NUNCA HA REHUIDO UNA CÁMARA
Ahora en boca de todos por las elecciones norteamericanas, en el pasado a Donald Trump le encantaba pasearse por un plató de televisión o el rodaje de alguna película. Repasamos sus cameos más famosos.
Donald Trump está de doble actualidad. Una razón, la más evidente, es su pugna contra Kamala Harris por la Presidencia de Estados Unidos. La otra, el paso por las salas de cine de El aprendiz, biopic en el que Sebastian Stan se ha metido en la piel del magnate. El título de la cinta hace referencia al reality show que Trump protagonizó durante años (y que tuvo una versión española en laSexta), una de sus muchas apariciones en la pequeña o gran pantalla.
Porque a Trump, además del dinero y el poder, siempre le ha atraído la fama. Y prueba de ello son las numerosas veces que ha aparecido en series o películas, generalmente en forma de cameo interpretándose a sí mismo, desde que comenzase a hacerse popular en los años 80 y 90, hasta sus últimas intervenciones en 2004 y 2005, en la película Marmalade y el serial Los días de nuestra vida (sí, ese en el que Joey de Friends interpretó ficticiamente al doctor Drake Ramoray).
Quizás el cameo más famoso de Donald Trump es el que ocurre en Solo en casa 2: Perdido en Nueva York. En esta secuela, el joven Kevin McCallister (interpretado por Macaulay Culkin) se encuentra perdido en el Hotel Plaza de Nueva York, que en ese momento era propiedad de Trump. En una breve escena, Kevin le pregunta a Trump cómo llegar al vestíbulo, y él le indica el camino.
Otro muy memorable es el de Sexo en Nueva York, concretamente en el episodio El hombre, el mito, la viagra (temporada 2, episodio 8). Aunque su papel es menor, su presencia añade un toque de autenticidad a la atmósfera de alta sociedad y lujo que a menudo muestra la serie y, si bien Samantha no llega a hablar o intentar ligar con él, sí le mira con cierta admiración por representar lo más exclusivo de la ciudad, lo cual nos pone los pelos de punta.
Antes de aquello, en 1999, Donald Trump se pasó por El Príncipe de Bel-Air. Acompañado por su entonces esposa, la actriz Marla Maples, el empresario se interpreta a sí mismo como un comprador potencial de la mansión de la familia Banks, reflejando esta aparición el estereotipo del millonario excéntrico, que en ese momento era su marca personal. Carlton se enamora nada más verlo, mientras que Ashley le grita que ha arruinado su vida.
Del mismo modo, Trump aparece muy brevemente en la película Zoolander, también acompañado de su esposa aunque en esta ocasión se trataba de Melania. La escena es un evento de moda y Trump le comenta a un reportero que sin Derek Zoolander el mundo del modelaje no sería lo mismo.
Protagonizada por Ben Stiller como el modelo Derek Zoolander, Trump dice una línea elogiando al personaje principal, mostrando que incluso el magnate de los negocios está al tanto de las estrellas de la moda. Su participación, aunque fugaz, añade un toque cómico al filme.
No obstante, no siempre se ha interpretado a sí mismo: en Una pandilla de pillos hace un breve cameo interpretando al padre del personaje de Waldo, un niño rico que compite contra Alfalfa por el amor de Darla. En la película, Trump aparece en una llamada felicitando a su hijo por sus logros. Otras películas en las que aparece el empresario y político norteamericano son Eddie, Cómo triunfar en Wall Street, Wall Street 2: el dinero nunca duerme y Amor con preaviso.
Además de eso, Donald Trump ha aparecido en numerosas ocasiones en el programa de sketches Saturday Night Live, bien como invitado él mismo o bien siendo parodiado. Incluso, salió en el programa WrestleMania de la WWE, en un excéntrico segmento titulado Battle of the Billionaires en el que rivalizaba con Vince McMahon, el presidente de la WWE al que acabó rapándole el pelo.
Y, por último, no podemos olvidarnos de Los Simpson. A diferencia de otros muchos famosos, Trump nunca ha aparecido poniéndose voz él mismo, pero sí ha sido dibujado en varias ocasiones como personaje, además de ser objeto de una de las famosas predicciones de la serie: en Bart al futuro, Lisa Simpson se convierte en presidenta de los Estados Unidos y menciona que hereda un desastre económico tras la administración de Donald Trump, broma que más o menos se volvió realidad.