¡Y luce sonrisa!
Lucir sonrisa es sencillo si sigues una serie de pasos para mantener tus dientes blancos y bonitos. No hará falta que te gastes un dineral en blanqueamientos químicos, porque si tienes una buena higiene y evitas una serie de errores tus dientes estarán tan blancos como los de un bebé.
Es importante tener en cuenta que el tono de los dientes es fundamentalmente genético, y que es probable que por más que te esfuerces nunca consigas tener ese blanco resplandeciente que otras personas consiguen sin dificultades. También es cierto que el consumo de determinados medicamentos puede manchar los dientes, y que en este caso lo mejor es recurrir a un blanqueamiento profesional. Si no es tu caso, sigue estos consejos y prepárate para sonreír:
Una correcta higiene, un paso fundamental
Hay personas que se lavan los dientes apenas una vez al día, o dos a lo sumo, lo que no garantiza una correcta higiene bucal. Esta práctica no solo incrementa el riesgo de tener caries y otras afecciones bucodentales, sino que se nota en el aspecto de los dientes, que se verán más oscuros. Es fundamental lavárselos correctamente después de cada comida, a conciencia, nos pille donde nos pille, y esto incluye también ese snack ligero de la merienda o la fruta de media mañana. Si eres de las que no perdona sus cinco comidas al día, tendrás que lavarte los dientes cinco veces al día.
Lávalos correctamente
Se trata de que los laves al menos durante 4 minutos, diente a diente y muela a muela con movimientos circulares –algo muy importante para garantizar una correcta limpieza–, y que utilices un cepillo interdental e hilo dental para eliminar cualquier resto de comida. No olvides cepillar también la lengua, para eliminar las bacterias que hayan podido quedar, y utilizar un enjuague si lo necesitas. Tampoco superes los 4 minutos, porque lo único que conseguirás será dañar el esmalte.
No espacies tus visitas al dentista
Es conveniente eliminar las caries cuanto antes, ya que de lo contrario irán creciendo y afearán el aspecto de tus dientes, así como extraer esas piezas que ya no pueden salvarse. Si te falta alguna pieza y el dentista te recomienda un implante, hazle caso: no te arriesgues a que se te vayan desplazando las piezas contiguas y se generen huecos en los que pueda almacenarse comida. La solución puede acabar siendo muy complicada si dejas pasar el tiempo.
Usa un cepillo eléctrico
Si tienes tendencia a tener los dientes amarillos por más que los laves, lo mejor que puedes hacer es hacerte con un cepillo eléctrico. No te cortes y llévalo contigo a cualquier reunión social, pues no ocupa nada en el bolso y puedes utilizarlo en cualquier momento.
Hazte limpiezas bucales
Eso sí, consulta antes con tu dentista para que te indique cuál es la frecuencia adecuada en función de tu esmalte, las características de tu dentadura y la tendencia que tengas a generar placas de sarro. Hay quien necesita una limpieza una vez al año, cada seis meses o de forma mucho más esporádica. No te auto diagnostiques y que sea un profesional el que lo haga.
Ojo con la anemia
Si estás tomando un suplemento de hierro, debes saber que es frecuente que aparezcan unas pequeñas manchas en tus dientes. No te preocupes, ya que pueden eliminarse mediante una limpieza bucal.
No alternes frío y calor
Los cambios súbitos de temperatura en los alimentos que tienen contacto con tus dientes pueden dañar el esmalte y favorecer la aparición de manchas. Hay profesionales que recomiendan tomar las bebidas muy frías con pajita, para evitar en la medida de lo posible el contacto de los dientes. Si es así, asegúrate de que sean biodegradables, ya que lo que es bueno para tus dientes puede que no lo sea para el medio ambiente.
Di adiós a los viejos remedios caseros
Tanto el vinagre como el bicarbonato con limón son pan para hoy y hambre para mañana, igual que otros remedios caseros que si bien tienen efectos visibles e inmediatos sobre la tonalidad de nuestros dientes acaban estropeando el esmalte. Piensa que el esmalte es para toda la vida, y que hay que cuidarlo día a día, ya que cualquier pequeña fisura puede dar lugar a manchas muy difíciles de eliminar.
Sí a la manzana y no al tabaco y al café
Mientras frutas como la manzana contribuyen a limpiar la superficie de los dientes y mejoran la salud de las encías, algunos hábitos como el tabaco y el café afectan directamente al color de nuestros dientes. Si eres fumadora y cafetera, te recomendamos que trates de reducir las dosis y que visites al dentista con frecuencia.
No laves los dientes justo después de comer
Trata de esperar al menos 20 minutos antes de lavar los dientes tras comer, hasta que se haya restituido el PH, de manera que la saliva haga que disminuya el nivel de acidez.
Hilo dental y cepillo interdental, siempre
Son dos básicos de tu limpieza bucal que debes utilizar en todos los cepillados, pues te ayudarán a eliminar cualquier resto de comida.
Usa una pasta de dientes blanqueadora
Estos productos no dañan el esmalte, sino que simplemente lo tiñen momentáneamente para que tu sonrisa luzca más blanca. Hay numerosas marcas en el mercado que ofrecen este tipo de pastas. ¡Escoge la que te vaya mejor y verás cómo notas el resultado!