BATALLAS LEGALES
El fallecimiento de una estrella del cine, la televisión o la música siempre es una noticia triste aunque, a veces, esa pena viene también acompañada de una herencia que el común de los mortales no alcanzaríamos ni a soñar.
Las herencias de grandes estrellas son enormes cantidades de dinero que, en algunos casos, pueden suponer trifulcas familiares y batallas legales, y en otros un patrimonio económico tan ingente como para que varias generaciones de herederos no tengan que trabajar. Hoy repasamos herencias de Hollywood cuyas cifras nos pondrán los ojos a hacer chiribitas.
Una de las pérdidas más dolorosas de 2016 fue la de Carrie Fisher, la icónica actriz que daba vida a la Princesa Leia en 'Star Wars'. Y lo fue, además de por lo querida que era, porque su pérdida provocó a su madre, la también actriz Debbie Reynolds, un shock que la condujo a un accidente cerebrovascular y finalmente la muerte, solo un día después que su hija. Billie Lourd, única hija de Carrie y actriz de series como 'American Horror Story', recibió su herencia estimada en 6,8 millones de dólares y una casa de otros 18 millones. Además de eso, Todd Fisher (hijo de Debbie y hermano de Carrie), organizó una subasta con recuerdos y bienes personales que recaudó más de 2 millones de dólares que fueron para causas sociales. Entre los objetos subastados había joyas del cine, no solo relacionadas con películas en las que habían participado (por supuesto, muchas de 'Star Wars') sino también que habían coleccionado como el vestido que lució Audrey Hepburn en 'Sabrina' o los zapatos rojos de 'El mago de Oz'.
Cuando el actor Robin Williams se suicidó, en agosto de 2014 y a sus 63 años, dejaba un patrimonio valorado en unos 100 millones de dólares, que heredaríansus hijos, Zelda, Zachary y Cody, todos ellos de relaciones anteriores a la que Williams tenía con su entonces esposa, Susan Schneider Williams. Esta inició un proceso judicial para reclamar su parte, pero finalmente se llegó un acuerdo y, aunque no se detalló el reparto, la mayoría del dinero fue a parar a los hijos. Otro actor muy querido que nos dejó pronto fue Michael Landon, conocido por sus papeles televisivos en 'Bonanza', 'La casa de la pradera' y 'Autopista hacia el cielo'; murió en 1991 a los 54 años por un cáncer de páncreas y, según se publicó, sus nueve hijos recibieron entre 8 y 10 millones de dólares cada uno.
No son pocos los casos de estrellas de Hollywood que aunque vienen de familias de mucho, mucho dinero (aunque no lo imaginemos). Es el caso de Brooke Shields, actriz que lleva trabajando desde los años ochenta en cine y televisión con cierto éxito, pero cuyo patrimonio no le viene solo de los cheques de los estudios; es hija de Francis Alexander Shields, un empresario que, entre otras cosas, fue un alto ejecutivo de Revlon y Estee Lauder e, incluso, tienen ascendientes de la realeza italiana y española. Al fallecer su padre en 2003, Brooke recibió una herencia de 25 millones de dólares.
También hijos pijos son el director y guionista Spike Jonze ('Her') o los actores Edward Norton ('American History X'), Armie Hammer ('Call me by your name'), Chevy Chase ('Community'), Balthazar Getty ('Cinco hermanos') o la actriz de 'Seinfeld' y 'Veep' Julia Louis-Dreyfus, hija del empresario francés Gerard Louis-Dreyfus que, a su muerte, había acumulado una fortuna de 3.000 millones de dólares. Casi nada.
No es ningún secreto que cuando el cantante (y también actor) Elvis Presley falleció, a la temprana edad de 42 años, no pasaba por su mejor momento. Y a pesar de haber vendido unos mil millones de discos en todo el mundo y haber hecho un sinfín de conciertos, su patrimonio era de apenas 5 millones de dólares por aquellas fechas. Eso era lo que le correspondía a su hija, Lisa Marie Presley, pero la madre de esta, Priscilla Presley tomó el control del legado y elevó la fortuna a unos 100 millones de dólares, que fue lo que heredó Lisa Marie al cumplir 25 años. La hija de Elvis falleció a principios de este año y su herencia también dio que hablar con su nieta, la actriz Riley Keogh.
Como Elvis, hubo después otras dos estrellas de la música que hicieron sus pinitos en el cine y que fallecieron por causa de las drogas y otros problemas personales, dejando importantes herencias. Michael Jackson, fallecido en 2009, tenía una deuda de 500 millones de dólares, pero también un patrimonio de 2.000 millones. Su voluntad era legar un 20% para caridad y el resto se dividiría entre su madre y sus tres hijos (Paris, Prince y Blanket), recibiendo 100 millones de dólares cada uno aproximadamente.
Por su parte, Whitney Houston, quien se ahogó en una bañera en un hotel de Beverly Hills en 2012, dejó unos 20 millones de dólares a su única hija, Bobbi Kristina Brown, que tenía por aquel entonces 19 años. Desafortunadamente, Brown falleció a los 22 al ser encontrada inconsciente en la bañera de su casa, yendo su patrimonio a la madre y los dos hermanos de Whitney y otros familiares.