Por Betty M. Martínez
Si somos un poco malpensados, 'Marido en alquiler' puede sugerirnos una trama similar a un matrimonio de conveniencia. Sería lo tópico y típico: el galán que enamora a la dama que lo contrata. Sin embargo, no es el caso. Estamos ante una historia completamente diferente. ‘Marido en alquiler’ es una mujer empoderada que puede sola con todo lo que se le ponga por delante, aunque, a veces, las circunstancias no la acompañen.
'Marido en alquiler' es Griselda Castaño, una mujer inteligente, valiente y, sobre todo, trabajadora. Ha sabido encontrar un nicho de mercado en el que ganarse la vida obviando por completo los roles de género convencionales. Griselda es la prueba empírica de que una mujer es perfectamente capaz de desarrollar faenas "presuntamente masculinas" como cambiar una rueda de un coche, reparar cuestiones de fontanería o similares incidencias y con garantía.
Es de agradecer que no hayan afeado en exceso a Sonya Smith para interpretar a este personaje. Si la historia busca romper el tópico, no sería lógico caer en el error de convertir a Griselda en un adefesio por el mero hecho de su elección profesional.
Griselda ni se maquilla, ni se pone vestidos, ni usa zapatos de tacón porque es su trabajo el que determina su look. Aunque sea posible cambiar una rueda con una falda de tubo y unas sandalias de tacón, evidentemente la incomodidad es clara. Y Griselda tiene claro que su prioridad es realizar la mayor cantidad de trabajo en el menor tiempo posible para ingresar más y poder mantener a su familia. Lo primero son los beneficios. Su apariencia física es algo secundario.
Porque Griselda se ha consagrado a su trabajo y a sus hijos, dejando arrinconada en un cajón a la mujer. A Griselda la preocupa llenar la nevera, no "agradar" a ningún hombre… ¿o no?
La entrada en escena de Reinaldo puede suponer un punto de inflexión en la vida de Griselda. Gabriel suspira por ella cada segundo que la tiene delante, pero ella solo lo ve como un buen amigo. Sin embargo, con Reinaldo la actitud es diferente.
Reinaldo ha despertado emociones, sensaciones y sentimientos que estaba hibernando, pero Griselda es demasiado señora como para fijarse en un hombre casado, pero ¿será capaz de manejar su corazón con la misma firmeza que sostiene la llave inglesa?
Y, además, debe gestionar la actitud de ese hijo que se avergüenza de una madre "tosca, grotesca y vulgar", obviando que gracias al sacrificio y esfuerzo de esa madre él tiene la capacidad de tener un vocabulario tan amplio y variado para ofenderla.
Frente a Griselda, tenemos a Teresa Cristina, su completa antítesis. Teresa Cristina encaja perfectamente en esa expresión de "antes muerta que sencilla”. Siempre está perfectamente maquillada, elegantemente vestida y exquisitamente calzada o, como diría ella, lista para agradar, aunque en más de una ocasión su actitud sea profundamente desagradable.
Griselda y Teresa Cristina viven en la misma ciudad, pero parecen de planetas diferentes. Eso sí, tienen en común el amor por sus hijos. Ambas quieren lo mejor para ellos, aunque su concepto de "mejor" sea diferente. Teresa Cristina quiere un yerno que esté a la altura de Patricia, esto es, familia respetable y cuenta corriente saneada.
Y es precisamente en su relación con Antonio, su semiyerno, donde descubrimos que las neuronas de Teresa Cristina no son 100% frivolidad. Es una mujer intuitiva que sabe que algo no funciona, que algo no encaja, que algo falla en su relato de hijo de una millonaria ganadera de Texas.
Y esa intuición, sexto sentido, capacidad de observación o como cada uno quiera llamarlo, también hace que Teresa Cristina vea a Griselda como una amenaza a su trono como reina de Reinaldo.
Pero Teresa Cristina es mucho más que la mujer de Reinaldo, la madre de Patricia, la casi suegra de Antonio o el alter ego de Griselda. Es uno de los personajes más fascinantes de esta historia. No solo por una personalidad indescriptible, sino por los secretos que oculta y, sobre todo, su imprevisibilidad. ¿Alguien imaginaba una reacción tan exorbitada por la caída de una gota de vino en el mantel?
