía en el universo Argun. Ya vimos algún detalle que no nos gustó nada en su primer matrimonio con Ender (Sevval Sam) y su relación con Yildiz (Eda Ece) ha estado muy lejos de ser una luna de miel.

Si volvemos nuevamente al diccionario y buscamos el significado de gañán comprobamos que describe a un "hombre fuerte y rudo". Y esta vez sí. Esta definición encaja perfectamente con el carácter de Halit Argun.

La fortaleza del dinero

No podemos objetar nada al hecho de que Halit ha sido un hombre fuerte. Eso sí, hay que matizar que su fortaleza venía determinada por un único aspecto: el dinero. Halit era alguien cuando tenía un amplio saldo en su cuenta corriente porque se sentía con la capacidad y el poder de hacer y decir todo aquello que se le antojase sin que nadie pudiera replicarle porque ¿quiénes eran los demás para poner en tela de juicio el criterio y las decisiones del gran Halit Argun?

Si hacemos memoria, solo vimos a un Halit débil y frágil cuando perdió su gran fortaleza: su dinero. De verdad creímos que había cambiado cuando lo vimos aceptar con bastante buena actitud el cobijo que le prestaba su chófer y hasta llegamos a compadecerlo cuando aquellos que él creía sus amigos le dieron la espalda porque había pasado de ser el gran Halit Argun a ser el pobre Halit Argun.

Pero aquello fue solo un espejismo. Un breve paréntesis que solo sirvió para que el Halit soberbio, prepotente, misógino y egocéntrico regresara más fuerte todavía.

La rudeza de la buena educación

Halit nos mostró su verdadera cara cuando echó literalmente a la calle con lo puesto a Ender. Es cierto que su segunda esposa no contaba entonces con nuestra simpatía, pero, incluso así, empatizamos con su dolor de madre al verla totalmente excluida de la vida de su hijo. Y ya no es solo que Halit creara un muro de contención entre madre e hijo. Lo peor era la actitud. Su egoísmo de considerar que su decisión era la correcta y que Ender era incluso más insignificante que Aysel en la vida de Erim.

Y, encima, no aprendió de sus errores pasados. Lo mismo que le hizo a Ender se lo hizo a Yildiz con Halitcan, pero, en este caso, además, con el agravante de que su tercer hijo era apenas un bebe. ¿Qué clase de miserable aparta a un bebé de su madre? Pues un miserable.

Pero hubo más momentos en los que se comportó como un sinvergüenza. ¿Recordamos cuando permitió queEnder viviese en la mansión Argun cuando estaba recién casado con Yildiz? Es verdad que ahí Erim jugó el papel de adolescente en crisis, pero es incuestionable la falta de respeto hacia la que era en ese momento la señora de la casa.

Por supuesto, tampoco podemos olvidar los días en los que tuvo a Yildiz embarazada compartiendo habitación con Aysel mientras sentaba a la mesa familiar a su amante. Y hablando de amantes, también hay que recordar sus burdos intentos de justificarse cuando Yildiz lo encontró con Leyla. ¿Qué fue lo que le dijo? ¿Que estaba exagerando? ¿Que no era para tanto?

Claro, en el manual de conducta de Halit Argun no había ningún problema en que él pasara las noches en compañía de su asistente, pero Yildiz merecía el exilio y prácticamente una orden de alejamiento de su bebé por una simple foto con otro hombre en un lugar público.

¿Consciente o inconsciente?

Siempre nos quedará una duda con Halit. ¿Hasta qué punto era consciente de cuáles eran los sentimientos de sus mujeres hacia él? ¿De verdad creía que lo amaban? ¿Tenía asumido que estaban con él por su dinero?

En una memorable escena Şahika le echó en cara a Halit que ninguna de sus mujeres había estado con él por amor y, por una vez, nosotros la aplaudimos por decir lo que todos pensábamos.

¿Sería por eso que Halit las trataba como si fueran de su propiedad? ¿Como si no valieran nada? De hecho, Ender lo insinuó en una ocasión. Le dijo a Zerrin que a ella la respetaba, no porque la quisiera, sino porque tenía dinero. Es más, probablemente Zerrin ha sido la única mujer que verdaderamente estuvo enamorada de Halit.

