AÑOS DIFÍCILES
Repasamos la situación personal de Brad Pitt, de ahora 59 años, que mantiene una cruenta batalla legal con la que fuese su esposa y con la que tiene seis hijos en común, Angelina Jolie.
Para Brad Pitt, 2022 fue un año convulso. Mientras que llevó a las salas hasta tres películas en las que aparecía (La ciudad perdida, Bullet Train y Babylon), su vida personal saltaba a los titulares de los medios de comunicación y no precisamente con edulcoradas noticias. Su batalla legal y divorcio con Angelina Jolie, principal foco de sus controversias, han puesto en entredicho la imagen que todo el mundo tiene de él como chico de oro de Hollywood (o el yerno perfecto, según se mire) al que cualquiera querría contratar para una película, tenerle en su campaña publicitaria o esperarle en el altar.
A diferencia de otras estrellas, cuyas vidas personales les han pasado factura y empujado hacia periodos de ostracismo, Pitt parece aguantar. Si bien es cierto que este año no ha tenido ninguna película en cartel (solo ha aparecido en un episodio de la serie Dave), le acabamos de ver protagonizando un anuncio de coches de lujo y tiene un par de proyectos de largometrajes en marcha, entre ellos uno en el que dará vida a Sonny Hayes, un piloto de Fórmula 1. A sus 59 años, está ante una etapa de su vida difícil, aunque buena parte de su público parece mirar hacia otro lado.
Brad Pitt y Angelina Jolie se conocieron en 2005 durante el rodaje de la película Sr. y Sr. Smith y su romance fue una auténtica bomba: por aquel entonces, él estaba todavía casado con Jennifer Aniston, que ostentaba el puesto de una de las novias de América, y su infidelidad fue un shock (el equivalente yanqui a cuando Bisbal dejó a Chenoa). Sorprendentemente, la imagen de Pitt no se manchó demasiado y aquello casi afectó más a Jolie, que fue dibujada como una arpía robahombres por muchos. Aún así, pronto solidificaron su relación y se convirtieron en una de las parejas más deseadas, poderosas y envidiadas de Hollywood, renombrados como Brangelina.
Angelina llegaba al matrimonio con dos hijos, Maddox Chivan y Zahara Marley, adoptados de Camboya y Etiopía, a los que posteriormente Brad también adoptó. Después, tuvieron a una hija biológica, Shiloh Nouvel, y adoptaron a Pax Thien de Vietnam y tuvieron una pareja de gemelos biológicos, Knox Léon y Vivienne Marcheline, los menores de la familia que llegaron en 2008. Pero la felicidad duró hasta 2016, momento en el que Jolie presentó la demanda de divorcio, aunque no fue hasta el año pasado cuando se destaparon los motivos que tuvo para hacerlo (por supuesto, se especuló largo y tendido sobre si había repetido la jugada de la infidelidad, aunque nada se supo).
En 2022, Brad Pitt acusaba a su exmujer de vender sin su consentimiento la participación que ambos tenían en el viñedo Château Miraval, tratando, según él, de infligirle daño con premeditación. Desde el lado de ella, se decía que Pitt había tratado Miraval "como su feudo personal" y excluido del negocio a la otra parte.
Y fue a través de esta batalla legal cuando el público pudo saber el motivo del divorcio de la pareja. Presuntamente, en 2016, mientras la familia volaba desde Francia hasta California, Brad Pitt habría protagonizado un episodio violento, en el que habría agarrado por el cuello a uno de sus hijos y pegado en la cara a otro, mientras que habría agarrado por la cabeza y sacudido a Jolie, además de arrojarles vino y cerveza. Los niños, según esta versión, habrían acabado llorando y pidiéndole a su padre que parase. Jolie presentó la demanda de divorcio días después. Pitt ha negado estas acusaciones categóricamente, dando su versión, como puedes recordar en el vídeo de arriba.
El entorno del actor le ha defendido: "Ella sigue repitiendo, revisando y reimaginando su descripción de algo que pasó hace seis años, agregando información completamente falsa cada vez que no logra lo que quiere", comentó una fuente cercana a Fox News Digital. Por su parte, Pitt devolvió el golpe acusando a Jolie de vender la propiedad del viñedo a oligarcas rusos relacionados con Putin (en concreto a Tenute del Mondo, que indirectamente es propiedad de Yuri Shefler, dueño de Grupo Stoli y del vodka Stolichnaya), algo que el equipo de ella niega, señalando que Stoli ha sido contrario a la invasión de Ucrania. Sea como fuere, la guerra de Brangelina sigue y quedan muchos capítulos por escribir. Quizás lo más sorprendente es que ninguno de sus hijos (los dos mayores tienen ya 22 y 18 años) haya hablado todavía, aunque sí han mostrado apoyo público a su madre en diversos eventos. Pero no descartemos que alguno se anime a hablar en algún momento.