TRUCO
Es común que después de muchos lavados, los vasos pierdan el brillo y la transparencia y adquieran una tonalidad blanquecina. Esto se debe a la presencia de la cal en el agua, y pasa sobre todo si usamos el lavavajillas, pero se puede solucionar. Te contamos cómo.
Suele pasar que, con el tiempo, el uso y los lavados, el brillo de los vasos y copas desaparezca, adoptando un tono blanquecino. Esta capa que se asienta en el cristal proviene de la cal que hay en el agua, y aparece sobre todo cuando la vajilla se limpia en el lavavajillas.
Que pierda brillo no es ningún drama ya que, a fin de cuentas, es algo que tiene fácil solución. Y es que bajo esa capa de cal, de una serie de minerales, y de jabón para platos, el cristal sigue estando en perfectas condiciones.
Hay varias opciones para conseguir devolver su brillo original, y todos pueden hacerse con productos que se tienen en casa. Por ejemplo, una de ellas consiste en cortar un limón por la mitad, restregarlo por la superficie del cristal y posteriormente echar sal por encima. Una vez realizado este proceso, se frota con un paño para retirar la capa de cal que el ácido del limón ha levantado.
También es posible hacerlo mezclando un par de cucharadas de bicarbonato sódico con una más de sal y un poco de agua caliente. De igual manera, se frota el vaso con esta mezcla y se deja un rato para que haga efecto. Cuando el tiempo pase, se lava de forma normal y la cal deberá haber desaparecido.
Como la película de cal está encima, el brillo y la transparencia original siempre podrá recuperarse. Si se evita el lavavajillas y se realiza la limpieza a mano, esta capa tardará más en aparecer. De igual manera, si se utiliza un abrillantador al limpiar, se garantizará que dure más el brillo.