Sea como fuere, lo cierto es que Halit pasará a la historia como uno de los personajes que más antipático nos ha resultado. Es cierto que los hemos conocido otros más violentos, agresivos y desagradables, pero el gran problema de Halit es que se consideraba un ser superior a todos cuantos lo rodeaban. Todos debían rendirle pleitesía: sus mujeres, sus hijos, sus socios… Todo debía hacerse como él consideraba que debía hacerse y cualquiera que se saliera del guion establecido estaba atacando directamente su reputación y su honorabilidad.

Las comparaciones son odiosas

Además de por deméritos propios, Halit tampoco ha podido alzarse con el título de galán porque ha tenido grandes competidores para el cargo.

Aunque también tenía una buena cantidad de actitudes reprobables, Alihan (Onur Tuna) fue capaz de hacer algo que Halit ni siquiera se planteó: rectificar. Alihan rectificó tras su primera ruptura con Zeynep y fue capaz de reconducir su relación con el propio Halit después de creer (igual que nosotros) que había sido el amante de su madre. Alihan fue capaz de salir de su burbuja de gran empresario por el que todas babean (Zerrin dixit) para buscar su felicidad junto a una mujer humilde que lo quería.

Y, por supuesto, Halit no le llega ni a la suela de los zapatos a ese gran señor que ha sido siempre Kaya (Barış Kılıç). El abogado siempre ha actuado con una dignidad, una generosidad y una honestidad a prueba de incidentes varios. Kaya siempre hizo acto de presencia cuando se le necesitaba ya fuera Yildiz, Leyla, Ender, Şahika o el propio Halit.

Su gran defecto fue ese amor fraterno que le impedía ver que su hermana no tenía ni el 1% de sus virtudes y, aunque nos duela el final de su relación con Ender, es comprensible que haya llegado un punto en el que haya dicho basta.

El romance entre #EnKay ha sido casi tan intenso y emocionante como el de #ZeyAl, pero, aunque los polos opuestos se atraen, Ender y Kaya están en sintonías demasiado diferentes. Kaya es un mar en calma mientras que Ender es una tempestad y los vientos que los separan han sido mucho más fuertes que el agua que los une.

¿Y ahora qué?

La muerte de Halit abre un escenario tan incierto como interesante. La primera consecuencia de su desaparición es que ha conseguido algo que parecía impensable segundos antes de que rodase escaleras abajo. Ha forjado una alianza entre Ender, Yildiz y Şahika.

Todas han peleado con todas en defensa de sus intereses y ambiciones. Todas han utilizado todas las armas a su alcance para agredir de todas las formas a todas las demás. A modo de breve resumen, Yildiz le quitó el marido a Ender, quien se volvió a casar con Halit provocando la ira de Şahika, quien había conseguido previamente que se divorciara de Kaya.

Hubo alguna que otra alianza puntual entre algunas de ellas, pero esta entente que se está formando puede calificarse casi como milagrosa. La duda está en si será circunstancial o duradera. Es evidente que todas se necesitan para guardar el secreto que comparten y, además, han encontrado un enemigo común: Mert.

Precisamente Mert es una de las razones por las que nos da pena que haya muerto Halit. El gran empresario que presumía de ser el mejor, el supuesto gran padre que se dedicó a minar la ya de por sí frágil autoestima de su hija mayor, fue engañado. Detestó a todos sus yernos (desde los dos maridos de Zhera hasta al candidato Yigit), pero, sin embargo, le abrió de par en par las puertas de su casa, su familia y su empresa a un embaucador profesional.

¡Qué lástima no poder ver la reacción de Halit al descubrir que su yerno perfecto, su sucesor ideal es un estafador!

Con todo, a pesar de todos sus defectos, es justo reconocer que vamos a extrañar a Halit. Ha sido el trofeo más deseado por grandes mujeres y, a la vez, el más odiado. Como espectadores lo hemos detestado y, a la vez, hemos seguido atentamente cada uno de sus pasos porque sabíamos que no nos iba a decepcionar.

Halit se va dejando detrás de sí a tres “viudas” que tienen que adaptarse a su nueva situación; una hija que duerme con su peor enemigo; una empresa al borde de la quiebra; y una audiencia que lo recibió como un galán, pero que lo recordará como un gañán.