Las de vino tinto y aceite son muy rebeldes
Los manteles suelen ser grandes damnificados de las fiestas –con permiso de las copas rotas y probablemente algún que otro plato– y si no tenemos maña para lavarlos, es muy probable que o bien acaben estropeándose a causa de un lavado incorrecto o que no consigamos eliminar las manchas, especialmente las de vino tinto, salsas y aceite.
Con estos truquillos conseguirás que tus manteles queden como nuevos hasta la próxima celebración, aunque en principio parezca que las manchas van a ganar la batalla.
- Cuando se derrame vino sobre el mantel, un buen truco es poner sal sobre la mancha, aunque esto solo sirve cuando el vino se acabe de derramar, antes de que la mancha se seque. Otro truco que no falla para el vino tinto es limpiar la mancha con vino blanco, que actúa prácticamente de forma inmediata, aunque también puede ponerse leche hirviendo, si en ese momento no tenemos a mano vino blanco.
- Si el mantel o las servilletas se manchan de cera, algo muy típico en Navidades, hay un truco sencillísimo para solucionarlo. Coloca un papel sobre la mancha y pasa la plancha bien caliente. Con el calor, la cera se derretirá y se quedará adherida al papel. Después lava normalmente la pieza.
- Antes de lavar manteles y servilletas, déjalos a remojo durante unas horas en agua fría (el agua caliente tiende a fijar las manchas) y, a ser posible, lávalos también con agua fría y sin centrifugado o con un centrifugado suave. El agua fría hará que las manchas de comida se reblandezcan y que luego el lavado en la lavadora sea más efectivo. No olvidemos, además, que muchos manteles que tenemos reservados para ocasiones especiales suelen ser de tejidos delicados, que podrían dañarse con un lavado demasiado agresivo. O 100% algodón, que podrían encogerse y deformarse al lavarlos en agua caliente.
- Si las manchas son muy rebeldes, puedes dejar el mantel a remojo con agua y un poco de amoniaco o de bicarbonato.
- Si la mantelería es muy delicada, es mejor que la laves a mano, y que añadas a las manchas rebeldes un poco de bicarbonato y las frotes con un cepillo hasta no dejar rastro.
- En todos los casos, incluso en las mantelerías blancas, es conveniente evitar la lejía y probar con los diferentes trucos hasta eliminar las manchas.
- Seca manteles y servilletas siempre a la sombra, durante el rato necesario. Si los secas al sol no solo pueden dañarse los colores, sino que quedarán excesivamente rígidos. Evita la secadora.
- Si vas a guardarlos durante largo tiempo, nuestra recomendación es que los planches bien, para evitar dobleces que a la larga pueden causar manchas, y los guardes en el interior de una bolsa transparente, lejos de la luz solar.
- Para las manchas de aceite, también es efectivo añadir sal y frotar enérgicamente con un cepillo, de inmediato. Otra opción, que también se puede usar para las manchas de vino es aplicar directamente detergente para la vajilla y frotar hasta que la mancha desaparezca. Si ni con esas consigues acabar con ella, no desfallezcas: deja la mancha en remojo en una combinación de agua, vinagre blanco y alcohol y verás cómo consigues liquidarla.
- La leche hirviendo siempre es una buena aliada para acabar de dar el golpe de gracia a las manchas en los manteles blancos. Una vez eliminadas mediante sal o detergente, es importante añadir un toque de leche que acabará de blanquear la pieza.
- En el caso de los manteles blancos, procura lavarlos solos o junto a otras prendas blancas, para evitar que se tiñan. Tampoco utilices suavizante, y mucho menos si es de colores.
- No olvides el quitamanchas: ten siempre listo uno en tus comidas familiares no solo para los manteles, sino también para posibles accidentes que acaben en derrames en camisas y vestidos.