BETTY VE TELENOVELAS
Los Hermanos Eren, además de ser imanes para los problemas, tienen el don de aglutinar a su alrededor a una interesante amalgama de personajes que, a veces, son sus mejores aliados y, otras veces, son sus peores enemigos.
A estas alturas todos somos más que conscientes de que a los Hermanos Eren, alguien, en algún momento los maldijo, les echó mal de ojo o algo similar. Desde que los conocemos han sido víctimas de tal número de desgracias que aún nos sorprende su capacidad para mantenerse en pie.
Sin embargo, en medio de todas sus tristezas y penurias, los Eren nunca han estado solos. Además de contar con el cariño y el respaldo de la audiencia, son muchos los personajes que se han ido acercando a ellos. La mayoría se han ido integrando de forma natural en su peculiar familia. Eso sí, el proceso no ha sido uniforme. ¿Alguien hubiera imaginado hace unos meses que Tolga fuese visitante habitual del gallinero? No obstante, a lo largo de este camino también se han encontrado con bastantes piedras en el camino. ¿Encontrará Sarp algún día el instinto fraternal?
En las últimas semanas han sido varios los personajes que han llegado al entorno de los Eren y los Atakül, la otra familia protagonista de esta gran serie, y su entrada en escena puede suponer todo un punto de inflexión.
Mahir (Mark Raymund) llegó a Hermanos con el rol de héroe incorporado. Evitó que perdiéramos a ese gran personaje que es Akif y hace poco también fue clave para salvar a Asiye de una intoxicación de gas.
En todo caso, su entrada en el universo del colegio Ataman ha sido un tanto incómoda. Él era un muchacho humilde que se buscaba la vida como podía y, de repente, se vio casi adoptado por un Akif que aún está aprendiendo a vivir el duelo por la muerte de Doruk. Hasta la propia Nebahat se dio cuenta de que Akif estaba buscando en Mahir al sustituto del hijo perdido.
Por suerte, Mahir ha sabido gestionar con bastante madurez la situación. Se ha mantenido lo suficientemente firme como para mantener cierta distancia con la familia Atakül, pero, al mismo tiempo, lo suficientemente cerca como para no contradecir del todo a Akif.
Además, en todo este tiempo también ha conseguido integrarse en la pandilla de los Eren. Eso sí, ha necesitado más de una clase magistral sobre quién es quién en el colegio para posicionarse del lado correcto de la historia porque hubo un peligroso momento en el que casi sucumbe a las dotes manipuladoras de Sarp.
Por otro lado, su vida sentimental también está resultando bastante interesante. Es más que obvio su afinidad con Asiye, aunque ella en este momento no tiene corazón ni cabeza para plantearse una nueva relación. En todo caso, ya está Yasmin moviendo todas las piezas necesarias para hacerse ver y captar la atención del chico nuevo del colegio. ¿Conseguirá con Mahir lo que no logró con Doruk?
Mientras que Mahir es ya uno más del Team Gallinero, Lydia (Elçin Irem Zhera) se ha unido al lado oscuro. Pero lo más divertido es que su mayor deseo, ansia y aspiración es entrar en el corazón del líder del otro equipo. Porque a todos nos ha quedado clarísimo que su objetivo es Ömar Eren. Bueno, a todos, menos a Ogulcan, que, una vez más, ha sido víctima de su enorme facilidad para enamorarse y, sobre todo, de su don innato para visualizar una realidad paralela.
Evidentemente no es culpa de Lydia que Ogulcan se haya montado su propia película porque ella es clara, transparente y diáfana con sus intenciones. No es por eso que la hemos puesto en la lista de personajes que no termina de convencernos. El gran error de Lydia ha sido simpatizar con Sarp y recurrir al juego sucio para salirse con la suya.
Süsen puede caernos mejor o peor, puede gustarnos más o menos su relación con Ömer, pero lo cierto es que tampoco se merece la forma en la que Lydia está jugando con ella. Eso sí, Süsen debería relajarse un poco y dejar de montar en cólera por absolutamente todo lo que hace su rival porque esa actitud lo único que provoca es el hastío de Ömar.
En este punto, la duda está en si los planes de Lydia resultarán efectivos y conseguirá desequilibrar del todo a #SusÖm. O quién sabe si en un sorprendente giro de guión termine girando su vista hacia Ogulcan.
Si la llegada de Lydia ha sido casi un cataclismo para los jóvenes del Ataman, la irrupción en escena de Süreyya (Şeyma Korkmaz) ha alterado a los más adultos. En concreto, ha causado un fuerte impacto en Akif Atakül, justo cuando parecía que había aclarado las piezas de su particular ajedrez sentimental: Nebahat era su mujer y Suzan era su amiga.
