VISIÓN EXPERTA

¿Es verdad que es mejor no cortar el cordón umbilical nada más nacer? 

Si vas a ser madre, seguro que tienes la cabeza llena de preocupaciones sobre el momento del parto. En este artículo te hablo del cordón umbilical, el cual es importante no cortar de inmediato.

Recién nacidoPexels

El cordón umbilical lleva sangre del bebé. Está formado por dos arterias y una vena, protegidas por una gelatina. El cordón, junto con la placenta, forma parte del sistema circulatorio de la criatura mientras se desarrolla dentro del útero. El cordón umbilical conecta el cuerpo del feto con la placenta, el órgano encargado de mandarle sangre oxigenada y nutrientes y, a la vez, eliminar los productos de desecho.

Tras el nacimiento, no debemos pensar que es algo individual, o que es algo que va aparte o que es diferente al bebé; forma parte de su cuerpo y, por lo tanto, la sangre que hay dentro también (¡igual que la sangre de tu brazo es tuya!).

Cordón umbilical | Pexels

Cuando el bebé nace se producen multitud de cambios en sus órganos para que la placenta deja de funcionar y el bebé pase a utilizar sus pulmones para respirar. En este proceso de cambio, las arterias y las venas del cordón umbilical tienen que colapsarse y dejar de ser útiles, pero lo hacen una vez han mandado de vuelta al bebé toda la sangre que, hasta ahora, estaba circulando por ellas.

Este proceso puede tardar unos minutos y es importantísimo respetarlo, porque de no hacerlo le estamos privando al bebé de todo lo que esa sangre contiene: oxígeno y nutrientes. Identificamos que este proceso ya ha terminado cuando el cordón no tiene latido y se ve blanco.

¿Qué consecuencias tiene cortar el cordón antes de que haya dejado de latir?

Pinzar y cortar el cordón nada más el bebé nace, puede dificultar su adaptación a la vida fuera del útero: ahora tiene que empezar a respirar usando sus pulmones y, aunque hay bebés que lo hacen muy rápido, otros necesitan un poco más de tiempo.

En estos primeros minutos de vida, el cordón sigue bombeándole sangre cargada de oxígeno (igual que lo hacía hasta hace unos segundos cuando aún estaba dentro del útero). Por eso, seguir recibiendo esa sangre bien oxigenada a través del cordón umbilical, mientras termina de adaptarse a la vida fuera del útero, le hará mucho más fácil esa transición.

También tiene efectos a largo plazo. Se ha visto que, cuando se pinza el cordón umbilical antes de que deje de latir, los bebés son más propensos a sufrir anemia. Esta anemia no es ninguna tontería, ya que incluso puede llegar a influir en su desarrollo neurológico.

Recién nacido | Pexels

Y si hablamos de prematuros, aún es más importante. En bebés que nacen antes de la semana 37, esperar a que el cordón deje de latir para cortarlo va a disminuir la probabilidad de infecciones, la necesidad de transfusiones, las hemorragias cerebrales y la enterocolitis necrotizante (una enfermedad grave que se produce en el intestino). En definitiva, va a disminuir el riesgo de morbimortalidad.

La evidencia nos dice que la mejor práctica es cortar el cordón cuando ha dejado de latir. Escríbelo en tu plan de parto y háblalo con tu matrona… ¡el cordón se corta cuando se ha quedado blanco, y no antes!