Las cosas, mejor claras
Cabalgar cual vaquera del Lejano Oeste a lomos de un corcel indomable es la fantasía que algunas mujeres tratan de hacer realidad al ponerse arriba durante el sexo. Fantasía, vale. Exigencia, no. Que ya sabemos lo que sucede entre las expectativas y la realidad. Volvamos a poner los pies en la tierra. Estar arriba puede ser grandioso. No solo te proporciona más estimulación del clítoris, sino que también es tu oportunidad de llevar las riendas, siguiendo con el paralelismo equino.
Pero solo porque tú eres la que monta no significa que tu chico pueda hacerse el manso todo el tiempo. He hay 10 verdades que los hombres deben saber sobre sexo a lo cowgirl.
1. No es una excusa para quedarse quieto y dejarse hacer. El hecho de que tú seas la que está arriba no significa que él pueda relajarse, cerrar los ojos y disfrutar sin más del viaje. Hay mucho que puede hacer desde abajo con sus manos y con su boca. Si es hábil, incluso con su cuerpo.
2. Va a tener que igualar tu ritmo. Si él solamente piensa en llegar al orgasmo, puede que trate por todos los medios de conseguirlo mientras tú estás encima. Y oye mira no, que para algo te lo estás currando. Que se espere un poquito que tú también estás disfrutando.
3. Desde su posición tiene una vista privilegiada de tus senos… pero también de tus fosas nasales. Así que si ve moquetes, que se calle y mire para otro lado, que el espectáculo está en otra parte.
4. Es agotador, lo sabemos. Básicamente estás saltando arriba y abajo desde una posición incómoda en la que sufren mucho las rodillas. Prueba a sumar algo de peso al movimiento y tendrás una razón totalmente legítima para saltarte el gimnasio ese día.
5. No estás segura de tu postura en ningún momento. ¿Qué estás haciendo con los tobillos? ¿Se supone que debes mantenerte erguida todo el tiempo? ¿Estás tratando de girar? Para. Es una posición incómoda, asúmelo y disfruta. Tú tienes el control.
6. Es posible que no puedas llegar al clímax así. Si bien las posturas femeninas en la parte superior ofrecen más estimulación del clítoris que otras, no es necesariamente la clave para alcanzar el orgasmo. Tal vez te lleve a las puertas y luego tengas que echar mano de un juguete o pedir un poco de trabajo oral. Tómatelo como un juego. Estar arriba es una postura como cualquier otra y se puede cambiar por otra cuando sea necesario.
7. Prueba a dejarte el sujetador puesto. Si botas mucho sobre tu chico estás en todo tu derecho a usar el equipamiento adecuado para sentirte lo más cómoda posible. Eso sí, ¿vas a privarle del deseo de ver tus pechos rebotar arriba y abajo? Les encanta, y lo sabes.
8. No puedes besarle y moverte al mismo tiempo mientras estás sobre él. Es como tratar de parar con las manos un vagón fuera de control en una mina.
9. Él no puede cogerte sin más de las caderas y lanzarte al aire a su antojo. A ver, igual sí puede por fuerza, pero no debe. Puede ser incómodo e incluso doloroso para ambos. Además, ¿aún no te ha quedado claro? ¿Quién manda aquí? ¿Quién?
10. Tiene que dejar de agarrarte las nalgas tan fuerte. Imagina que estás en un avión en llamas y te quedas sujeta al apoyabrazos. Pídele que baje un poco la presión (que luego los moratones hablan). ¿Cómo vas a marcar tú el ritmo si él bloquea tus movimientos?