EL 'SPITGATE'
Después del caótico paso del equipo de 'Don't Worry Darling' por el Festival de Venecia, Chris Pine ha hablado de lo "ridículo" que fue todo y asegura que Harry Styles no le escupió.
La temporada de promoción de 'Don't Worry Darling' ('No te preocupes querida') fue todo lo contrario a no preocuparse.
La película de Olivia Wilde, que era muy esperada por su llamativo cast y tras el éxito de su otro trabajo como directora 'Booksmart', se vio empañado porla polémica que comenzó a rodear su reparto y los rumores con Florence Pugh.
La narrativa de Internet aseguraba que la directora y su protagonista habían tenido muchos problemas en el set y las entrevistas que daban cada una por separado parecían muy reveladoras. El colofón fue el Festival de Venecia donde el mundo cinéfilo no podía apartar los ojos de los acontecimientos.
Florence llegó tarde y con bebida en mano (literalmente) saltándose la rueda de prensa del film junto a sus compañeros, en la alfombra roja posó lo más lejos posible de Wilde, y el ambiente en general parecía tenso entre todos.
Más tarde llegarían los rumores de que la razón de todo este feud es que Harry Styles había tenido un affair secreto con Pugh antes de empezar con Olivia, que además se separó en ese momento de Jason Sudeikis.
Pero más allá de todo esto hubo otro acontecimiento que se convirtió en uno de los momentos virales del año y despertó un debate infinito: El momento en el que parecía que Harry Styles había escupido a Chris Pine al ir a sentarse en su butaca del cine.
Ahora, el 'Spitgate' ha sido aclarado por su mismísimo protagonista: Chris Pine, para la revista Esquire.
"Harry no me escupió. Harry es un tío muy amable. Yo estaba en el avión y estábamos volviendo de Venecia pasándolo genial y mi publicista me despierta y dice, 'tenemos que preparar un comunicado de lo que ha ocurrido en Venecia'. Y me enseñó el tema y sí que parecía, efectivamente, que Harry me había escupido. No me había escupido", aclara tajante Pine.
"Creo que Harry se agachó y dijo, '¿solo son palabras verdad?'. Teníamos una pequeña broma. Todos teníamos jet lag y estábamos intentando responder preguntas y a veces cuando estás haciendo estas cosas de prensa tu cerebro colapsa y empiezas a decir tonterías, así que teníamos esa broma: 'solo son palabras'", explica revelando la interacción.
Y sobre los problemas con la película detrás de las cámaras, añade: "Si había drama, habría drama. Pero yo no sabía absolutamente nada al respecto, y realmente tampoco me habría importado".
"Me siento mal, porque la hostilidad que ha sufrido la película fue completamente desproporcionada con lo que estaba en la pantalla. En Venecia hubo cosas normales que se arrastraron a la narrativa que quería hacer la gente, agravada por la metástasis que puede ocurrir en la esfera de Twitter. Fue ridículo", reconoce el actor.