SITGES 2024
Presence, la última película de Soderbergh, es un drama familiar embebido en una historia de fantasmas que parece que no ha convencido del todo al público del Auditori en Sitges.
Desde las 8:15 de la mañana se pusieron en marcha las salas de proyección del Festival de Sitges. The Damned fue la primera película de esta 57 edición. A las 9:45 el Auditori, sala principal del Festival se llenada de niños para la tradicional sesión para escuelas. Tranquilos padres helicóptero, la película que vieron fue Dalia y el libro rojo, una bonita odisea de animación, dirigida por David Bisbano. Menuda fantasía que el cole te lleve a un festival de cine, así hay que aleccionar a nuestros pequeños cinéfilos.
A lo largo del día un continuo goteo de público, prensa e invitados iban llegando a la meca del cine fantástico y con sus mejores galas acudía a la inauguración.
Fred Dekker, Carlota Pereda, Lisa Dreyer y Christophe Gans, miembros del Jurado Oficial pasaron por la alfombra roja. El invitado de honor, Steven Soderbergh, fue recibido a su llegada por Ángel Sala, director artístico, y Mònica Garcia i Massagué, directora de la fundación del festival. El Auditori hasta arriba y con el ambientazo habitual. Aplausos, discursos y por fin se apagan las luces y arranca Presence. Un rápido vistazo a X y empiezan a brotar adjetivos como "decepcionante", "anodina" y alguna buena opinión.
Esta historia de fantasmas contada a través de los ojos del ente no fue el arranque soñado. Pero ya se sabe que cuando se eleva demasiado expectativa el golpe de realidad es más fuerte.
Quien sí parece infalible es el singular Quentin Dupieux. Ayer algunos afortunados tuvieron la oportunidad de ver El segundo acto (The Second Act), su último trabajo. Una comedia de enredos con Léa Seydoux, Vincent Lindon y Louis Garrel que inauguró la pasada edición del Festival de Cannes.
Quedan muchos días por delante y muchísimas películas que comentar. Desde aquí os seguiremos contando.