Hay momentos en que desearías que desapareciera, pero en otros no puedes dejar de mirarla. Indigna y divierte a partes iguales. Y, sin duda, es uno de los grandes personajes de Maritza Rodríguez, de quien seguimos lamentando su retirada de las telenovelas.
Reinaldo es el galán por excelencia. El personaje interpretado por el siempre solvente y correcto Juan Soler es atractivo, educado, galante, simpático, generoso y todos los calificativos positivos que se nos ocurran. Eso sí, no tiene ni idea de cómo cambiar una rueda, aunque es un reconocido cocinero.
Que alguien con el carácter y la personalidad de Reinaldo esté casado con una mujer tan compleja y complicada como Teresa Cristina llama poderosamente la atención, aunque quizá se deba a que los polos opuestos se atraen. Ambos se complementan. Teresa Cristina es la explosión constante, mientras que Reinaldo es la calma zen.
Sea como fuera hasta ahora su relación, lo cierto es que todos, incluso ellos, intuyen que su matrimonio se tambalea.
Si para Griselda conocer a Reinaldo ha supuesto reactivar su lado más femenino, para Reinaldo puede suponer descubrir que otra vida es posible. Que se puede vivir sin la tensión constante por el control y los celos de Teresa Cristina. Que se puede vivir una vida tranquila y sencilla con una mujer agradable. Una mujer que no solo sabe recibir amor, sino que también sabe dar amor.
Por ahora estamos en esos prolegómenos de las dudas, del por qué pienso en ella, del es un hombre casado, pero ¿cuánto tardarán en reconocer lo que les pasado? ¿Cómo reaccionará cada uno? ¿Podrá Reinaldo dejar a la reina por la handyman?
Al margen del triángulo amoroso que empieza a formarse entre los tres protagonistas, los más jóvenes de esta historia también tienen sus propias historias de interés.
Por ahora, todas las miradas, y las críticas, se las lleva Antonio (Gabriel Coronel), el hijo desagradecido de Griselda. Toda la familia se esfuerza para que él llegue a ser el mejor doctor de la ciudad, pero ahora mismo él tiene todos sus esfuerzos concentrados en no perder a su novia.
No solo niega a su madre, sino que, además ha reclutado a un buen número de cómplices para sostener todo su castillo de mentiras de niño rico de buena familia. ¿Cuánto tiempo logrará sostener su tinglado de embustes? ¿Funcionará su plan de presentar a una actriz como su madre? ¿Cómo reaccionará Patricia al descubrir que su novio es un farsante? Por lo que sabemos no es una firme defensora de la segregación clasista como su madre, pero ¿podrá perdonar el engaño? ¿Se convertirá en la nuera de la mujer que le repara los problemas de bricolaje en su casa? Y, desde luego, resulta curioso ver a Sonya Smith y Kimberly Dos Ramos como posibles suegra y nuera cuando aún recordamos cuando fueron madre e hija en ‘Tierra de Reyes’.
Los otros hijos de Griselda también tienen su propia subtrama aunque por ahora apenas la intuyamos. La relación de Quique y Quiquito o el noviazgo entre Amelia y Rafa son prometedoras en cuanto a contenido.
Mención especial merece otro personaje que llama especialmente la atención: Rosario "Ro", el ¿asistente? ¿secretario? ¿criado? ¿esclavo? de Teresa Cristina. Desde luego es un ejemplo de devoción laboral porque soporta todos y cada uno de los cambios de humor de su jefa sin despeinarse.
Ya sabemos que es muy consciente de la posición que ocupa. Lo suyo es la tercera fila porque el front row es territorio de su señora. Y, además, ha conseguido que su nombre aparezca en el testamento, por lo que su lealtad, devoción y servidumbre a su faraona está garantizada. ¿O llegará el momento en que se rebele?
Por lo tanto, aunque el triángulo amoroso protagonista se lleva por ahora casi toda nuestra atención, son muchos los detalles que nos invitan a contratar cada tarde a este 'Marido en alquiler' porque su contenido está garantizado.