Pero Akif Atakül ha sido, es y será una caja de sorpresas y ahora se nos ha vuelto a enamorar o, al menos, a ilusionar. Ya fuimos testigos privilegiados de su habilidad para manipular a Nebahat y Suzan en la particular relación que mantuvieron, pero algo nos dice que en este caso le va a resultar mucho más complicado escabullirse de las consecuencias de sus actos.
Por un lado, confiamos en que Nebahat haya aprendido algo de todo lo vivido y ya no tenga la venda en los ojos que le impedía ver la realidad que todos veíamos. Por otro lado, Süreyya no se parece ni al huracán rubio ni a la tormenta morena. Nuestras primeras impresiones nos dicen que Süreyya parece un tornado que puede llevarse por delante todo lo que encuentre con tal de salirse con la suya.
De hecho, ya ha movido su primera pieza al plantarse delante de Nebahat con el pañuelo prohibido a pesar de la advertencia expresa de Akif de que no lo hiciera. La duda está en si lo hizo para divertirse con la situación o en si, de verdad, está interesada en Akif. Si es lo primero, va a ser divertido ver a un personaje capaz de romper el juego de Akif. Si es lo segundo, va a ser interesante ver si consigue su objetivo.
Eso sí, también hay que decir que Süreyya está, por ahora, en la lista de personajes poco simpáticos. Y esa inclusión no está relacionada con sus intereses románticos, sino que tiene que ver con su papel como madre. Nos cuesta mucho entender a Süreyya. ¿En serio prefirió irse a Canadá con un novio que quedarse con su hija? ¿Cuántas veces hemos visto a Süsen pasarlo mal completamente sola? ¿Recordamos lo vulnerable que estaba cuando sucedió el accidente de Kadir? ¿O cuando los Eren la acogieron en el gallinero para que se recuperase de sus heridas? ¿Dónde estaba entonces su madre? ¿Viviendo la gran vida con un millonario?
Otro personaje que también ha venido a revolucionar a los Eren ha sido la abuela Fatma. Por un lado, nos ha sorprendido su existencia porque en ninguna de las múltiples tragedias que han vivido los Eren se mencionó siquiera a la abuela. Orhan nos dio la clave al mostrar su resentimiento y rencor por haber sido abandonado.
Partiendo de ese punto, la abuela pródiga ya no nos resulta demasiado simpática. Al igual que nos pasa con Süreyya, nos preguntamos qué tipo de madre deja a sus hijos por un hombre. Eso sí, no descartemos que la historia no sea tal y como la conoce Orhan y haya detalles que aún no conozcamos.
A mayores, la actitud posterior de Fatma no ha hecho que nuestra confianza en ella aumente. Prácticamente desde que cruzó el umbral de la casa de su hijo y su nuera ha dicho una mentira tras otra. Entendemos que necesitase un techo y buscase el cobijo de su familia, pero ¿por qué inventó tantas falsedades?
Tal vez la razón esté en Sengül. Fatma parece una mujer lista y espabilada y pronto captó la personalidad de su nuera, cuyas neuronas no tienen ni un minuto de descanso en busca de oportunidades de inversión y posibilidades de conseguir dinero. ¿Cómo iba a echar de su casa a una suegra con casas y una pensión?
Ahora que la verdad ha salido a la luz va a ser interesante la convivencia entre estas dos mujeres que han resultado ser bastante parecidas porque, hay que reconocerlo, Sengül también es muy creativa cuando se trata de salirse con la suya y, más aún, si hay dinero por el medio
¿Serán capaces de vivir armoniosamente o su hogar se convertirá en una batalla campal diaria? ¿Seguirá Orhan dando pasos hacia el perdón o volverá a sentir el dolor del abandono?
Aunque ya hace unas semanas que llegó al colegio Ataman, también hay que mencionar a Elif porque, sin duda, también va a tener un papel clave en esta nueva etapa.
Le costó encontrar su sitio en su nuevo entorno familiar y escolar, pero, poco a poco, se ha ido haciendo un hueco. Es cierto que, a veces, resulta un tanto arisca y brusca, pero también nos ha dado grandes momentos.
Su relación con Ogulcan está resultando de lo más interesante. Mientras ella se esfuerza por todos los medios para que se fije en ella, Ogulcan no hace más que girar la cara hacia otro destino.
Pero, ahora, a mayores, Elif va a tener que enfrentar su nueva realidad. Es hermana de Berk y la forma en que ambos afronten ese parentesco va a ser todo un aliciente para no perder detalle de los próximos capítulos.
Aún no sabemos si estos personajes han venido de visita o para quedarse, pero lo que sí tenemos claro es que su llegada puede provocar más de un terremoto.