Jason Momoa y Channing Tatum, de viaje juntos para apoyar a Zoe Kravitz con 'The Batman': "A ver a nuestra Zozo"
LO HA CONTADO ELLA MISMA
Zoe Kravitz está instalada en Londres, donde desde hace meses prepara su papel como Catwoman para 'The Batman', dirigida por Matt Reeves y en la que compartirá pantalla y protagonismo con Robert Pattinson. Aún así, ha sacado tiempo para participar en el podcast Questlove Supreme.
Allí, ha hablado de cómo esta siendo trabajar en una producción de esa magnitud, y también ha charlado sobre su familia. Al ser preguntada por cómo fue el momento en el que conoció a su padrastro Jason Momoa, la respuesta ha sido inesperada y maravillosa. Te transcribimos sus palabras:
"Mi madre y Jason Momoa empezaron a salir cuando yo tenía 16 años. Yo estaba viviendo en Nueva York y ella en Los Angeles, y la veía cuando había vacaciones en Navidad o en primavera, cuando tenía días para ir a visitarla. Y empezaron a salir y ella se quedó embarazada y yo aún no había conocido a Jason. Él tenía que venir a Nueva York a una convención de ciencia ficción e iba a estar en la ciudad un sólo día y mi madre me llamó y me dijo 'estoy saliendo con alguien', lo cual era importante porque llevaba mucho tiempo sin estar con nadie, 'va a Nueva York y quiero que le conozcas'".
"Yo, en esa época adolescente, dije '¿qué quieres que haga?', y como estaba en el colegio hasta tarde le dije que se pasara por allí. Así que estaba allí pasando el rato con seis amigos y les conté que vendría el novio de mi madre y que tenía que saludarle. De repente llegó un coche y bajó la persona más grande y guapa que habíamos visto nunca. Y a él le encanta abrazar, así que cruzó la calle corriendo para abrazarme. ¡Y yo no le conocía! Me agarró y me levantó en peso gritando '¡Eh, qué pasa, dios mio!' y todos mis amigos le miraban desde abajo porque nunca habíamos visto a nadie así".
La joven actriz cuenta también que, cuando dijeron de irse, él se ofreció a llevarles, y acabaron en el piso de un amigo pasando el rato y bebiendo cerveza. Cuando el padre de su amigo entró en la habitación en la que estaban para traerles la merienda, encontró a los amigos de su hijo "junto a un gigante que tocaba los bongos y llevaba una cerveza en su mano". ¿Puede ser la anécdota más maravillosa".
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