CASOS DE MAYOR Y MENOR ÉXITO
La cantante Aitana no parece querer seguir intentándolo como actriz, pero antes de ella otras estrellas musicales también lo intentaron... con mejor o peor suerte.
Durante la promoción de Pared con pared, la comedia romántica de Netflix que ha cosechado más críticas negativas que positivas, la cantante Aitana daba a entender que su salto a la interpretación no le había salido demasiado bien. La estrella del pop salida de Operación Triunfo rodó esta película y la serie La Última, de Disney+, hace casi dos años, aunque el estreno de la cinta se haya producido ahora.
"Estuve siete meses de mi vida decidiendo que iba a ser actriz a ver qué tal", decía en el podcast La Pija y la Quinqui.
"Estuve preparándome para eso y a la vez trabajando para ser cantante, porque mi carrera no ha parado ni un solo domingo", se confesaba, "Me apetecía y dije: quiero probar. Me he dado cuenta de que requiere demasiado de uno. Y yo lo di todo, pero a la vez estaba siendo cantante. Así que me he dado cuenta de que jugar a Hannah Montana no me está saliendo tan bien. Entonces, simplemente, ahora quiero centrarme un poco más en ser cantante, pero no os voy a engañar, estar en el set me pareció lo más". Así, parece que ha pasado página respecto a este sueño, que muchos otros músicos famosos han perseguido también, con mayor o menor éxito.
Si hablamos de estrellas musicales convertidas a actrices, por supuesto tenemos que hablar de la llamada reina del pop, Madonna. La ambición rubia tiene en su haber altibajos: fue muy criticada por interpretar al icono argentino Eva Perón en evita, pero ganó un Oscar por la canción You Must Love Me en esta cinta, e igualmente tiene películas e interpretaciones celebradas como Ellas dan el golpe o Buscando a Susan desesperadamente y otras denostadas como Barridos por la marea o Shanghai Surprise. Sus últimos trabajos interpretativos fueron Muere otro día, en 2002, y poner voz a un personaje de Arthur y los Minimoys, en 2006, aunque ahora prepara una película autobiográfica, Little Sparrow, que ella misma dirigirá y escribirá.
Sin embargo, antes de Madonna siempre estuvo Cher y, por supuesto, ella también probó suerte en el cine. Y la tuvo, aunque la industria se resistía a tomársela en serio. Cher ganó el Oscar por Hechizo de luna, aunque antes había sido nominada por Silkwood. Aunque no muy extensa, su carrera fílmica es bastante icónica: Sirenas, Las brujas de Eastwick o Máscara, la segunda parte de Mamma Mía y la inefable Burlesque, donde coincidió con otra estrella del pop, Christina Aguilera. La cantante de Genio atrapado no recibió buenas críticas por esta película, que no era excesivamente buena, pero sí terminaría siendo de culto. Petarda, pero de culto.
Y en esa categoría bien podríamos meter dos cintas incunables protagonizadas por otras divas del pop: Crossroads con Britney Spears (ojo, con guion de Shonda Rhimes, la ahora todopoderosa guionista y productora de series como Anatomía de Grey y Los Bridgerton) y Glitter con Mariah Carey. Eso sí, Mariah consiguió resarcirse tiempo después con Precious. Y luego está el caso de Kelly Clarkson, que tras ganar American Idol la obligaron por contrato a hacer una película, titulada De Kelly a Justin, que ella no quería hacer y que recibió nueve nominaciones a los Razzie y que la web FilmSchoolRejects nombró como "el peor musical en nuestros primeros 25 años". Ouch.
Pero no todos los casos terminan en fracaso: Queen Latifah tiene varios proyectos potentes, especialmente Chicago, Jennifer Hudson ha brillado cantando y actuando en Dreamgirls o Respect o Lady Gaga está consiguiendo labrarse una carrera sólida, desde sus pinitos en American Horror Story al próximo estreno de Joker 2, prevista para octubre, donde dará a vida a Harley Quinn acompañando a Joaquin Phoenix en el rol del antagonista de Batman. Puedes ver su comentado avance arriba. Con Ha nacido una estrella estuvo incluso doblemente nominada al Oscar, por canción y actriz, ganando solo el musical.
También fue muy reconocido el salto a la interpretación de Harry Styles en Dunkerque, mientras que en Don't Worry Darling fue más comentado el incidente del no-escupitajo con Chris Pine que la propia película.
Y a otra que veremos pronto en la pantalla, y esperamos que sea con resultado positivo, es a Ariana Grande con la esperada y ambiciosa adaptación cinematográfica del musical Wicked, donde interpretará a Glinda, la bruja buena. Pero en su caso, la interpretación no le pilla de nuevas, ya que Ariana comenzó su carrera en la serie juvenil Victorious y, aunque en los últimos años ha centrado sus esfuerzos en su carrera musical, sí la hemos visto de vez en cuando en papeles pequeños como en Scream Queens, Hairspray o Kidding.
La lista de cantantes que han intentando convertirse en cantantes con mayor o menor suerte podría seguir largo y tendido, pero no podemos despedirnos sin nombrar a Cats. De uno de los musicales más exitosos de Broadway salió una de las peores películas de la historia a pesar de contar con no pocos nombres de primer nivel de Hollywood, tanto interpretativos (Idris Elba, Ian McKellen o Judi Dench) como musicales, contando nada menos que con Taylor Swift. La megaestrella musical ha hecho sus pinitos con otras apariciones como Historias de San Valentín, donde comenzó el romance Taylor-Taylor con el hombre lobo Lautner. Pero parece que el ojo certero que tiene para la música no le acompaña en la gran pantalla, aunque sí más como directora, como ha demostrado con el cortometraje de All Too Well.
Y no solo ella pasó por Cats, también estaba por ahí Jason Derulo, quien se tomó bastante mal las críticas negativas: "Cada vez que desafías lo que es una forma de arte, cada vez que desafías todas las reglas, obviamente habrá cierta reacción", declaró, "Los críticos... ¿qué demonios saben?, ¿han hecho una película alguna vez en su vida?".