INVESTIGACIÓN

¿Vender tampones usados? Una empresa te paga 22 euros para poder estudiarlos

Una startup llamada NextGen Jane compra los tampones usados para recopilar información genómica y encontrar diagnósticos y tratamientos más precioso sobre la salud femenina.

TamponesPexels

Como lo lees. Una empresa estadounidense te paga 25 dólares (22,57 euros) por cada tampón usado. Y no, no se trata de ningún grupo de fetichistas, sino de una startup llamada NextGen Jane que estudia la sangre menstrual para encontrar indicadores de salud.

Comenzaron pidiendo voluntarias que tengan menstruaciones "típicas", con nivel de flujo de bajo a medio, nivel de dolor menstrual soportable y no tienen antecedentes conocidos de enfermedades reproductivas, para que aporten los tapones que utilizan cuando tienen la regla.

Y ahora buscan también este producto de higiene íntima de mujeres que hayan tenido dificultades para quedarse embarazadas, con o sin diagnóstico de endometriosis. Los componentes de la sangre de la regla podrían dar pistas y aportar nuevos datos valiosos a la investigación sobre esta enfermedad y la infertilidad.

¿Qué tiene de especial la sangre de la menstruación?

La menstruación en sí ya es un indicador de la salud femenina. Cuando se retrasa, o sangramos de forma abundante o escasa, sabemos que algo está pensando en nuestro cuerpo.

"En Jane aprovechamos esta capacidad del útero para actuar como centinela de tu salud y la ampliamos a un nivel molecular", explican en su página web. Y es que la regla no es solo sangre, con nuestro periodo también expulsamos células de revestimiento uterino, células madre, plasma y anticuerpos, entre otros.

Estudiando cada una de estas partes, NextGen Jane recopila información genómica con el objetivo final de mejorar tanto la eficacia y exactitud de un diagnóstico, como la forma de tratar con precisión condiciones como el dolor menstrual insoportable, una infertilidad inexplicable, la transición amorfa a la menopausia o un embarazo difícil.

España, a años luz

Un estudio reciente del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) ha denunciado que la educación menstrual en España es deficiente y aumenta las experiencias negativas sobre la regla.

"La menstruación sigue siendo tratada como un tema incómodo que hay que ocultar y de aquello que se oculta, no se habla, no se investiga, no se legisla y no recibe la atención necesaria. Pero la salud menstrual requiere de esa atención", apunta Sara Sánchez López, autora principal del estudio.

Entre las respuestas a las encuestas llevadas a cabo en esta investigación, preocupa especialmente que las cuatro emociones más comunes reportadas durante la primera menstruación eran vergüenza, preocupación, miedo y estrés. Y que un 5,7% de las mujeres encuestadas no supieran muy bien qué era la regla cuando les bajó por primera vez y que un 56,1% no supieran qué hacer.

Por lo tanto, hace falta mejorar la educación en salud menstrual en las escuelas para poder normalizar el periodo y que deje de ser tabú en cualquier ámbito. De este modo, podrán tirar adelante con más facilidad iniciativas como la de NextGen Jane, para encontrar diagnósticos y tratamiento efectivos para el sistema reproductivo femenino.