CRIANZA

¿Es útil el ruido blanco para dormir a los bebés?

La asesora de sueño infantil, Pilar Rasero, desvela los pros y contras del ruido blanco.

Bebé durmiendoiStock

Durante los primeros meses de crecimiento, conseguir que los bebés se duerman puede ser toda una odisea para los padres: que el niño tarde horas en cerrar los ojos, despertarse a medianoche por culpa de los llantos difíciles de calmar, estar cansado durante el resto del día… En la práctica diaria, muchas familias han implementado centenares de técnicas para olvidarse de estos problemas y convertir la tarea en algo supersencillo.

Los ruidos blancos

Uno de los métodos que más fuerza ha cogido recientemente ha sido el uso del ruido blanco. Se trata de una señal de sonido que contiene todas las frecuencias existentes emitidas con la misma potencia, dando lugar a un sonido constante y monótono –como el de los secadores y las campanas extractoras–. Teóricamente, esto le permite al bebé aislarse del exterior, aumentar su concentración y alcanzar un nivel de sueño más profundo y plácido.

Con tal de descubrir si es realmente útil el ruido blanco para dormir a los pequeños de la casa, en NovaMás hemos hablado con Pilar Rasero (@pilarrasero), asesora de sueño infantil y enfermera especialista en pediatría que, además, nos desvela los pros y los contras de esta técnica moderna.

Resulta casi indiscutible que, en situaciones de mucho ajetreo, "emplearlo puede darnos ese empujón para ayudar a nuestro bebé a dormirse, pero debemos verlo desde otras perspectivas antes de pasar a catalogarlo siempre como útil y positivo de forma ilimitada", aclara Pilar.

Y es que, durante años, ha habido mucha controversia en torno al ruido blanco, "no quedando claro si es algo beneficioso o perjudicial para nuestros niños, porque no hay estudios científicos que confirmen ninguna de las teorías".

Los posibles contras

Una de las vertientes defiende que el ruido blanco puede reducir su capacidad auditiva si los exponemos durante largos ratos a este sonido de forma constante. Aunque es cierto que -según la asesora de sueño infantil- "esto solo se ha detectado cuando el sonido se ha empleado sin control, con un volumen muy elevado y de forma prolongada".

Otro contra del que han hablado diversos autores es la posibilidad de que, en lugar de calmar a los críos, "el ruido podría estar asustándolos, dando lugar a la parada en seco del llanto, quedando en una situación de alerta y estrés, generando en consecuencia la 'hormona del estrés' o cortisol". Aunque Pilar Rasero asegura que esta afirmación carece de concordancia, según un estudio en los años 90, "donde se evalúa el efecto que tiene sobre la frecuencia cardiaca, la cual desciende cuando se expone al ruido blanco".

Control de su uso y alternativas

Hay que ser conscientes de que el ruido blanco es una herramienta y, como tal, solo"debe ser empleada en ocasiones concretas y no de forma prolongada" o, por lo contrario, esto podría llegar a "crear dependencia y necesitarlo cada vez que quiera dormir, lo que se conoce como 'muletilla de sueño' o 'apoyo de sueño'", comenta la enfermera.

Existen otras alternativas y sonidos que se emplean con el mismo fin, quizás más saludables, como es el caso de los ruidos orgánicos. Estos, tal como explica Pilar, "son sonidos que el bebé ha escuchado en el vientre materno y los ruidos naturales que escucha después, como puede ser el latido del corazón, la respiración o la lluvia".

Al fin y al cabo, sea cual sea la herramienta escogida por la familia, debe usarse sin abuso, con un volumen bajo, con vista a retirarlo paulatinamente y a corto plazo, y, si es posible "con un dispositivo especializado sin señales electromagnéticas –que no sea móvil o tablet– para que no conlleve ningún perjuicio en nuestros bebés y que el resultado sea positivo", zanja la especialista.

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