COMPARTE SU EXPERIENCIA
Jenna Ortega ha salido en defensa de las estrellas infantiles, abordando lo difícil que es crecer bajo los focos. Desde su propia experiencia, ha hablado sobre los retos y sacrificios de esa vida, destacando la importancia de proteger y guiar a los jóvenes actores.
Jenna Ortega, la joven actriz que ya se ha consolidado como toda una estrella en auge en Hollywood, ha hablado recientemente sobre su experiencia en la industria del entretenimiento y ha compartido los desafíos y peligros de ser una estrella infantil. Ortega sabe a la perfección que es ser una joven actriz, ya que ha trabajado en la industria desde que era niña en series como Entre Hermanos o Jane The Virgin.
En una entrevista con The New York Times, realizada con motivo del próximo estreno de Bitelchús Bitelchús, La intérprete ha ofrecido una visión sincera y reflexiva sobre los riesgos de crecer en el mundo del espectáculo y cómo estas experiencias han moldeado su vida.
Desde el principio, Jenna ha contado con el apoyo incondicional de su madre, quien, según la actriz, la protegía "como un halcón". Esta protección no era infundada, ya que Ortega y su familia eran conscientes de los riesgos que conlleva el mundo del espectáculo para los niños: "Creo que para ella fue más doloroso, porque había visto que otros niños tal vez no estaban protegidos o no eran tan bien atendidos".
Aunque Jenna Ortega ha tenido la suerte de no haber sufrido acoso en los sets, no niega que la actuación infantil es, en general, una experiencia complicada: "La actuación infantil es extraña". Aunque la actriz de Miércoles ha destacado las dudas de sus padres al permitirle ingresar a un ambiente de trabajo para adultos siendo tan joven y ha reflexionado sobre cómo esta elección cambió por completo su vida y su forma de pensar: "Si me hubiera quedado en Coachella Valley, sería una persona completamente diferente".
A pesar de su éxito en la actuación, Jenna Ortega subraya la importancia de una infancia normal. Reconoce que "no es natural que los niños trabajen en un entorno profesional tan exigente" y que es crucial para su desarrollo "poder jugar, trepar árboles y asistir a la escuela". Jenna se siente afortunada de que sus padres hayan insistido en que ella tuviera una educación equilibrada, asistiera a un colegio público y solo pudiera trabajar si mantenía buenas notas.
"Me siento muy, muy afortunada de haber tenido padres que se aseguraron de que yo saliera con amigos, de que fuera a la escuela pública y no me permitieron trabajar en un empleo a menos que tuviera buenas notas y priorizara mi sueño y mis estudios", ha contado Ortega, señalando que esto le permitió mantener un balance saludable entre su vida personal y su carrera profesional, algo que no todos los niños actores logran.
Aunque admite que "hay momentos en los que se arrepiente" de haber iniciado su carrera a tan temprana edad, Ortega también "valora las lecciones aprendidas". "No cambiaría nada", asegura, destacando el conocimiento y la experiencia que ha adquirido a lo largo de los años. Gracias a su tiempo en la industria, ahora se siente cómoda y segura en el set, pudiendo disfrutar al máximo de su trabajo.
Jenna Ortega no solo ha sobrevivido a la presión del estrellato infantil, sino que ha encontrado una manera de prosperar y crecer a partir de sus experiencias, convirtiéndose en un ejemplo para otros jóvenes actores que navegan por los complejos caminos de Hollywood.